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En La Rural de Palermo

Con discursos encendidos, abucheos a Jorge Macri, críticas a Javier Milei y palabras de Liliana Heker se inauguró la Feria del Libro

Liliana Heker, durante la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

Agustina Larrea

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En un clima de críticas abiertas contra el Gobierno nacional –sin representantes presentes en el acto–, discursos encendidos y momentos tensos de abucheos dirigidos al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, se inauguró la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. A lo largo de casi dos horas, autoridades de la Fundación El Libro, el propio Macri y la escritora Liliana Heker brindaron sus discursos en uno de los salones principales del predio de La Rural, en el barrio porteño de Palermo.

Con la ausencia en los stands de las entidades que dependen de Nación y, también, la participación del presidente Javier Milei como autor en una de las presentaciones agendadas para esta edición el evento, uno de los más importantes de la agenda cultural del país, tendrá lugar hasta el 13 de mayo.

Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro, fue quien arrancó con los discursos. Apenas mencionó en su saludo protocolar a Jorge Macri comenzaron los silbidos para el jefe de Gobierno porteño.

“Concurrir a la Feria, este año, representa un acto de rebeldía y de resistencia. Como nunca este espacio plural, activo, será el eje central alrededor del cual girará el repudio de todas las fuerzas culturales a las políticas devastadoras que propone este gobierno”, señaló con dureza.

“Las medidas que se han tratado de implementar son ataques al corazón de la cultura, por eso expresamos con todas nuestras fuerzas y decimos: no al cierre del Fondo Nacional de las Artes, no al cierre del Instituto Nacional del Teatro, no al desguace del Instituto Nacional de Cine, INCAA, no a la derogación de la ley N° 25.542, de Defensa de la Actividad Librera, no a la negativa a comprar algo más de catorce millones de manuales escolares por parte del Ministerio de Capital Humano, que iban a ser entregados a las escuelas públicas, con el pueril y risueño, si no fuera trágico, argumento: ‘Porque no hay tiempo’”, cuestionó Vaccaro, mientras los presentes aplaudieron con fervor.

“La industria del libro encuentra un freno que nos retrotrae a momentos sombríos”, agregó el biógrafo y coleccionista de Jorge Luis Borges y subrayó que la Argentina enfrenta, por las políticas implementadas por la gestión Milei, una “abrupta pérdida del poder adquisitivo”.

En uno de los tramos más contundentes de su discurso, Vaccaro se refirió a la presentación que hará Milei de su libro Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica, publicado por Editorial Planeta. El titular de la Fundación El Libro aseguró que la entidad no tiene recursos para pagar el despliegue de seguridad que implicará ese evento, programado para el 12 de mayo.

“Con una mano en el corazón: no hay plata”, ironizó Vaccaro y concluyó: Todo lo atinente a su participación correrá por su cuenta, momento que volvió a provocar aplausos del público.

En otro momento del acto, hubo palabras de representantes de Lisboa, la ciudad invitada de honor en esta edición de la Feria.

Luego llegó el momento de la palabra Jorge Macri, que fue silbado por una parte de los presentes apenas se acercó a atrio para tomar el micrófono y en algunos tramos de su intervención. Sin embargo, el jefe de Gobierno salió airoso con su discurso, con el que intentó por momentos despegarse de las políticas culturales de Nación.

La Feria “es emblemática y la sentimos muy nuestra”, afirmó Macri y, luego de hacer un repaso por su vínculo con la lectura desde su infancia, aseguró que el encuentro “no es un evento del gobierno, es patrimonio de la ciudad toda”. “Cuenten con nosotros en esta y en las ediciones futuras”, anunció Macri en referencia al apoyo económico que la Ciudad hace a la Feria, a diferencia del gobierno nacional que decidió quitarlo desde la llegada de Milei al poder.

“Mi presencia no es protocolar, es una muestra del compromiso”, subrayó Macri y concluyó: “La cultura ocupa y ocupará un lugar imprescindible”.

Hacia el final, llegó el turno de Liliana Heker, que subió al escenario sonriente apenas fue anunciado su nombre.

“Quiero celebrar de manera muy especial esta Feria y, en particular, al objeto impar que la convoca: el libro. En cierto modo, siento algo similar a lo que, medio siglo atrás, experimenté en mi primera feria”, dijo la escritora y agregó: “Y cuando hablo de leer no aludo sólo a la creación ficcional o artística. El acto de leer permite un diálogo libre y personal con cada cuestión en la que un lector elige sumergirse”.

Con un tono entre la ironía, el humor y la sutileza, Heker se refirió en distintos tramos de su intervención a palabras y escenas que tuvieron lugar en el país desde la asunción de Milei, como las filas de personas que reclamaban alimentos ante la sede del Ministerio de Capital Humano, los despidos injustificados en el Estado y el desfinanciamiento de las universidades públicas, entre otras medidas tomadas por el gobierno nacional.

“Hay mucha miseria en nuestro país”, aseguró Heker y agregó: “No vamos a resignarnos al silencio, de eso no me cabe duda”.

“Me animo a arriesgar que, como objetivo, esto de 'ignorancia para todos' no va a llegar muy lejos. Ante todo, porque en momentos difíciles como el actual termina imponiéndose una lectura irrefutable de la realidad que no necesita de estudios previos: es la inducida por el hambre y por la angustia de haber sido despedido del trabajo sin razón, y por cualquier otra injusticia que duele de cerca”, apuntó la escritora en otro tramo de su discurso, en el que reivindicó la importancia de la educación pública de calidad.

“En nuestro país, en suma, el libro importa. Y ese es un dato nada desdeñable acerca de cómo somos”, concluyó Heker.

AL/JJD

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