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Entrevista

Ricardo Peidro, secretario general de la CTA Autónoma: “Las perspectivas de inflación que está planteando el Gobierno no son tales”

Ricardo Peidro, secretario general de la CTA Autónoma.

Alejandro Rebossio

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Apenas se entera de que el director periodístico de elDiarioAR, Martín Sivak, es el autor del libro Jefazo. Retrato íntimo de Evo Morales, el secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) Autónoma, Ricardo Peidro, se engancha a hablar de Bolivia. Es que en el hotel de la CTA Autónoma -el Quagliaro, en Balvanera-, se alojaron los refugiados del golpe de Estado de 2019. Fue allí, también, donde Morales lanzó la candidatura presidencial de Luis Arce y festejó, luego, su victoria electoral, en octubre pasado. Peidro, sobreviviente del centro clandestino de detención Club Atlético tras militar en la Tendencia Revolucionaria de la Juventud Peronista (JP), proviene de la Asociación Agentes de Propaganda Médica (el gremio que nuclea a los visitadores médicos).

Lidera ahora una de las dos CTA, la central obrera alternativa a la Confederación General del Trabajo (CGT) que nació en 1992 y que hace diez años se dividió. La otra es la CTA de los Trabajadores, que dirige el diputado oficialista Hugo Yasky. La CTA Autónoma nuclea a sindicatos como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Federación de Docentes Universitarios (Conadu Histórica), la Nueva Organización Sindical Gatronómico (NOS), la Federación de Profesionales de la Salud (Fesprosa), el Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren), la Unión de Empleados y Técnicos de las Telecomunicaciones (Uettel), el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma (Soeail), algunos representantes de gremios alineados con otras centrales obreras como los maestros de Suteba, los teléfonicos de Foetra o los trabajadores de la economía popular de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), y también agrupa a organizaciones sociales como la Fundación Che Pibe o el Foro de la Niñez. 

¿Cómo está Bolivia ahora?

Indudablemente, para toda América es una bocanada de aire puro. El avance del neoliberalismo no se ha derrotado, se gana un gobierno, pero hay que hacer medidas profundas para terminar con la desigualdad. Pero, frente al aislamiento de tener a Argentina y México nada más… Porque en Argentina se dio la pelea y se derrotó al macrismo, que esperaba quedarse por muchos años. No solamente se lo derrotó electoralmente. Hubo movilizaciones, paros, cortes de ruta, organización en los barrios. Después, todo eso se expresó en un frente heterogéneo. Sin embargo, eso no significa derrotar el liberalismo.

¿Cómo evalúa el primer año de gobierno de Alberto Fernández, con la pandemia en el medio?

Es un gobierno con contradicciones, como es el Frente de Todos. Nosotros planteamos que fuese un gobierno de transición, aunque no sabemos transición a qué. Indudablemente influyen sobre el Gobierno intereses a veces contrapuestos y, encima, con una pandemia de por medio. Que seamos la CTA Autónoma no significa que no haya muchos compañeros que respalden a este Gobierno. Creemos que el Gobierno tiene que tener éxito en su gestión, pero eso no depende de datos macroeconómicos sino de terminar con la pobreza y el hambre, con hacer una sociedad más igualitaria, con cambiar la matriz productiva de este país. Indudablemente no es lo mismo este gobierno que el de Macri, al menos desde las prioridades. Lo que sí es cierto es que hay cuestiones que tenemos que encarar más profundamente y que, hacerlo, implica tocar intereses. Te doy un ejemplo: el impuesto a las grandes fortunas estuvo discutiéndose. Eso demuestra la influencia del poder. O el tema Vicentin. Para avanzar no hay que repetir las mismas fórmulas. ¿A qué me refiero? El Gobierno tiene que hacer una convocatoria amplia a los sectores gremiales y sociales, a la pequeña y mediana empresa, a los pequeños productores, a las nuevas experiencias cooperativistas, empresas recuperadas y, por supuesto, a los otros sectores que probablemente forman parte de la economía. Si vos convocás siempre a los mismos, se repite el resultado.

Ahora el Gobierno convocó para el miércoles próximo a un acuerdo de precios y salarios. ¿Ustedes fueron invitados? ¿Qué esperan de la reunión?

