El cine argentino copa San Sebastián en una edición que promete más de un mensaje a Milei

El cine argentino tendrá una presencia importante en la edición número 73 del Festival de San Sebastián, que tendrá lugar entre este viernes 19 y el 27 de septiembre. El dato es relevante teniendo en cuenta el contexto. La situación del INCAA es inédita: completamente paralizado por una gestión cuya cara visible, el economista Carlos Pirovano, se enorgullece de ese congelamiento, elogia películas que no vio y habla de “inauguraciones” en lugar de estrenos. Pirovano da muy pocas entrevistas, pero cuando lo hace llama la atención: en línea con las preferencias del presidente de la ópera y las milanesas, valoró Homo argentum, el cínico film protagonizado por Guillermo Francella que levantó mucha polvareda en redes sociales, pero aclaró que solo vio fragmentos en TikTok.
Ya en 2023, cuando Javier Milei todavía era candidato a la presidencia de la Nación y amenazaba con cerrar el INCAA si llegaba a ganar las elecciones, la nutrida delegación argentina que estuvo en la edición del festival de San Sebastián de ese año se manifestó en alerta. En esa edición en la que Puan, exitosa película de Benjamin Naishtat y María Alché, fue aplaudida a rabiar en cada función y se llevó dos premios (Mejor Guión y Mejor Interpretación para su protagonista, Marcelo Subiotto), se habló mucho de lo que podría pasar y finalmente pasó. Un año después, en 2024, José Luis Rebordinos, director artístico del festival, hizo una declaración explícita de apoyo a la industria del cine argentino que incluyó un palo para las exóticas decisiones del gobierno de Milei.
El INCAA todavía no cerró, pero ahora mismo es apenas un sello. La de Argentina es una de las industrias más poderosas de América Latina, sus profesionales son reconocidos en todo el mundo, el cine de nuestro país tiene un largo historial de premios, pero Milei y su inefable ejército de trolls dicen que solo se trata de gente que quiere vivir a expensas de un Estado que hay que destruir desde dentro.
Este año, en el marco de un festival clase A (como Cannes, Venecia, Berlín o Mar de Plata, hoy también hundido en una inocultable crisis por la desidia libertaria) con más de 250 producciones (entre largometrajes, cortometrajes, mediometrajes y series procedentes de 56 países), Argentina otra vez destaca en la programación de San Sebastián.
Hay tres largometrajes del país que aspiran a llevarse la Concha de Oro en la competencia oficial: 27 noches, del uruguayo Daniel Hendler, que se proyectará en carácter de estreno mundial antes de su llegada a Netflix el próximo 17 de octubre; Belén, de Dolores Fonzi, que se estrena esta semana en cines argentinos, y Las corrientes, de Milagros Mumenthaler, una coproducción con Suiza que ya fue exhibida en el Festival de Toronto. También se presentará un mediometraje de Luis Ortega, Siempre es de noche, donde aparecen dos grandes artistas fallecidos no hace mucho, María Onetto y Daniel Fanego.
En la sección Horizontes latinos se proyectarán Nuestra tierra, el primer documental de la notable carrera de Lucrecia Martel, e Hijo mayor, de Cecilia Kang. En Made in Spain, Miss Carbón, de Agustina Macri, coproducción con España que ya se estrenó en ese país, y la recientemente estrenada en cines de Argentina Verano Trippin, de Morena Fernández Quinteros. Y en WIP Latam, un apartado dirigido a los profesionales de la industria que tiene por objetivo facilitar la conclusión de largometrajes latinoamericanos en fase de postproducción e impulsar su circulación internacional, la coproducción argentino-uruguaya Un cabo suelto, también de Hendler, que este año tendrá entonces dos largos como director en San Sebastián, un privilegio poco frecuente.
Pero hay más huellas argentinas en esta edición del festival del País Vasco: la película Die, My Love, de Lynne Ramsey y con la estrella de Hollywood Jennifer Lawrence como protagonista, está basada en la novela Matate, amor, de una de las escritoras contemporáneas más celebradas de nuestro país, Ariana Harwicz. Lawrence llegará el 26 de septiembre, cerca del cierre del festival, para recibir un premio honorífico. Las otras estrellas que concentrarán la atención de las cámaras de la prensa local e internacional y del enjambre de curiosos que suele estar atento al perfil más glamoroso del festival son Juliette Binoche (que presenta su debut en la dirección, IN-I In Motion, película que revisita su experiencia en In-I, un espectáculo híbrido de danza y teatro que la actriz realizó en 2007 junto al bailarín y coreógrafo Akram Khan), Paul Dano, Matt Dillon, Colin Farrell y Charlotte Rampling. También estarán directores importantes como el francés Olivier Assayas y el estadounidense Richard Linklater. Y el afiche oficial tendrá la imagen de Marisa Paredes, un merecido homenaje a la gran actriz española fallecida en diciembre del año pasado a los 78 años.
Pero volviendo a lo que más nos interesa a los argentinos, es pertinente señalar que aún en el actual contexto sombrío de la industria nacional, configurado por una ofensiva que no tiene una explicación sensata, nuestro cine dará que hablar una vez más en San Sebastián. En el exterior, la gente relacionada con la actividad no termina de entender la situación porque, de verdad, el ensañamiento es injustificado, artero, extravagante. “Los próximos años serán muy difíciles para el cine independiente argentino de bajo y mediano presupuesto”, ha pronosticado Rebordinos, que sabe muy bien de lo que habla. Hoy el cine argentino depende casi exclusivamente del apoyo de las grandes plataformas de streaming, que ya tienen un rol decisivo en todo el mundo en el negocio pero que idealmente deberían complementarse con la producción fomentada por el Estado porque el cine genera ingresos, trabajo e identidad cultural; algo que ya es casi ocioso aclararlo.
Entre todos los mensajes categóricos que el gobierno de Milei viene recibiendo en las últimas semanas -con la caída estrepitosa de la catarata de vetos presidenciales que afectan a diferentes áreas claves del país -la salud, la educación- por decisión mayoritaria del Congreso, ahora llegará otro más desde España. Y como si fuera una broma del destino, será un escenario que funcionará como una enorme caja de amplificación en una edición del festival de San Sebastián donde el jurado de la competencia oficial tendrá una integrante inesperada: Lali Espósito, la autora de la canción “Payaso”.

MC
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