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La cosecha de Massa en EE UU, el alto precio que paga a los sojeros y el plan canje para ahorrar energía

Alejandro Rebossio Panorama económico rojo

Alejandro Rebossio

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Sergio Massa cumplirá hoy el cuarto día de trabajo en Estados Unidos, en una gira que ha logrado acelerar el desembolso de créditos de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo (BID) que estaban trabados y que la Argentina necesita con urgencia para recomponer las alicaídas reservas. El ministro de Economía aprovechó la buena relación que cultivó durante años con el trumpista Mauricio Claver-Carone, presidente del BID, para lograr que le aprobara US$ 1.200 millones para reforzar los activos del Banco Central, de los cuales unos 500 millones vendrán antes del 30 de septiembre, para al menos acercarse a la meta de acumulación de reservas que el país tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el tercer trimestre del año.

Massa consiguió además que el director gerente de operaciones del Banco Mundial, el holandés-austríaco Axel van Trotsenburg, que había representado a la entidad en Buenos Aires entre 2002 y 2007, preste US$ 900 millones en los próximos seis meses. De ese monto, primero se debatirá durante septiembre en el directorio del organismo un primer crédito para financiar en la provincia de Buenos Aires un seguro de capacitación y empleo y la Tarjeta Alimentar. Van Trotsenburg y su equipo se fueron del encuentro con el ministro con la sensación de haber participado de la mejor reunión en años con la Argentina, según fuentes de la entidad. Dialogaron no sólo sobre los préstamos concretos para el país sino sobre cómo los organismos multilaterales pueden contribuir con sus programas y financiamientos a que las naciones emergentes y pobres reciban transferencias netas de fondos durante las crisis para que puedan desplegar políticas contracíclicas. También conversaron sobre la macroeconomía de la Argentina, las inversiones en energía y la importancia de enfocarse en las necesidades de mediano y largo plazo para que se usen los recursos del banco en la lucha contra la pobreza, los servicios básicos, la infraestructura y el crecimiento sostenible.

Van Trotsenburg y su equipo se fueron del encuentro con el ministro con la sensación de haber participado de la mejor reunión en años con la Argentina, según fuentes del Banco Mundial

También los funcionarios económicos que esta semana negocian con el staff del FMI en Washington se han encontrado con buena predisposición. “Hay mucha buena onda en términos de no poner piedras ni requisitos innecesarios”, comentaron fuentes oficiales argentinas. “Hay bastante comprensión, pero además estamos cumpliendo con las metas, con la fiscal, la monetaria, más o menos con la de la reservas, habrá que ver cómo termina septiembre con el dólar soja. Pero esta misión técnica está mucho mejor que hace 40 días: todo es muy laborioso, pero no es lo mismo cuando arriba tenés un paraguas político agujereado que cuando funciona mucho mejor”, concluyen los técnicos. Antes de que este lunes Massa se reúna con la directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva, trabajan por estos días en el Fondo el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, los secretario de Hacienda, Raúl Rigo, y de Finanzas, Eduardo Setti, el director del Instituto de Estadística (Indec), Marco Lavagna, y sus par del Central Lisandro Cleri y Jorge Carrera.

Massa además se reunió con numerosos hombres de negocios en busca de inversiones para el país. En algunos encuentros le fue mejor que en otros. Por ejemplo, el presidente de la alemana Volkswagen para toda América, el argentino Pablo Di Si, se mostró entusiasmado con el país, le contó que para fin de año ya habrá completado el 30% del programa de inversión por US$ 250 millones para producir más pick-ups Amarok y ensamblar motos Ducati y le comentó que tiene más planes en la cabeza. Mientras, el vicepresidente global de Whirpool, Joâo Carlos Costa Braga, le contó que el mes próximo inaugurará una planta en Pilar en la que invirtió US$ 52 millones para exportar por primera vez en dos décadas desde la Argentina: planea vender dos tercios de los lavarropas que allí producirá en Brasil y después expandirse al resto de América Latina. El país no sólo ofrece recursos naturales como granos, gas y litio para un mundo en crisis alimentaria, energética y climática sino que también, por el encarecimiento de la logística por la pandemia y la guerra de Ucrania, se abren nuevas oportunidades de exportar bienes industriales a la región.

Sólo protocolar

En cambio, algunos ejecutivos de los que participaron del encuentro de Massa en la Cámara de Comercio de Estados Unidos (Amcham) aclararon que se trató de sólo una reunión protocolar. “¿Argen... qué?”, bromeó otro cuando elDiarioAR le preguntó por el clima de negocios en el país. Este viernes, el ministro viajará de Washington a Houston, la capital petrolera de Estados Unidos, para encontrarse con ejecutivos de Chevron, ExxonMobil, la francesa Total y la angloholandesa Shell, todas con inversiones en Vaca Muerta, pero que podrían enterrar más dinero allí en la medida en que se construya el gasoducto Néstor Kirchner -estas firmas podrían financiar el segundo tramo- y si se levantan plantas de licuefacción para exportar el gas a una Europa a la que Rusia le restringe el suministro.

