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Sobre este blog

Un resumen semanal de política internacional a cargo de nuestro responsable del área de Mundo, Alfredo Grieco y Bavio. Serán diez puntos geográficos para pensar nuestro presente cada vez. Vías de acceso a una realidad que excede por mucho las fronteras de la Argentina.

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Todos nuestros octubres rojos

Un simpatizante de Luiz Inácio Lula da Silva ondea una bandera en Brasilia, capital del Brasil, el 13 de octubre de 2022. El expresidente brasileño y candidato del Partido de los Trabajadores (PT) rivalizará el domingo 30 de octubre con Jair Messias Bolsonaro, actual presidente y candidato de la fórmula del Partido Liberal (PL), en el balotaje presidencial que decidirá cuál de los dos será el próximo presidente brasileño.

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Setenta y cinco años atrás, las parisinas Ediciones del Escorpión publicaron El otoño en Pekín del joven Boris Vian. Después de mencionar el título de la segunda novela que el ingeniero, poeta, narrador, vocalista y trompetista de jazz francés firmó con su nombre, el riesgo de spoiler es letal. Porque no podemos guardarnos que la señal más voluntariosamente distintiva de este libro de la vanguardia de 1947, el rasgo subrayado con mejor púrpura o flúo, es que ni una sola vez en sus 318 páginas encontramos mencionadas ni la estación del duelo y la melancolía ni las plantas de hojas caducas ni la ciudad capital china. El presente del relato de Vian es un viaje en tren, su escenario un perenne desierto, su horizonte o destino, Exopotamia, una utopía: 'No hay tal lugar'. 

Sin vencida picardía metanarrativa, sin íntima tristeza reaccionaria, en este otoño boreal y esta primavera austral de 2022, el spoiler cada vez alerta y alarma menos y menos. Ya sabemos cada final porque no conocemos ningún principio. Ya no sorprende que la materia a que aluden los títulos de las noticias falte en la sustancia de las notas que encabezan, así que ya no la buscamos. El vértigo de la distancia entre adelante y atrás, antes y después, adentro y afuera, ya nos marea como entre el nombre y el libro de Vian. Hay distancia, pero no ironía, ni gracia, ni siquiera comicidad bufa: el efecto inesperado de la novela de Vian es imposible de replicar o emular hoy, cuando la incongruencia es la relación más estadística.

En el décimo mes del año, diez vueltas, como en los otros once meses restantes del calendario anual, dará a continuación El mundo es azul como una naranja.  

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Un resumen semanal de política internacional en mil palabras. Por Alfredo Grieco y Bavio.

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1. Su tumba son de Ucrania las campañas, y su epitafio la sangrienta luna 

En su soneto fúnebre al duque de Osuna, el poeta conceptista Quevedo recordaba que al noble militar habían matado las agotadoras campañas españolas en Flandes y que la sangre de la luna musulmana, derramada en victoriosas campañas contra el Turco derrotado en 1571 en la batalla naval de Lepanto, escribía el color de su lápida.

Vladimir Putin no ha muerto después de  ocho meses de operaciones militares especiales en Ucrania, y sus batallas a sangre y fuego en el Cáucaso a principios del siglo XXI dotaron al Ejército de Rusia de tropas habituadas a la guerra y criadas en la miseria. Para esta soldadesca, el despliegue y las maniobras en llanuras y ciudades más fértiles y más prósperas que las que habían conocido nunca eran aliciente de un entusiasmo más rico en contenidos concretos que el patriotismo o la geopolítica.

(Al fin de la era soviética, en el oriente de Ucrania se vivía mejor que en casi cualquier otra República Socialista de la URSS; treinta años después, hoy en casi cualquier región de Rusia, en especial los territorios asiáticos de la Federación, se vive peor que en la era soviética). 

2. En la guerra como en la guerra

Los soldados rasos que operan en la línea de fuego de Rusia en Ucrania no son étnica, histórica y lingüísticamente rusos. Sí lo es, en cambio, buena parte de las poblaciones del Oriente ucraniano. Es la demografía que conformó el electorado que primero plebiscitó la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, y después, con otras dos regiones orientales, votó en referéndum su voluntad común de integrarse a la Federación Rusa. La unión fue finalmente consumada por el gobierno de Moscú -la 'anexión ilegal' en el vocabulario de los gobiernos de Kiev, Washington y Bruselas. Mismo curso de los acontecimientos que el seguido en 2014, cuando la península de Crimea, también demográficamente rusófona, se unió a la Federación.

