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En el debate económico se achacaron hiperinflación y propuestas polémicas

Milei a la izquierda y Massa a la derecha, en el tercer y último debate presidencial.

Alejandro Rebossio

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El candidato presidencial y ministro de Economía, Sergio Massa, arrancó el debate llamando a cuidar el trabajo, no dijo nada de la inflación que no puede controlar y que galopa al 140%. Su rival, Javier Milei, se presentó una vez más como supuesto experto en “cómo hacer crecer la economía, cómo terminar con la pobreza y exterminar de una vez por todas el cáncer de la inflación”. No está claro dónde se formó para ello porque su trayectoria laboral discurrió en el banco HSBC; en Máxima, una de las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP), de cuando el sistema era privado, y en la Corporación América, la dueña de Aeropuertos Argentina 2000 y otras empresas de Eduardo Eurnekian.

“La Argentina lleva 100 años de decadencia. Era el país más rico del mundo y ahora, al dólar paralelo, somos el 130”, planteó el candidato autodefinido como liberal libertario el mito de que esta nación lideraba al mundo entero, una fábula que no es cierta. También es incorrecto usar el tipo de cambio paralelo para medir el PBI per cápita y situar al país de la mitad para abajo en el ranking mundial. Es cierto que la medición con el dólar oficial, que lo ubica en el puesto 66°, es también engañosa, pero expertos internacionales consideran que lo más apropiado es usar un promedio entre uno y otro, lo que dejaría a la Argentina en la posición 82°. Massa no lo retrucó por este lado sino recordando que a principios del siglo XX sólo el 6% de los argentinos vivía por encima del nivel de la pobreza. Milei le contestó que esas cifras correspondían al siglo XIX.

Pero más allá de la discusión histórica, el diputado advirtió que el país se encuentra con “alto riesgo de hiperinflación” y lo atribuyó básicamente al “modelo de la casta” que llevó a que en los últimos 130 años la Argentina padeciera de déficit fiscal en 113 y lo resolviera emitiendo deuda o billetes. En su estrategia de preguntarle “por sí o por no” si estaba a favor de la dolarización y la eliminación del Banco Central, Milei lo confirmó: “Queremos terminar con la maquinita del gobierno de delincuentes. Te llevás 26 mil millones de dólares este año. Vamos a dolarizar la economía, eliminar el Banco Central y terminar con el cáncer de la inflación”. Entonces Massa aprovechó para recordar que la nueva aliada de Milei, Patricia Bullrich, había recordado que sólo países como Zimbabwe dolarizaron y como Micronesia eliminaron la autoridad monetaria. Le faltó recordar que en el tránsito a la dolarización en Ecuador ocurrió una hiperinflación o que Zimbabwe terminó dando marcha atrás al uso de la moneda norteamericana.

Pero el ministro candidato por fin habló algo de cómo piensa bajar la inflación que en un año no ha podido doblegar sino que aumentó. Dijo que no lo hará apropiándose del ahorro de la gente, en alusión al temor de que la dolarización se haga con un corralito a los depósitos en dólares y los plazos fijos en pesos. Sostuvo que lo hará con US$40.000 millones más de exportaciones en 2024. Seguramente confía en una mejor cosecha tras la sequía de este año, en nuevos proyectos de litio y en el impacto del gasoducto Néstor Kirchner en la venta de gas a Brasil y Chile. Pero fue más allá: planteó que la reducción de los precios vendrá por el “gran acuerdo de unidad nacional” que plantea con opositores, empresarios y sindicalistas y sobre la base de “superávit fiscal, superávit comercial, competitividad cambiaria y acumulación de reservas para pagar al FMI (Fondo Monetario Internacional) para sacarlo de la Argentina”. Milei le recordó que este año, en lugar de ahorro fiscal, habrá un déficit del 3% del PBI, un punto por encima de lo pactado con el FMI. El ministro candidato no le contestó ni explicó cómo hachará el actual rojo de las cuentas públicas de un año para el otro. En su proyecto de presupuesto 2024 se confía más en mayor recaudación por la cosecha y en eliminar beneficios impositivos que en ajuste del gasto. De su alusión a la “competitividad cambiaria” se desprende que habría un salto del dólar oficial.

