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Alberto Fernández relanza un demorado gasoducto que podría ahorrar importaciones e impulsar la industria y la exportación

Ofelia Cédola, presidenta de la Fundación YPF; Kicillof, Fernández, Gutiérrez; Pablo González, jefe de la petrolera estatal, y Martínez, en el acto por el gasoducto Kirchner.

Alejandro Rebossio

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Vaca Muerta no es un lugar, ni un pueblo, ni una región. No se puede ir a Vaca Muerta, salvo que alguien se meta en un tubo y baje a 3.000 metros de profundidad en el subsuelo de Neuquén. Pero en los últimos años se dice que tal o cual fue a Vaca Muerta. Así que Alberto Fernández viajó este jueves a Loma Campana, el área que comenzó a desarrollarse cuando hace diez años se estatizó YPF, en lo que fue el inicio de la explotación masiva de esta formación neuquina con un nombre muy atinado para un país famoso en el mundo por su carne bovina. El Presidente viajó esta mañana para escenificar el lanzamiento de una obra que ya había presentado Mauricio Macri y que es necesaria para seguir extrayendo más gas del subsuelo: el gasoducto Néstor Kirchner, que el anterior jefe de Estado llamaba Vaca Muerta, y que unirá primero a Tratayén, en Neuquén, con la localidad bonaerense de Salliqueló, a 558 kilómetros. Sin este proyecto, ya no se puede aumentar más la producción gasífera y con él, se dará el primer paso para reducir las importaciones, encarecidas por la guerra de Ucrania, para asegurar el suministro a industrias, alentar nuevas inversiones petroquímicas y exportar el combustible a los países vecinos e incluso a Europa, que busca reemplazo a la provisión desde Rusia.

El secretario de Energía Darío Martínez destacó que, dado el encarecimiento del gas natural licuado (GNL), que se importa por barco de países como Estados Unidos o Qatar, el gasoducto a Salliqueló permitirá un ahorro de divisas el año próximo por US$ 3.400 millones anuales, con un impacto fiscal de 3.000 millones, dado que esas compras se subvencionan. Frente a las críticas por demoras en la construcción del tubo, no sólo en el gobierno anterior sino también en el actual, Martínez declaró que la encargada de hacerlo, la empresa estatal Integración Energética Argentina (IEASA), está cumpliendo los plazos, ya compró los caños a Techint y, según el secretario, el mes próximo se convocará a la licitación del proyecto -no se sabe si se seleccionará una sola constructora o varias, para ir más de prisa-, en junio se elegirá al ganador y en agosto se arrancará la obra. Esta primera etapa, de unos US$ 1.000 millones, será financiada a mitades por impuestos y por el aporte extraordinario de las grandes fortunas, que tenía una asignación específica para inversiones gasíferas, además de cubrir la emergencia por el Covid-19.

Esta primera etapa, de unos US$ 1.000 millones, será financiada a mitades por impuestos y por el aporte extraordinario de las grandes fortunas, que tenía una asignación específica para inversiones gasíferas, además de cubrir la emergencia por el Covid-19

Plazos en duda

Claro que todo este potencial depende de que cumplan los plazos, algo que ponen en duda expertos como Emilio Apud, que fue director de YPF en el gobierno de Mauricio Macri. Apud advierte de la falta de acero en el mundo para elaborar los tubos y de “los atrasos propios de una empresa estatal como IEASA”. El gobierno anterior pretendía que fuera una compañía privada la que construyera el ducto. Pero Juan José Carbajales, ex subsecretario de Hidrocarburos en el gobierno de Fernández entre 2019 y 2021, considera que fue la administración Macri la que perdió tiempo desde fines de 2016 y no concretó la obra. Después del 2020 de cuarentena y caída de producción gasífera, el proyecto se podría haber empezado el año pasado, pero la judicialización del aporte de las grandes fortunas y las peleas internas entre la Secretaría de Energía e IEASA, en manos del cristinista Agustín Gerez, retrasaron hasta febrero pasado la licitación para comprar los caños.

En una segunda etapa, que se financiaría con fondos de China y otros orígenes, se llevará el ducto de Salliqueló hasta San Gerónimo, provincia de Santa Fe. Martínez prometió terminarla en 2024 y calculó que con ella el ahorro de divisas llegará a US$ 6.000 millones y el fiscal, a 5.000 millones.

En una segunda etapa, que se financiaría con fondos de China, se llevará el ducto de Salliqueló hasta San Gerónimo, provincia de Santa Fe. Martínez prometió terminarla en 2024 y calculó que con ella el ahorro de divisas llegará a US$ 6.000 millones

La primera fase elevaría en un 25% el transporte desde Vaca Muerta y permitiría reducir las importaciones de gas en invierno en un tercio, con lo que también se reduciría el actual riesgo de cortes del suministro en industrias. Pero además el proyecto permitiría revitalizar el polo petroquímico de Bahía Blanca. Allí, Profertil, fabricante de urea (fertilizante de cereales que se elabora a partir del gas) que pertenece a YPF y la canadiense Nutrien, prevé ampliar su planta con una inversión de US$ 1.200 millones. En la actualidad, el precio de la urea se ha disparado tanto como la del gas porque Rusia es su principal proveedor mundial. El gasoducto además permitiría liberar más gas para exportar en verano a Chile, Brasil y Uruguay y si algún día se invierte en una planta de licuefacción, también podrían enviarse por barco al resto del mundo.

“Tenemos gas para 200 años y el gas es la energía de transición para ir camino a las energías renovables”, celebró Fernández. Minutos antes, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que asistió al acto y había sido impulsor de la reestatización de YPF en 2012 como viceministro de Economía, también habló de esos 200 años y agregó que había petróleo por 100. Dijo que lo había leído ayer en un estudio. Se trata de un informe que elaboraron Nicolás Arceo, Lara Bersten y Andrés Wainer para la organización Fundar. Kicillof destacó una proyección del reporte: las exportaciones de hidrocarburos podrían llegar a US$ 33.000 millones anuales. “Le va a cambiar la historia a nuestro país”, celebró. El gobernador destacó que el ducto se llamé Néstor Kirchner, que Cristina Fernández de Kirchner haya nacionalizado el 51% de YPF, que su hijo Máximo haya impulsado el aporte de las grandes fortunas con el que se financiará la obra y que Fernández ahora la concrete.

'Tenemos gas para 200 años y el gas es la energía de transición para ir camino a las energías renovables', celebró Fernández

“No hay posibilidad de desarrollo sin industria, no hay posibilidad de industria sin energía y no hay posibilidad de energía sin que venga del suelo argentino”, dijo el jefe de Estado, que pidió celeridad en la obra y no dejó de criticar el retroceso productivo de YPF en la era Macri. El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, fue el único de los oradores que destacó la inversión privada en Vaca Muerta, donde también están presentes Techint, Pan American Energy (PAE), Total y Pampa Energía. También recordó que los gasoductos desde allí son necesarios para llegar a calefaccionar hogares de provincias del país que hoy deben recurrir a las garrafas, como las del noreste (NEA). Además, abogó por la construcción de un nuevo oleoducto, de modo de evitar a futuro un cuello de botella con el petróleo.

Además de sustituir importaciones de GNL, evitar cortes de gas en industrias, llegar a más viviendas, alentar el polo bahiense y exportar, también el gasoducto servirá para reemplazar el uso de fueloil y gasoil en centrales termoeléctricas. Además, compensará la caída de producción que se viene registrando en Bolivia y en las otras cuencas argentinas, la del noroeste y la austral, que se abastece en plataformas en el mar frente a Santa Cruz y Tierra del Fuego.

AR

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