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Plan de estabilización: a cuánto podría subir el dólar oficial y qué otros precios deberían actualizarse

Dólares en efectivo.

Alejandro Rebossio

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Para que un plan antiinflación funcione, antes hay que subir los precios de los productos y servicios que estén atrasados respecto de los demás. Si el dólar, determinados bienes, las tarifas de la energía y el transporte o los salarios se encuentran demasiado por detrás del resto, tarde o temprano el programa de estabilización no funcionará, tal como demuestra la experiencia que reseñamos en elDiarioAR hace dos semanas. Si Javier Milei gana las elecciones, apunta a bajar la inflación del 140% que carcome los bolsillos con la dolarización, un método cuestionado por múltiples economistas. Por ahora no parece dispuesto a cambiar de idea y optar por un plan de shock, como el que proponía Juntos por el Cambio. Si el que triunfa es Sergio Massa, entre sus asesores económicos prevalece la idea de aplicar una receta antiinflacionaria, aunque también puede que prefiera evitar tragarse el ajuste inicial y patee el problema con la ilusión de reforzar las reservas internacionales con una mejor cosecha en 2024. En el caso de que uno u otro busquen instrumentar un plan de estabilización como los que tuvieron éxito en Latinoamérica o Israel, deberán acomodar antes el tipo de cambio oficial y otros precios de la economía que estén baratos en comparación con el resto de las variables.

“El dólar para estar en equilibrio requeriría la unificación cambiaria”, opina el consultor Hernán Hirsch. Es decir, habría que eliminar el cepo y que haya un solo dólar, no casi 20, como hasta ahora. “Un dólar administrado como el actual no es de equilibrio. Pero un dólar que no moleste debería ubicarse en torno a $450/$500. Sin embargo, con una inflación del 10% va a ser difícil sostenerlo”, razona Hirsch, que ocupa el segundo puesto en el ranking de los economistas que más aciertan pronósticos en el relevamiento del Banco Central, detrás del Estudio Broda.

¿Y cuáles son los precios de bienes y servicios que hoy están atrasados? “El principal, el dólar. También las tarifas, los combustibles y muchos otros precios regulados. Por ejemplo, los vinculados a la medicina más muchos productos incluidos en la canasta de Precios Justos”. Es decir, el gas y la luz para las clases media y baja, la nafta y el gasoil, los planes de las prepagas para los trabajadores de ingresos medios y los alimentos, las bebidas y los artículos de higiene que se venden en las grandes cadenas de supermercados.

“El dólar oficial (a $365) ya no es tanta referencia como antes”, arranca el análisis Daniel Marx, de la consultora Quantum Finanzas. “Hay un dólar de exportación ($522) y tantos otros tipos de cambio que es difícil de contestar a cuánto sería el equilibrio”, agrega el ex secretario de Finanzas del gobierno de Fernando de la Rúa que había sido nombrado como consejero externo por Massa apenas asumió como ministro de Economía. En cuanto a otros precios atrasados, el siempre prudente Marx señala que “muchos hablan de muchos de los servicios públicos, como los vinculados a la energía”. “Hay muchas discrepancias de precios minoristas y mayoristas según estén impactados por los distintos tipos de cambio”, plantea.

Florencia Iragui, analista de LCG, la consultora que más acertó en los pronósticos de la Argentina 2022 en el ranking de la firma española FocusEconomics, sostiene que los precios más atrasados son los Justos, los de los supermercados, y los regulados por el Gobierno. Estos últimos están 37% más atrás que el índice de precios al consumidor (IPC) desde que comenzó este gobierno, en diciembre de 2019. Entre estos aparecen dos categorías: la de alquiler de vivienda y tarifas de agua, gas y electricidad está 42% abajo del IPC y la de comunicaciones, que en teoría está regulada pero las grandes telefónicas aumentan según sus criterios de mercado, se encuentra 48% atrasada. Otros precios que no han aumentado tanto como el resto son las prepagas, el transporte público y los combustibles, según los datos del IPC del Instituto de Estadística (Indec) que analiza Iragui.

En un banco extranjero advierten que “hoy no hay ningún modelo predictivo que determine con veracidad cuál es el tipo de cambio oficial de equilibrio”. En cambio, sí se animan a calcular qué precios aumentaron menos que los demás y presionan como en una olla tapada con agua hirviendo. También miran los números del Indec. Con una inflación del 713% entre diciembre de 2019 y septiembre último, comunicación subió “sólo” 368%; alquileres, agua corriente, gas y luz, 416%; educación (cuotas de colegios, útiles escolares), 588%; transporte (incluye autos, que se remarcaron fuerte, pero también colectivos, trenes, subtes y combustibles, con valores contenidos), 628%; bebidas alcohólicas y tabaco, 655% y salud (prepagas y remedios, donde hay acuerdos de precios), 657%.

En cambio, los alimentos y las bebidas no alcohólicas (un universo que incluye los Precios Justos, pero que va mucho más allá, con carnes, verduras y frutas, almacenes y supermercados chinos), la ropa y el calzado, el equipamiento y el mantenimiento del hogar y los gastos de recreación, cultura, restaurantes y hoteles están a la par o por encima de la inflación acumulada en estos cuatro años. O sea, en principio no deberían subir más en relación a los otros bienes y servicios.

“No se sabe cuál es el tipo de cambio de equilibrio: claramente no es $365 ni es $1.000”, opina el analista de otro banco foráneo. “Debería ser $550 o $600 si conseguís confianza que atraiga capitales. O sea, deberías subir el dólar oficial 40% o 50% y anclar la confianza con ajuste fiscal para que el paralelo baje y converja en esos niveles”, añade el economista. En cuanto a los precios atrasados, “son todos los regulados: la nafta, el gas, la luz, los alimentos básicos y los productos importados”, dado que por ahora se traen del exterior a un dólar oficial de $365.

AR/CRM

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