Massa recordó que Milei expuso en su reunión en agosto pasado con técnicos del FMI que ajustaría 15 puntos el gasto en relación al PBI. El libertario insiste en que será gasto político, pero tocando eso solo no alcanza a semejante cifra. El ministro le recordó que en la plataforma electoral de La Libertad Avanza (LLA) se habla volver a privatizar el sistema jubilatorio, es decir, recrear las AFJP. Según Massa, eso implicaría que en enero los jubilados cobren $83.000 menos. ¿De dónde obtiene el número? En el debate, mencionó que en la actualidad hay 21.000 jubilados que cobran de las desaparecidas AFJP un haber de entre $5.000 y $20.000. “Tuvimos que salir a socorrerlos”, recuerda Massa cuando se reestatizó el régimen en 2008. Aquellos $83.000 es la brecha entre los $110.000 a los que subirá la mínima en diciembre y lo que pagan las AFJP.

El candidato de Unión por la Patria (UP) le preguntó si quitará los subsidios, en referencia a la energía y el transporte público, tal como había prometido en la campaña. Milei le respondió que era un “mentiroso”, que no subiría a $700, como alerta el ministro candidato, sino a $350, pero aclaró que el boleto sería menor porque le quitarían impuestos. “No vamos a tocar las tarifas, primero que la economía se recupere”, se desdijo Milei. Massa le insistió en que mentía ahora sobre los subsidios o había mentido en una reciente entrevista con Eduardo Feinmann en la que prometía eliminarlos. Entonces el economista le retrucó al ministro recordándole que él también había podado subvenciones y que había terminado aumentando recientemente la nafta y el gasoil ante su escasez. Massa cantó retruco, le recordó la palabra “motosierra”, que Milei dejó de usar en la campaña, y calculó que con el libertario como presidente subirían entre 300% y 400% el transporte público y la energía y se eliminarían programas como el de lucha contra el cáncer.

El aspirante de LLA le achacó la pérdida salarial que viene sufriendo los argentinos en este gobierno. Claro que este retroceso ya comenzó con la anterior gestión de Mauricio Macri, nuevo aliado de Milei. “Con vos, cayeron 33% los ingresos. La miseria que vos generaste. Dos tercios de los chicos están en situación de pobreza”, planteó el diputado, exagerando la merma de los sueldos, pero con precisión sobre los niños pobres.

Massa, que construyó su carrera política como jefe de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), jefe de Gabinete, intendente de Tigre, diputado, después presidente de la cámara baja y ahora ministro, le preguntó a su contendiente si iba a privatizar Vaca Muerta. Milei le esquivó bien la interrogación recordando que los recursos petroleros son de las provincias y no serían objeto de su función como presidente. Ahí se equivocó el ministro, que debería haber preguntado por la promesa de campaña de Milei de privatizar YPF. El candidato de UP sí le recordó su idea de “privatizar ríos y mares” y entonces el de LLA no le confirmó sino que se limitó a decir que Massa no sabía “extrapolar” una discusión de economistas, como aquella en la que soltó esa propuesta.

Después del segmento de economía, se siguió hablando del tema en el bloque de política exterior. Massa señaló que los dos países con los que Milei quiere congelar las relaciones diplomáticas, Brasil y China, por considerarlos “comunistas” son los principales socios comerciales del país y el destino de exportaciones que dan empleo a 2 millones de argentinos. El ministro los ejemplificó, desde los operarios de automotrices de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba y los de los frigoríficos de carne vacuna y pollo hasta los que producen porotos en Salta. Milei le contestó que “el Estado no tiene por qué meterse con quien debo comerciar o no”, opinó que “el Mercosur no tiene calle de salida” y aclaró: “No digo que no hay que comerciar con Brasil y China”. Entonces el ministro le recordó que los estados sí interfieren en el comercio porque fijan aranceles, barreras sanitarias y cupos a las importaciones. Por ejemplo, si no se negocia con China, no se podrá volver a exportarle pollo tras la influenza aviar.

Milei quiso retrucarle apuntado a que Massa “subsidia” con dólares oficiales a sus amigos. No fue tan claro como Bullrich en el debate de la primera vuelta cuando ella apuntó a las sospechas de coimas para conseguir autorizaciones de importaciones. El libertario propuso entonces que si no se podía exportarle a Brasil y China se triangulara los productos a través de terceros países, como si eso fuera tan fácil o no implicara pérdidas de beneficios por comerciar dentro del Mercosur en el caso del socio mayor del bloque. El peronista le preguntó si buscaría triangular por “Panamá o paraísos fiscales”. El candidato de LLA le contestó que son los funcionarios del gobierno actual quienes tienen fondos en esos paraísos. El ministro lo desafió a presentar denuncias contra él en la justicia y le recordó que era la familia Milei y no la suya la que tenía departamentos en Estados Unidos. El diputado le contestó que tenía información errada.