El paso siguiente del Kremlin tampoco fue imprevisible, y en esas zonas en guerra en lo que ahora, según entiende el gobierno que preside Vladimir Putin y desde luego también quienes viven en ellas, constituye la frontera sur del territorio federal de Rusia, fue declarar la Ley Marcial. También, 'ilegalmente'.

(¿Ha sido legal algún acto del presidente ruso, desde el 24 de febrero? ¿Es útil aprender cómo discriminar unos de otros?)

3. Los impulsos y sus frenos

El entusiasmo de la masa de la tropa de Rusia llegada del Extremo Oriente del dilatado territorio de la Federación, además del Cáucaso, ha decaído menos que el de sus oficiales, frustrados por las interrupciones en la cadena de suministros, y otras carencias materiales.

Menos todavía ha decaído la regularidad de las bajas que el Ejército sufre. Todo invita a creer que en cada operación aumentarán, y serán mayores que las previas. En cada ofensiva o contraofensiva, encuentran una defensa ucraniana cuya moral recibe el cotidiano acicate y consuelo de contar con armamentos e inteligencia cada vez más precisos,  solícitos y sofisticados, gracias a los suministros del 'Occidente colectivo', según la expresión de Putin. 

4. Sangrados y otras hemorragias rusas

La prolongación del conflicto en Ucrania, sin fin o plazo a la vista, y la letalidad del arsenal del que el Ejército de Kiev puede hacer un uso sin austera mezquindad o engorro de cálculo de racionamiento, han determinado la movilización, o más bien conscripción, de 300 mil efectivos para fortalecer las operaciones militares Fue ordenada por Putin como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas rusas: el cuerpo que antes de la disolución de la URSS era el Ejército Rojo. 

La movilización no tuvo buen éxito, fue resentida en varios puntos de la Federación, en pueblos y ciudades del interior se vivieron jornadas de una violencia urbana cuya existencia y aun posibilidad se había olvidado. Los destinatarios del levantamiento de resistencia de la sociedad civil eran los organizadores de esa conscripción en cada localidad, quienes muchas veces se autodesignaban como autoridades competentes para levas masivas pero selectivas. Finalmente, se calcula, no sin optimismo del gobierno central, que se logrará el enrolamiento de dos centenares de miles de efectivos

De consecuencias más lesivas es la emigración masiva de jóvenes de las ciudades importantes, egresados universitarios y profesionales. Se calcula en un número superior al aspirado para la conscripción.  

5. Silvio Berlusconi vuelve a la A y Liz Truss se fue para la B

Aunque el milanés Silvio Berlusconi ya no es más el hombre más rico de Italia, es el sexto más rico, y aunque ya no es dueño del Milan, su nuevo club de fútbol, el Monza, que había comprado cuando estaba en la C, este año pasó a la A por primera vez en su historia deportiva. Y menos de un mes atrás, también il Cavaliere del Lavoro volvió a la A de la política italiana. Después de once años de abstinencia, hoy su partido Forza Italia integra la coalición de gobierno gracias al holgado triunfo electoral impulsado por una joven ultraderecha sin complejos que votó por Fratelli d'Italia, nueva formación extremista que fundó Giorgia Meloni, la nueva premier. 

Según una ley, o generalización, sobre el funcionamiento de los partidos en la democracia de posguerra, en un régimen parlamentario muy generoso en la representación de las minorías, las coaliciones de gobierno de izquierda y las de derecha son tan mortales unas como otras. Pero el orden de formación y disolución es casi el contrario. En los frentes de izquierda italianos, primero se pelean antes de fecha electoral, y por eso caen los gobiernos, o se pelean antes del voto, y después pierden la elección; las coaliciones de derecha italianas primero ganan, y después se pelean.