No estamos invitados al día de hoy (por el viernes). Puede ser que en el curso del día seamos convocados. Hay que escuchar todas las opiniones. Nos parece auspicioso que desde el Gobierno digan que los salarios le tienen que ganar la inflación este año frente a las pérdidas que venimos teniendo. Pero nos parece que las perspectivas de inflación que está planteando el Gobierno no son tales. Una cuestión que quedó muy clara es que el salario no provoca inflación, como se vio en 2018 y 2019. Hay otras variables que provocan inflación, fundamentalmente los formadores de precios, frente a los cuales hay que actuar. Si viene el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que no signifique más ajustes. Tenemos que recuperar salarios y jubilaciones para que haya más consumo, más producción, para sostener el trabajo.

Por un lado, el Gobierno dice públicamente que no hay techo para las paritarias, pero en privado pide que los salarios aumenten de dos a cuatro puntos más que la inflación que prevén en el 29% porque considera que no se puede recuperar de una sola vez todo lo perdido en cinco años. Ahora La Bancaria arregló por 29%, pero muchas veces se negocian adicionales más allá de la pauta que se anuncia. 

Estamos acostumbrados a que los gobiernos digan que no hay techo en las paritarias, pero existen las patronales. Hay mensajes contradictorios. Nosotros rechazamos cualquier tope. Generalmente firma un gremio de importancia un porcentaje, pero por ahí arregla otro incentivo. Hay que dar libertad a los trabajadores para que discutan la paritaria porque hay sectores que no perdieron con la pandemia, al contrario. No solamente tenemos que correr con la inflación de hoy, hay que recuperar el salario perdido, que trajo consecuencias no solamente en la vida diaria de los habitantes de este país sino también a la producción, el consumo. Creemos que tiene que haber un momento de emergencia para los jubilados y los sectores más postergados en el salario, en el salario mínimo, vital y móvil. Queremos participar en esa discusión. Somos una central donde están representados trabajadores del sector estatal y del privado, de las organizaciones sociales, de empresas recuperadas. Los trabajadores registrados cada vez son menos.

¿Cuánta inflación prevé?

De acuerdo con todas las pautas que se están dando, va a ser de más de 40%, excepto que haya algún proceso en el medio que que modifique esta evolución. Aparte está el tema de los alimentos, casi el 10% por encima de lo que es la inflación. Queda a la vista que los sectores más vulnerables de esta sociedad son los más expuestos.

¿Está de acuerdo con el Gobierno, que dice que el salario debe recuperar en forma gradual lo perdido con Macri?

Hay que ver cuál es la gradualidad que plantea el Gobierno y las necesidades de los trabajadores y trabajadoras. Hubo una pérdida descomunal en la época de Macri no solamente en el tema salarial sino también en el acceso a la salud o la educación. En algunos lugares se siente mucho, especialmente en la mayoría de nuestro pibes y pibas, que quedan por debajo de la línea de pobreza.

Además del tema salarial, está el problema del desempleo y el trabajo informal. ¿Cómo se solucionan?

La pérdida del trabajo formal es algo que viene acumulándose desde hace muchos años. El 40% de la clase trabajadora está trabajo en trabajo formal, como lo conocimos de hace muchos años. Entonces necesitamos políticas activas del Gobierno. Primero, la creación de empleo. Hay una frase que dice: “Empleo hay, lo que no quieren es pagarlo”. Se puede alentar todo lo que sea el cuidado. Se necesitan enfermeras y enfermeros para los cuidados de otros compañeros y compañeras. Están trabajando en la primera línea de cuidados en los barrios. Lo que no pueden tener es trabajo informal y que a su vez ese trabajo informal con bajo salario actúe de ancla para el salario de los trabajadores formales. Segundo, hay que de decidir cambiar la matriz productiva y decidir sobre qué sectores se va a hacer hincapié. Si la matriz se basa en el avance de la frontera agropecuaria, si aumenta o baja la soja y encima te extorsionan los sectores que la comercializan, eso no da ningún cambio.

Desde el empresariado piden flexibilizar o modernizar normas laborales para crear empleo, pero con la pandemia y los cambios tecnológicos hubo flexibilización de hecho.