En el bloque de educación y salud, Milei aclaró que seguirán siendo públicas y que son políticas que definen las provincias. Ya no habla de ajustarlas entregando vouchers a los estudiantes o arancelando los hospitales, pese a que ambas ideas están inscriptas en la plataforma de LLA y Massa se lo recordó. El ministro abogó por más universidades nacionales y le preguntó a Milei si las arancelaría. “En el corto plazo, no”, contestó el diputado. “¿Y en el largo?”, insistió Massa. “Le voy a dar los recursos a la gente para que vaya a la universidad que quiera”, apuntó a los vouchers. El postulante de UP citó un estudio de la Universidad de San Juan que calculó que arancel costaría $270.000 por mes: “Que lo sepan los papás y mamás”. Milei desestimó ese cálculo: “Parecen los mismos que hacen el cálculo del boleto de tren, no tienen base científica”. Massa habló de que la universidad pública permite la “movilidad social ascendente”, Milei le cuestionó el concepto y lo consideró un desvío de fondos de unos a otros en la sociedad y el ministro le recordó que el 90% de los alumnos de las casas de altos estudios de José C. Paz y Florencio Varela era primera generación de universitarios en sus familias. Además, Massa propuso “integrar los sistemas de salud pública, obras sociales y prepagas en un seguro universal”. Curiosamente, la plataforma de LLA también habla de un seguro universal de salud.

Después, el debate abordó la cuestión trabajo. Massa prometió crear 2 millones de empleos, con “incentivo del Estado”. Dio ejemplos: quita de impuesto a las pymes que aumenten la exportación, retenciones cero a 33 economías regionales, simplificación de impuestos y quita de aportes patronales en el Norte Grande. “Bastante simpático el ministro”, tomó la palabra Milei. Le recordó el empleo privado se encuentra estancado en 6 millones desde 2011. Desde entonces, la producción también está estancada y el PBI per cápita retrocedió 15%, señaló el diputado. “Esto ocurre porque no hay inversión. Porque es imposible ganar dinero con esta presión fiscal escandalosa. Y si ganan dinero, viene la banda de la expropiación y la redistribución del ingreso”, apuntó Milei.

El candidato de UP habló a favor de la igualdad laboral entre varones y mujeres y repitió sus propuestas de prohibir que las empresas les paguen salarios diferentes por la misma tarea y que se creen jardines maternales para que las trabajadoras puedan dejar allí a sus hijos. Su rival de LLA volvió a negar que las compañías paguen más a los hombres que a las mujeres por el mismo rol. Massa destacó por fin algo de su gobierno: el crecimiento de los puestos de trabajo, “pese a los enormes problemas por la sequía y el acuerdo con el FMI” y advirtió que la propuesta de Milei de “abrir la economía va a destruir miles de empleos” como en los 90. Pese a que el libertario ha llenado de elogios siempre al gobierno de Carlos Menem y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, esta vez lo criticó: “En los 90 abrieron la economia pero no bajaron el gasto, y terminamos con un industricidio”. O sea, según Milei, lo que falló fue que al no reducir las erogaciones, no se acotaron los impuestos y por eso las fábricas no pudieron competir con el mundo.

“Hablamos de bajar el gasto, los impuestos, quitar regulaciones, modernizaciones del sistema laboral del tipo de la Uocra (Unión Obrera de la Construcción). Cuando uno ya es competitivo fiscal y laboralmente, recién entonces abrir la economia”, planteó Milei. Pero la semana pasada dijo que la apertura se haría a los dos años de su eventual gobierno. Más adelante, Massa le recordó que adoptar el modelo de la UOCRA implica eliminar el derecho a la indemnización por despido. “¿Les vas a eliminar el derecho a los que tienen nueve o diez años de carrera?”, le preguntó. Milei le aclaró que sería para los contratos nuevos. “Contales que los vas a dejar sin indemnización ni vacaciones pagas”, insistió el ministro. “Yo pensé que eras más parecido al 15-19 -se refirió Massa a los años en que gobernó Macri- pero sos más parecido a (José Alfredo) Martínez de Hoz”, citó al ministro de Economía de la última dictadura. Milei lo negó. “Vos decís apertura y que sea lo que Dios quiera”, atacó Massa. “Vos decís hacer negocios con los amigos”, le contestó Milei. El libertario le achacó sus buenas relaciones con el establishment. Massa le recordó su pasado en Máxima AFJP y en el grupo de Eurnekian. Quien no tenga de ellos ninguna relación con poderosos empresarios que tire la primera piedra.

AR/CRM

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