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En ausencia de Andrada, Carnevali apuesta por Armani o Marchesín

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A decir de Daniel Carnevali, arquero de la Selección Argentina en el Mundial de Alemania 1974 y un agudo analista de lo específico del puesto, entre la generosa oferta de que dispone Lionel Scaloni era Esteban Andrada “el que estaba un escalón por delante de los demás, porque es proactivo, no espera que las cosas sucedan, se ocupa y anticipa”, pero a falta del arquero de Boca se inclina por Franco Armani o Agustín Marchesín.

Desde Palma de Gran Canaria, donde está radicado desde hace un cuarto de siglo, Carnevali aclara que no conoce en detalle a todos los arqueros argentinos, pero sí en buena medida a los que considera “mejores” y a los que el entrenador argentino ha incluido en la lista de la Copa América: “No conozco el día a día, pero veo muchos porteros y reconozco que hay varios de calidad”.

Antes de abocarse a desmenuzar el grupo de los arqueros (“porteros”, insiste, quien brilló en la Unión Deportiva Las Palmas y en 1979 fue considerado el mejor de la Liga Española en su puesto), considera que en el fútbol actual se le da “un sobrevalor al juego con los pies”, pero la tarea fundamental no ha dejado de ser “evitarlos, tapar, impedir que te marquen. Lo primero es parar. Se lo pone en el inicio del juego colectivo del equipo para intentar poder marcar un gol”.

Sin embargo, Carnevali encuentra que el concepto de portero ha cambiado fundamentalmente y ante el hecho consumado la preparación debería de ser diferente de lo que se estila.

Al respecto, puntualizó: “Se lo saca del grupo y se lo entrena 45 minutos una hora con el entrenador de porteros. Pero habría que integrarlo, no aislarlo. No se puede obviar. Así como a un defensor se lo trabaja en las coberturas y en las ayudas, al portero se le pide que juegue detrás de la línea defensiva y que salga a buscar esos balones y a trabajar en el juego aéreo. Entonces, me parece que a través de las ejercitaciones habría que buscar reconstruir lo más parecido al juego. De una vez por todas el portero debe incorporarse como si fuera un jugador más de campo”.

De inmediato, en diálogo con Télam, el rosarino de 75 años, dueño de una escuela de fútbol que lleva su nombre en Palma de Gran Canaria, se refirió a los que considera los arqueros argentinos:

Esteban Andrada: “Es el mejor portero argentino. Proactivo, juega bien con los pies. Portero de área que se mueve muy bien detrás de la línea Tiene una fuerte personalidad, de la que a veces abusa, pero prefiero que no sea un arquero reactivo, de los que espera que sucedan las cosas”.

Franco Armani: “Lo veo un punto debajo de Andrada. Armani tiene otra forma, diferente, de jugar. Más de portería, más de área pequeña, le cuesta detrás de la línea y le cuesta jugar con los pies. No tiene regularidad, pero salva muchas situaciones de gol. Juega en un equipo grande. Tiene experiencia y nivel de Selección, claro que sí”.

Agustín Marchesín: “Lo noto consolidado en el Porto, con un buen nivel. Muy bien aseado con los pies. Juega fuera, detrás de la línea. Perfectamente puede estar entre los tres, alternar o directamente ocupar el arco”.

Juan Musso: “Otro que ya demostró su valía en Udinese, en la Serie A de Italia. Compite frente a grandes equipos y grandes delanteros. Quiere decir que está acostumbrado a jugar en escenarios exigentes y contra rivales exigentes. Tiene, experiencia, personalidad y 27 años, una edad ideal”.

Emiliano Martínez: “Ágil y potente. Tiene sus altibajos, es algo irregular, pero no cualquiera sobresale en la Premier League”.

Antes de concluir su diálogo con Télam, no se privó de mencionar otros cuatro arqueros argentinos de su agrado: “Jorge Broun, que tiene una edad adecuada (34 años), Agustín Rossi de Boca, Manuel Roffo, que ahora está en Tigre, y Lautaro Morales, el de Lanús. Lo vi muy bien en las selecciones juveniles”.

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