En la década del 90 decían que era el fin del trabajo, el fin de las ideologías, que el trabajo sea un derecho individual y no un derecho colectivo. Ahora no te dicen que es el fin del trabajo, pero te hablan de la nueva realidad, las nuevas tecnologías, el futuro. Nosotros planteamos tanto a nivel nacional como a nivel internacional, donde participamos en todos los ámbitos internacionales, que el futuro del trabajo sea trabajo con derechos, no con menos derechos. La flexibilización lo que hace es mayor ganancia de las empresas. Y está demostrado que en este país la flexibilización laboral no crea más trabajo. Puede que haya que adecuar convenios colectivos, pero, según quién lo diga, ya sabemos cómo se traduce adecuar. Nosotros abogamos por la libertad y la democracia sindical, pero cada vez se hace más difícil. En nuestro sindicato, que es el de agentes de propaganda médica, hay laboratorios que los tienen como progresistas, como filántropos, el laboratorio de (Hugo) Sigman, concretamente Elea, el Fénix, que en el año 19 despidió a 100 compañeros que eran contratados. Y por primera vez despidió dirigentes sindicales. Los reincorporó la Justicia. Pero si vos te desafiliás, te pagan $ 30.000 0 40.000 más. No puedo negar que la cuarta Revolución Industrial se puede estar produciendo y realmente trae cambios. Ahora, no podemos caer en la trampa de que eso signifique flexibilización, pérdida de derechos y mayor poder para las grandes corporaciones. Porque lo que trae es penuria y pobreza para para los trabajadores en general.

¿Cómo se han comportado las empresas con los trabajadores, durante la pandemia?

Hubo empresas que cobraban en la ATP (Asistencia al Trabajo y la Producción) y, por otro lado, igual destrataban a los trabajadores. Lo vimos de Techint apenas empezó la pandemia: 1.400 trabajadores que no podían seguir trabajando. Especialmente las grandes empresas no aceptan que les pongan condiciones, pese a la prohibición de despido, pese a la doble indemnización. Se perdieron muchísimo puestos de trabajo en la actividad privada. Eso muestra que las empresas deciden no ajustarse a las decisiones que se plantean. La pandemia dejó expuestas muchísimas cosas. Primero, que los trabajadores esenciales son lo que menos cobran. También trajo cambios en las relaciones laborales. El teletrabajo se plantó con más fuerza. Indudablemente hay algunas cuestiones que van a quedar hacia el futuro por el avance de la tecnología, cosas que esperábamos dentro de unos años. Lo que tenemos que hacer es que sea mejor para todos, no mayor angustia, mayor pérdida de autonomía de los trabajadores. El “yo hago lo que quiero porque no tengo convenio colectivo” es lo que quiere el patrón.

¿Qué medidas positivas -y cuáles en contra- tomó el Gobierno? 

Cuando el Gobierno priorizó la salud frente a las ganancias de las empresas, estuvimos de acuerdo. También con todas las medidas para paliar una situación que venía muy complicada para la pequeña y mediana empresa, para pequeños y medianos productores, para los trabajadores de la economía popular y para la clase trabajadora en general. Quizá lo que vemos es que hay que tomar medidas más profundas para cambiar la realidad. No te van a dejar gobernar los que no dejan gobernar a ningún gobierno que quiere tomar medidas a favor de la clase trabajadora. Creemos que hay que profundizar, pero no con la varita mágica. Muchas veces los gobiernos se apoyan en los poderes que existen. Lo que pregonamos inclusive a los compañeros que más están consustanciados con el Gobierno es que no pueden quedarse cruzado de brazos. Necesitamos construcción de poder popular para contrarrestar esos poderes. La derecha vota todos los día, no vota cada dos años, porque pone condiciones todos los días. Y nosotros tenemos que poner límites.

Ahora el Gobierno ya no está dispuesto a parar la economía por la salud…

Nosotros defendemos que, cualquier actividad que se haga, se haga tomando los recaudos necesarios para no exponer a la gente. Los trabajadores no pueden ser descartables. Ha transcurrido un año donde las autoridades sanitarias pudieron ver el panorama. Vemos que hay que tomar medidas más profundas en los sectores que están trabajando en las peores condiciones, no solamente en el sector de salud. Si queremos avanzar con la economía, que esté abierto lo más que se pueda, pero con los límites que significa esta pandemia. Porque los que se exponen son los trabajadores y trabajadoras. Los dueños de las empresas se pueden exponer en reuniones sociales, en alguna fiesta.

AR

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