En este ring el Cavaliere del Lavoro, rejuvenecido a sus 86 años tras la viril contundencia de los festejos en el vestuario del Monza, ha recobrado ese protagonismo en la pugnacidad mordaz que este ex crooner de crucero mediterráneo siempre supo suyo. Y la ley de la Mafia es clara: 'nunca debajo de una mujer'. Su 'jefa' es la posfascista Giorgia Melloni, lideresa del bloque que además de Berlusconi también integra Matteo Salvini al frente de la Lega?

La otra mujer de derecha europea que ganó el poder en su país en tiempos de guerra de Ucrania fue la conservadora Liz Truss. Sucedió a Boris Johnson como premier en Gran Bretaña. Duró menos de seis semanas. Hoy jueves anunció su renuncia. Perdió, o nunca ejerció, todo liderazgo partidario. No fue elegida por el voto popular, sino por una comisión de notables tories. Dividió al Partido sobre la reforma impositiva y el desarrollo del fracking, y tuvo sobre estas cuestiones opiniones siempre contundentes y a la vez siempre cambiantes entre posiciones contradictorias. 

6. Días y noches de amor y de guerra

Exultante por el doble triunfo deportivo y político, el megamagnate de los medios celebró su primer cumpleaños en el poder. No estuvo solo Silvio Berlusconi en su alegría mayor, ni en su ebriedad Ahora podía reanudar, vuelto a los primeros puestos, su romance interrumpido con Vladimir Putin, que ni un solo día del siglo supo de abstinencias y despoder.

Mientras el líder del Kremlin bombardeaba la capital ucraniana con drones obtenidos de Teherán (y fabricados por la República Islámica) en retaliación por los puentes de Crimea explotados por Kiev no sin ayuda de Washington, y su tocayo el presidente ucraniano Volodimir Zelenski pedía formalmente a Jerusalén un escudo antimisiles para defenderse contra las armas kamikazes de la teocracia iraní (enemiga israelí), llegaban a Roma las 20 botellas de vodka y la carta amistosa, sulfurosa y romántica del presidente ruso para homenajear al Cavaliere en su cumpleaños.

7. Temer a los autócratas hasta en sus regalos

El líder de Forza Italia es un caballero septentrional, y fue así que Berlusconi retribuyó el seco vodka con dulces botellas de lambrusco y la dulce carta con dulcísima epístola al suo caro amico Vladimir. El bromance entre líderes derechistas populares y millonarios a los que unen el gusto por los torsos desnudos, por las playas nudistas, por el matrimonio en segundas nupcias con jóvenes esposas de elegante sport y por reírse a las carcajadas de los chistes que ellos cuentan (y por estar atentos a quienes de su entorno ríen con ganas) atrajo acrimonioso y promiscuo reproche entre los cruzados de la causa atlántica.

Las democracias de Washington y Bruselas, que sostienen a la democracia ucraniana en su resistencia contra la autocracia rusa reaccionaron agriamente ante el caballo de madera y ante quien abrió las puertas de Troya. Desde luego que actuó ilegalmente Putin con su envío de vodka, pero también, y más gravemente, Berlusconi, dando un mal ejemplo inadmisible en el integrante del gobierno de la tercera economía de la UE. Importar vodka (ruso) es ilegal, y aceptar vodka (ruso) de regalo, es importar, e importar es ilegal. Silvio Berlusconi burló el laborioso tejido de las sanciones europeas contra Rusia al recibir despreocupadamente ese alcohólico presente ruso para su 86 cumpleaños. El envío de lambrusco, en cambio, es legal. 

8. El otoño en Pekín con aguacero

A diferencia de la novela de Boris Vian El otoño en Pekín, que había preferido mantenerse todo lo lejos posible de la decadencia estacional y de la ex capital imperial, en la República Popular China sí es otoño, y es en Pekín donde se ha reunido el Congreso del Partido Comunista. La máxima Asamblea del Pueblo ha decidido que el mandato del presidente Xi Jinping se extienda excepcionalmente cinco años más. Después de este lustro, ya habiendo existido la extensión, ninguna otra nueva renovación podrá ser llamada 'excepcional': el  difícil camino de la excepción a la rutina ha sido abierto por el jefe de Estado que el domingo presentará a China y al mundo su nuevo Politburó