En la cena del martes de Massa con el asesor especial de Joe Biden para Latinoamérica, Juan González, también hablaron de las oportunidades de negocios. En la residencia del embajador Jorge Argüello, entre la merluza negra con papas y los alfajores de dulce de leche de postre, conversaron durante tres horas, con la presencia del anfitrión, su par norteamericano en Buenos Aires, Marc Stanley, y el asesor internacional del ministro, Gustavo Martínez Pandiani. El eje de la conversación fueron las oportunidades conjuntas de Estados Unidos y la Argentina para alimentar y calefaccionar al mundo a partir de la guerra de Ucrania. Hablaron de que nuestro país pueda convertirse, con inversión de empresas norteamericanas, en gran proveedor de seguridad alimentaria y energética al mundo. Aunque hablaron del acuerdo con el BID tras meses de desencuentros, del ajuste fiscal, del anhelo de recuperación de las reservas y del compromiso por cumplir el acuerdo con el FMI, se centraron en Vaca Muerta, el gasoducto Néstor Kirchner, las inversiones en litio y biodiesel y otras oportunidades comerciales. También de la visita sin fecha confirmada de Alberto Fernández a Biden.

El ministro apenas se vio con representantes del mundo financiero, como los banqueros de Goldman Sachs. No visitó Nueva York

El ministro apenas se vio con representantes del mundo financiero, como los banqueros de Goldman Sachs. No visitó Nueva York. Desde la capital financiera, un inversor con interés en la Argentina observa que “en general se ve una estabilización de la situación, pero nada más”. “De por sí eso es bueno, no se estrolan, me parece que se dieron cuenta de que así como estaban no llegaban, pero de eso a revertir el panorama es otra cosa. Desde el punto de vista de los activos, estaban y siguen baratos si uno piensa que llegan a 2023 sin estrolarse”, agrega. Otro de sus colegas también le baja el precio al país: “Acá no hay repercusión de una visita de un ministro de la Argentina en medio de la campaña de los midterms (elecciones legislativas de medio término de Estados Unidos) y la guerra en Ucrania... pasa menos que desapercibida... La impresión de algunos amigos argentinos, que están más involucrados en bonos de su país, es que han habido avances con el BID, aunque estamos hablando de chirolas, mientras que lo del IRS seguro que es algo que va a llevar mucho tiempo”. El IRS es el Servicio de Impuestos Internos, la AFIP estadounidense, que analiza un acuerdo de intercambio automático de información con Massa que pondría en la mira unos US$ 100.000 millones que millonarios argentinos esconden en bancos norteamericanos mientras por estas pampas los demás contribuyentes sostienen al Estado.

Mientras, en uno de los bancos extranjeros que operan en la Argentina calculan cuánto costará al país el dólar soja a $ 200 que Massa anunció el domingo pasado, antes de viajar a Estados Unidos: “Aspiran a juntar 5.000 millones de dólares en septiembre. Si no entrasen a 200 pesos, serían un billón de pesos menos o 7.000 millones de dólares al tipo de cambio oficial, un poco más del 1% del PBI. Sin dólar soja, algo hubiese entrado de todas maneras. El costo del dólar soja es la diferencia entre lo que entre a 200 pesos y lo que hubiera entrado igual a 140”. En la consultora Abeceb, cuyos socios son Mariana Camino y el ex ministro de Producción macrista Dante Sica, también elaboran sus números: “El Banco Central compró en tres días 1.410 millones de dólares a 200 pesos. Teniendo en cuenta lo que tuvo que venderles, subsidiarles, a importadores a 140 pesos, en el neto ya lleva emitidos 200.000 millones de pesos, un 5% de la base monetaria o 0,3% del PBI”.

Pero todo sea por acumular reservas sin devaluar por ahora

Pero todo sea por acumular reservas sin devaluar por ahora. Además del dólar soja, el ministro también apuesta a ahorrar en importaciones. Aunque en agosto terminó la temporada de compras externas de gas natural licuado (GNL), se busca seguir ahorrando la energía encarecida por la guerra, llamando a moderar el consumo, tal como planea hacerlo Europa en el próximo invierno. Incluso Suiza castigará hasta con prisión a aquellos que se calefaccionen a más de 19 grados. Por un lado, la secretaria de Energía, la salteña Flavia Royón, aspira a que se racionalice el consumo por los aumentos de tarifas. Por el otro, cuando regrese del encuentro de hoy en Houston se juntará con su subsecretario de Energía Eléctrica, el tucumano Santiago Yanotti, que le propondrá un plan canje para ayudar a que los consumidores cambien las heladeras viejas por nuevas, las lámparas incadescentes por las LED y los calefones eléctricos por los solares para que bajen su gasto energético. Claro que mientras tanto los gobernadores de sus provincias y las demás de todo el Norte reclamaron este jueves que se eleve el tope de consumo eléctrico subsidiado. Más allá de la grieta política, ahondada tras el intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner, los jefes provinciales norteños se unieron para conmoverse por esos ciudadanos que después de años de penurias votarán en 2023. No terminó el invierno y ya se avecina un verano caliente.

AR

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