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Feletti le pide a Guzmán una política contra la inflación, que suba retenciones e implemente un control de importaciones

Roberto Feletti, reunido con representantes de comercios de cercanía.

Alejandro Rebossio

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El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, lanzó este jueves cuatro canastas de precios rebajados: renovó por tres meses los Precios Cuidados con 1.763 productos en los grandes supermercados, prorrogó también los siete Cortes Cuidados en esos locales y algunas carnicerías y presentó la siempre anunciada y nunca concretada cesta para comercios de proximidad, que incluye 60 artículos para almacenes y súper chinos y del interior; y otra nueva de frutas, verduras y hortalizas en las grandes superficies. Sin embargo, ha dejado en claro que con esas “políticas complementarias de precios” no basta y reclama a viva voz una suba de retenciones al campo para disociar las cotizaciones elevadas por la guerra de Ucrania de los valores locales. En privado, también pide más controles de importaciones para cuidar las reservas del Banco Central frenando compras externas prescindibles en un mundo cada vez más dividido y proteccionista, al tiempo que reprocha al ministro de Economía, Martín Guzmán, por la supuesta falta de política económica.

“Controlar la inflación es tarea de la macroeconomía, del diseño del Ministerio de Economía”, disparó Feletti en Radio Con Vos. “Estamos en un mundo muy difícil y el Ministerio de Economía tiene que bajar líneas claras de política económica que reduzcan la volatilidad y preserven ingresos populares, si no esto se va poner feo. Si yo soy un obstáculo para que se ejecute una política que proteja los intereses populares, me corro. Si ellos (por los empresarios) se sienten más cómodos con Guzmán, está bien. El tema es que tengamos una política anti inflacionaria consistente. Bajar la inflación implica macroeconomía y política económica. Pensar que la secretaría con cuatro canastas y los fideicomisos del trigo y el aceite puede frenar un contexto de impacto internacional con los insumos y los productos exportables sobre los precios es, efectivamente, pedir un milagro. Si no hay una regulación sobre el sector externo como están teniendo todos los países, hay riesgo de crisis alimentaria, y alguien tiene que hacerse cargo”, reclamó el funcionario cristinista, que también definió que el reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como “ya es letra muerta” por el impacto de la guerra. “Hay que rediscutirlo. Me parece que el Fondo tiene que entender la estabilización de la economía del sector externo. Y tiene que rediscutir con nosotros la necesidad de que quienes se llevaron su propio dinero lo traigan para pagarlo”, abogó por el proyecto de ley de nuevo blanqueo de capitales para abonar al FMI.

Los Precios Cuidados incluyen rubros de almacén, limpieza, perfumería, cuidado e higiene personal, artículos para bebés, alimentos frescos, congelados, bebidas y los dos artículos del llamado fideicomiso privado del trigo, la harina y los fideos. Aunque impulsado por el Gobierno, este fideicomiso es administrado por los exportadores del cereal y sus derivados: de lo que ganan exportando destinan US$ 52 millones a subvencionar la harina y los fideos en el mercado interno. Claro que ese fondo se va acotando en la medida en que se agranda la brecha entre precios locales e internacionales. Es lo mismo que sucede con el fideicomiso privado del aceite, con US$ 190 millones que se van gastando por el impacto del encarecimiento internacional del aceite de girasol. O los exportadores ponen más de sí en esos fideicomisos o deberán subir los derechos de exportación, plantea Feletti. Las protestas sociales en Perú con un presidente débil como Pedro Castillo demuestran los límites de la tolerancia popular a los aumentos.

Los Cortes Cuidados implican la venta en más de 1.000 locales de la tira de asado a $679; el vacío, 815; el matambre, a 810; la falda, a 449; la tapa de asado, a 679; la nalga, a 859 y la paleta, a 699. Las ofertas rigen sólo de lunes a viernes en supermercados y carnicerías adheridas las cámaras de frigoríficos ABC y UNICA.

La nueva Canasta Comercios de Proximidad incluye los rubros de almacén, bebidas, alimentos frescos, limpieza y perfumería. ¿Por qué tiene mil productos menos que la de Precios Cuidados? “Porque los supermercados tienen mucha más oferta”, responden en Comercio Interior. Comenzará a regir el próximo lunes. Se busca así alcanzar a los consumidores del conurbano bonaerense y del interior que muchas veces no se acercan hasta grandes cadenas de supermercados. Desde los súper del interior hasta las pymes pretenden sumarse para competir contra las gigantes del supermercadismo y de la industria alimentaria, que con Precios Cuidados vienen quitándoles mercado vendiendo incluso al 50% menos de valor. Esta es la misma canasta de la que conversaron en los últimos días Guzmán, su par de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y los líderes de la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación General del Trabajo (CGT). Para Feletti, en ese diálogo faltaba la Mesa de Enlace.

