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Fabián de la Fuente, uno de los 1.800 despedidos de Garbarino: “Hubo días que tuve que vender cartones y metales”

Fabián de la Fuente, trabajador despedido de Garbarino.

Alejandro Rebossio

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Fabián de la Fuente, vecino de Burzaco de 60 años, estuvo en la Armada y, como tal, combatió en la Guerra de Malvinas. Ahora da otra pelea. La de llevar el pan todos los días a la mesa de su familia. Es uno de los 1.800 trabajadores que el 11 de noviembre del año pasado recibieron el telegrama de despido de Garbarino, la empresa de Carlos Rosales, socio del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, en un proyecto inmobiliario en Bariloche. De la Fuente es uno de los tantos que esperan el resultado de la reunión a la que los convocó el Ministerio de Trabajo el próximo viernes para buscar su reinserción laboral en otras compañías. Es uno de los tantos que esperan que Rosales, dueño también de Radio Continental -que le alquila la FM a Urbana Play, de Martín Kwelller- y la aseguradora Prof, comparezca el 13 de diciembre ante el juez del concurso preventivo de Garbarino, Fernando D'Alessandro, para explicar cómo pagará las indemnizaciones. El magistrado lo había citado para el 11 de noviembre, pero después postergó la audiencia, para decepción de los despedidos, que marcharon al Obelisco aquel día.

¿Cómo fue su trayectoria profesional?

Soy vendedor de electrodomésticos desde los 28 años. Soy técnico oceanógrafo y buzo profesional, pero cuando volvió a la democracia yo me fui de la Armada y me puse a trabajar de vendedor y me fue bárbaro. Trabajé en varias empresas, como Sony, y en los últimos 12 años trabajé en Garbarino. Era una persona de clase media acomodada, con casa propia, camioneta, porque como vendedor era una crack, disculpen la modestia. Pero esta gente hizo un vaciamiento de la empresa.

¿Rosales o los hermanos Daniel y Omar Garbarino, que se la vendieron en 2020?

En los últimos dos años de los hermanos Garbarino, en 2018 y 2019, la empresa empezó a decaer. Y con Rosales se hizo pomada. Era una empresa que si la querés romper, no podés. Se vendía una cosa impresionante. Este hombre Rosales aparentemente es testaferro de alguien. Tiene excelente relación con (Armando) Cavalieri (jefe del Sindicato de Comercio), que es el que nos iba a defender. Tiene mucha relación con el poder. No es un tipo del rubro. Parece imposible que hayan destruido Garbarino, pero pensá que ni Covelia, esa empresa ligada a (Hugo) Moyano, la quiso comprar. Sólo la agarró Rosales. Imaginate la papa caliente que era. Cuando empezó la pandemia, cerraron locales, pero Rosales con el marketplace levantó la facturación y puso plata de su bolsillo. Pero después nunca más pagó a nadie, ni a los empleados ni a los proveedores.

¿Cuándo dejó de cobrar el sueldo?

Yo dejé de cobrar el sueldo en marzo de 2021, pero me seguían emitiendo el recibo de sueldo, lo que es súperilegal. El 11 de noviembre de 2021 hubo despidos masivos. Sólo se quedaron con 200 o 300 empleados que no trabajan, les emiten recibo pero no les pagan, son los que se habían adherido a retiros voluntarios.

El Gobierno les había prometido reinserción laboral...

Eso fue toda una mentira. Todos nos movilizamos a Plaza de Mayo, nos atendió Alberto Fernández, nos dijo que nos quedáramos tranquilos, pero literal que al otro dia nos echaron a todos. Garbarino tenía hasta dos fábricas de electrónica en Tierra del Fuego. Cuando llegó, Rosales había prometido abrir sucursales en países vecinos y Miami, Pensamos: “La tiene clara”. Pero es terrible estafador.

¿Y usted qué está haciendo?

Hoy con 60 años no me toma nadie, por más que tengo dos idiomas. La estoy pasando pésimo. No tengo obra social, no me puedo jubilar. Al menos tengo mi casa. Como sé hago algo de herrera, algo de pintura, hice instalaciones de cine digital, pero no tengo trabajo cada día.  Hubo días que tuve que vender cartones y metales. Vivo con mi esposa y mis cinco hijas, de 24 a 30 años, que trabajan y me ayudan con la luz, el gas, los impuestos. Tengo una familia grande y hoy pagar los alimentos es lo peor que hay. Podés dejar de tomar vino, pero tenés que dar comida todos los días.

Pasó de combatir en Malvinas y ser un vendedor exitoso a cartonear...

Es una situación tristísima, como la de tantos miles. No se ve la luz al final del túnel, estamos todos haciendo demandas judiciales.Es un transitar de expectativas falsas. En otro lugar, este tipo estaría preso. Es una telaraña de relaciones con Berni, (Marcelo) Tinelli (ex presidente de San Lorenzo, donde Rosales fue tesorero), Cavalieri, que si empezás a tirar el hilito no sé a dónde llegás. Cavalieri nunca nos defendió.

Ahora Jorge Lanata reveló que Berni construyó varias viviendas en terrenos de Rosales en Bariloche...

Se siente una impotencia muy grande por la impunidad. Nadie hace justicia, pero a la larga todas las fichas caen. ¿Te das cuenta del país en el que estamos? Trato de mantener mi equilibrio emocional porque la vida continúa. Ya no me da para irme del país, tengo 60, no me da para arrancar de nuevo. Pero la Argentina dejó de ser un país de oportunidades, es un país muy ingrato. ¿Qué me voy a sorprender? Siento impotencia, pero no puedo salir a romper vidrios, pero arriba hay un dios que lo ve todo, esta gente no termina bien, es lo que nos toca. Estoy como los que van a los comedores, a los saltos, un compañero me consiguió bolsones de comida del municipio. Tengo la camioneta tirada porque no tengo para la nafta. Hace 10 años, le preguntaba a mi mujer: “¿Querés ir de vacaciones al Caribe, Brasil o Mar de las Pampas?”. A mí me arruinó este Rosales. Yo estaba en Cabildo y Juramento, la sucursal que más facturaba. Yo ganaba como 400.000 pesos de ahora...

AR

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