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Domingo otra vez

Una bocanada de aire viejo

Javier Milei junto a Roque Fernández, ex funcionario del gobierno de Menem

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“”¡Abajo la casta! ¡Viva el establishment!“, titula su columna de este domingo Ezequiel Adamovsky. Su texto pone en palabras lo que es cada vez más evidente: los esfuerzos del candidato de La Libertad Avanza por denunciar a ”la casta“ son directamente proporcionales a los que pone en disimular su sintonía con el establishment o incluso su propia pertenencia a él. Tanto las personas que propiciaron su crecimiento como figura política –el empresario-contratista del Estado Eduardo Eurnekian en primer lugar– como los nombres que se van sumando a su órbita ya en el podio de ganador son cualquier cosa menos una bocanada de aire fresco. 

Alejandro Rebossio aviva la memoria al perfilar la carrera política de uno de los varios cavallistas que Milei eligió para integrar su equipo económico: Roque Fernández, un ultraortodoxo fundador de la Universidad del CEMA que dejó el Gobierno con el marcador de pobreza en 40%, recordado por su tono soporífero y el mote de “piloto automático”. 

Sebastián Lacunza escruta el semblante de los dueños de las empresas más importantes del país que asistieron esta semana al discurso de Milei en el Consejo de las Américas. Aunque contrariados por algunas de sus promesas –¿le conviene un cambio de paradigma a un empresariado que encuentra rentabilidad en los subsidios, leyes ad hoc, mercado protegido y contratos públicos?– no escatimaron esfuerzo físico para abrirse camino a un abrazo ni disimularon el interés de ocupar el asiento contiguo a su majestad “el jefe” Karina.   

Como sea, no hay dudas de que la idea de “la casta” logró calar en la sociedad y gran parte del éxito tiene un nombre propio detrás: Fernando Cerimedo, el especialista en marketing político en las sombras de Milei que retrata al detalle esta nota, resultado de una investigación realizada por una alianza de 20 medios coordinada por Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP). 

Si en nuestra propuesta editorial de los últimos días hay una proporción alta de notas que tienen en el centro a Javier Milei –algo que algunos lectores y lectoras nos hicieron notar– se explica, sobre todo, por dos factores. Primero, el 30% de votos que cosechó en las PASO es el hecho más relevante del último tiempo porque instala la posibilidad cierta de que sea el próximo presidente. Segundo, es el único candidato que mantuvo la iniciativa. Horas después del festejo en su bunker del Hotel Libertador, Javier Milei ya estaba copando las pantallas y ametrallando con nuevos detalles en torno a sus propuestas de gobierno y con sus elegidos en un eventual gabinete. 

Mientras, sus competidores permanecieron paralizados en el recálculo. Mauricio Caminos, cuenta el “segundo tiempo” de la campaña electoral que intenta poner en marcha Patricia Bullrich, condensado en la idea de que ella tiene con qué ser jefa de Estado, a contraluz de Massa, que no logra revertir la crisis, y de Milei, cuyas propuestas entienden como inviables. De “la fuerza del cambio” a “el cambio posible”. 

Pablo Ibañez revela que Wado De Pedro, en su rol de jefe de campaña de Unión por la Patria, bajó la orden de que ningún vocero hable. Porque la centralidad debe ser del candidato y porque todavía no hay línea definida sobre cómo reaccionar. “No hay orden, solo movimientos espasmódicos”, dice Pablo. “Nos convertimos en Unión por el Miedo”, le apunta una fuente territorial.

Incluso la antropóloga Rita Segato –quien, ya que estamos, cuenta una discusión que tuvo con Wado de Pedro– le cuestiona la falta de respuesta al Gobierno y apunta la daga a la   estrategia de comunicación de los gobiernos progresistas. “Su omnipotente certeza de que bastan sus buenos principios y aspiraciones para la patria les ha llevado a desestimar la necesidad de aprender formas de comunicación capaces de llegar a la gente”, dice.

Victoria De Masi hizo la entrevista con Segato un domingo en medio del fin de semana largo. Hablaron durante horas, desgrabó 27 páginas y editó durante varios días la conversación para condensarla sin alterar el sentido. En la misma cantidad de tiempo podría haber despachado decenas de refritos o notas basadas en fuentes externas. También demandó mucho esfuerzo la impactante entrevista que Agustina Larrea le hizo al escritor sobreviviente del centro clandestino El Atlético Marco Bechis y las notas que seguiremos publicando esta semana escritas por Emilia Delfino luego de un viaje de cinco días a la zona de Sierra Grande, en Río Negro, donde se debate la instalación de un oleoducto que una Vaca Muerta con el mar e inyecte crudo en buques exportadores.

Podríamos priorizar el volumen de notas, incluso con mayor retribución de visitas, pero elegimos dedicarle tiempo y cabeza a notas que aportan información nueva y sirven para  pensar y entender un escenario esquivo. Hacer buen periodismo demanda recursos y por eso, si te parece importante que este medio exista, te pido que nos apoyes. Hasta el domingo próximo. 

DTC

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