La otra novedad es la canasta de frutas, verduras y hortalizas que también regirá desde el lunes todos los días en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en los supermercados Día, Walmart, Changomas, Jumbo, Vea, Disco, Coto, Carrefour y Makro. Estos son precios fijados por kilo por un mes, dada la estacionalidad del sector: papa negra; a $49; cebolla, a 69; tomate redondo, a 199; lechuga criolla o capuchina, a 160 y la manzana royal gala, a 180. Este rubro era donde se venían registrando mayores aumentos de precios, sobre todo por factores climáticos. Si los consumidores no encuentran algún producto de las cuatro canastas o los ven a un precio distinto del acordado, pueden reclamar a través de la app que se descarga en argentina.gob.ar/aplicaciones/precios-cuidados, llamando al 0800-666-1518 o escribiendo a consultas@consumidor.gob.ar.

Feletti también preveía firmar este jueves con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) la constitución del fideicomiso público del trigo, que se financia con el ya anunciado aumento de retenciones al aceite y la harina de soja y que subvencionará con US$ 350 millones el cereal a los molinos para que estos puedan vender la harina a las 29.000 panaderías de todo el país y a los fabricantes de pastas, pizzas y tapas de empanadas y tartas al precio de febrero pasado. En Comercio Interior esperan que en 40 o 45 días comience a funcionar el mecanismo y el precio del kilo de pan vuelva a 220 o 270 pesos, según la zona. No es fácil porque tanto las compras de trigo como las de harina deberán ser auditadas por esa secretaría y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en un sector en el que muchos actores operan en negro.

Más allá del hiperactivismo de Feletti, él mismo reconoce en privado que su accionar no será suficiente para bajar la inflación en abril. Por eso reclama subir retenciones. Aunque espera que la inflación de alimentos de marzo haya sido menor al 7,5% de febrero, apunta que los derivados del trigo y los huevos lideraron las alzas por el encarecimiento internacional de las commodities. En el caso del huevo, las gallinas se alimentan de maíz. También se encareció la mayonesa, que se elabora con aceite de girasol. En Comercio Interior advierten que en abril ya está subiendo la leche y temen que lo mismo suceda con la carne vacuna porque el ganado bovino también come maíz. Además advierten de que la soja está volviendo a desplazar otros cultivos, como los hortícolas. Pero ni Guzmán ni Kulfas, ni el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, están de acuerdo con subir más retenciones. Aducen que el Gobierno está débil para enfrentar un conflicto con el campo, como el de 2008.

Feletti atribuye la inflación de marzo no sólo al impacto de la guerra sino a una avivada de los empresarios para subir los precios antes de las paritarias. Por eso, en tándem con Kulfas reclamó a las compañías de alimentos envasados que retrotrajeran los valores de 1.700 productos, logró que bajaran 1.100 y quedan 500 en disputa. Los otros 100 incrementos pudieron justificarse. Por ejemplo, en el caso de la mayonesa.

Al secretario de Comercio Interior también le llegan las quejas empresarias por los encarecimientos de los materiales del packaging (la hojalata, el cartón, el vidrio, el aluminio) y la energía. Por eso, aboga por reinstalar las declaraciones juradas anticipadas de importaciones (DJAI), que rigieron durante el kirchnerismo para controlar con más rigidez que sólo se compre afuera lo necesario para producir en un contexto de escasez de divisas y de compromiso con el FMI de acumulación de reservas. De hecho, Feletti está acuerdo con sumar activos en el Banco Central porque ayudará a regular el tipo de cambio y, por tanto, a la lucha contra la inflación. Eso sí, reprocha a Guzmán por la falta de acumulación durante los dos primeros años de gobierno.

El funcionario cristinista ha mejorado su relación con Kulfas, destaca cómo Domínguez evitó que los frigoríficos boicotearan el acuerdo de Cortes Cuidados y dialogo con Pesce sobre la necesidad de liberar importaciones de insumos industriales. Pero también apunta contra el ministro de Economía porque considera que con la política fiscal y la monetaria no basta para contener la inflación en este momento. Está de acuerdo con la suba de la tasa de interés y con que el tipo de cambio no debe atrasarse tanto porque atenta contra el empleo ni acelerarse demasiado porque deteriora el salario. Pero advierte a los suyos, incluida la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que el ministro renegoció la deuda privada, pero no bajó el riesgo país y después renegoció con el FMI, pero tampoco descendió la inflación. Por ahora.

AR

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