La decisión de este octubre de otoño pekinés gustó tan poco en el Atlántico Norte como gustan las iniciativas de Moscú. (Putin es un socio eterno de Xi pero no un crony como el crooner Berlusconi). En Londres, el Financial Times censuró el “trágico error” que había cometido la dirigencia china comunista. Siempre más gárrula la prensa del lado norteamericano del Atlántico, Foreign Affairs hizo una lista de “debilidades” del “Xiismo”, entre las que destacan la “arrogancia” (vicio moral del carácter) y la “paranoia” (diagnóstico clínica de perturbación mental permanente). 

9. Azul de mapa

Al 20 del mes, hay tantos octubres como agendas políticas de las potencias globales y locales. Los planes de cada gobierno, de cada oposición, son más heteróclitos que antagónicos entre sí. La falta de clivajes reconocidos en los enfrentamientos mayores puede desconcertar; el conservadurismo social de poblaciones cansadas por la pandemia y desconfiadas de revoluciones y reformas puede llevar a más recesión e inflación, pero falta todo ánimo de conflagración.

La geografía y el ensimismamiento evitan inteligencia y demoran conflictos. En el frente ucraniano faltó lejanía para evitar el conflicto, pero falta cercanía para evitar las desinteligencias, y de este modo su  auxilio nunca será magro a la hora de profundizar o naturalizar el conflicto.

10. A la espera de un domingo 30 con un mapamundi Brasil teñido de rojo

Asegurar la asistencia electoral el decisivo balotaje del 30 de octubre es el objetivo de las campañas de los rivales para quedarse con la presidencia de Brasil, el rojo candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y el azul candidato del Partido Liberal (PL). La primera vuelta de las presidenciales del 2 de octubre fue el récord de ausentismo en el período de la democracia brasileña iniciado en 1984. 

La polarización entre las dos candidaturas creció desde el primer domingo de octubre. Es lo que buscaban las dos campañas adversarias: creen que la desaprobación de sus respectivos contrincantes es el móvil más confiable para la asistencia a los centros de votación el último domingo del mes. Mucho más persuasivo y determinante que la aprobación que cada uno de los rivales pueda merecer. Es por ello que la polarización es atribuible no solo a los controversiales comentarios de Jair Messias Bolsonaro sino también a la aguda retórica de Luiz Inácio Lula da Silva.

El único debate televisivo cara a cara de los dos candidatos, el domingo por la noche, organizado en San Pablo por la red Bandeirantes, fue rico en acusaciones recíprocas e indigente de anuncios o propuestas. Sólo el 5% estuvo dedicado a hablar de programas de gobierno. La coincidencia entre el ex capitán del Ejército y el ex obrero y sindicalista fue total: los dos quieren un Brasil rico, democrático, libre de corrupción, soberano, cristiano (pero muy respetuoso de todas las religiones), poderoso en el mundo, que empodere a las mujeres, y, sobre todo, con mucha Educación: un país que construya, infatigable, escuelas y más escuelas. El 95% del tiempo restante de debate estuvieron en profundo desacuerdo: cada uno sostenía que “mentiroso” y “caradura” era el otro, Lula insistía en que Bolsonaro era un “pequeño dictador” y Bolsonaro enfatizaba que Lula era un “corrupto”. En cantidad de epítetos por unidad de tiempo el petista superó al liberal.

El lunes por la noche, un millón de personas escucharon a Lula en vivo en el popular podcast Flow, el doble de audiencia que la que semanas atrás sintonizó a Bolsonaro en el mismo programa. Aprovechó para condenar a Neymar, estrella del París Saint-Germain y de la Selección Nacional que disputará la Copa del Mundo de Fútbol Masculino en Qatar, por haber dado su apoyo a Bolsonaro. Según explicó Lula, no es un apoyo sincero, honesto: Neymar es interesado. El delantero se pronunció por el mismo candidato que su padre había apoyado siempre gracias a que el actual presidente que busca su reelección “le ahorró el pago de una deuda que arrastraba con el Fisco brasileño”, un dinero con el que de este modo el jugador se pudo quedar, y no pagar.

AGB

 

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