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Ante el Senado, Guzmán debió explicar por qué no consiguió renegociar la deuda con el FMI a mayor plazo y con menor tasa

Guzmán en el Senado

Alejandro Rebossio

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El ministro de Economía, Martín Guzmán, no enfrentó a un senador más duro en su presentación de ayer sobre el proyecto de ley de renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que el jujeño Guillermo Snopek, del ala del Frente de Todos que responde a Cristina Fernández de Kirchner. Snopek le preguntó qué opinaba de que los diputados le hubieran eliminado el artículo sobre el programa económico que él había enviado al Congreso, “¿qué vamos a hacer con el empleo?”, “¿esto va a afectar a los argentinos, cuántos duermen en la calle?” y “¿qué política se espera con las jubilaciones?”. “No he escuchado en sus exposiciones la respuesta que la vamos a dar a los argentinos”, reclamó y también pidió la comparecencia del ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. Al de Trabajo, Claudio Moroni, que estaba presente, le reprochó no referirse a un “plan de trabajo para el 40% de excluidos”.

Antes que Snopek, preguntó Maurice Closs, del Frente Renovador de la Concordia, el partido que gobierna Misiones desde hace 19 años. Closs aclaró primero que no había ninguna duda de que estaban discutiendo una deuda contraída por el gobierno de Mauricio Macri, pero lo interrogó sobre por qué no había conseguido una refinanciación a 20 años, en lugar de diez, y sin sobrecargos. Se refirió así a dos reclamos que le hacía la vicepresidenta a Guzmán.

El ministro le respondió primero a Closs: “Hay dos niveles de negociación que puede mantener el Gobierno con el FMI. Por un lado, el programa se discute con el staff, pero como esta negociación es de naturaleza geopolítica requiere implicar a los embajadores con los países que forman el directorio. Por estatuto, el Fondo no realiza quitas. Para cambiar el estatuto hace falta una acción multilateral, se necesita suficiente cantidad de votos para cambiar las condiciones generales, sobre todo de los países de mayor poder de voto, especialmente los del G7 (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia, Francia, Canadá y Japón) y G20 (G7 más otras potencias como China, Rusia, Brasil o México), que estén dispuestos a cambiar el funcionamiento del FMI. Desde el gobierno nacional hicimos acciones firmes para pedir ciertos cambios que el FMI necesita y se han logrado distintas cosas. Apenas llegamos al gobierno buscamos una nueva asignación de derechos especiales de giro (DEG), incluso antes de la pandemia, en un mundo que no ha conseguido alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable. Segundo, pedimos que el FMI adaptase sus lineas de créditos. Hay dos líneas: stand by y facilidades extendidas. La que tiene el plazo más largo es facilidades extendidas, diez años, y no hay más. Argentina lo planteó en el seno del multilateralismo, el Presidente en sus reuniones bilaterales, en mi caso también, la importancia de construir una tercera línea de crédito. Hubo apoyo a una tercera línea, el llamado Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad, que estaría ocurriendo a fines del 22 o principios del 23, y pedimos ser elegibles. En cuanto a los sobrecargos, aún no ha habido una reunión formal del directorio del FMI para analizarlos, pero Argentina va a seguir planteándolo”.

Después, el ministro le contestó a Snopek. Primero, que “el debate en Diputados enriqueció el proyecto de ley y sienta las condiciones para que la Argentina construya mayor estabilidad”. Sobre el empleo, le derivó el asunto a Moroni, que detalló los planes de formalización como Te Sumo, para jóvenes, y Registradas, para empleadas domésticas. “Sobre la cuestión social, todo lo que hacemos busca generar una situación social de mayor protección de los argentinos y argentinas, buscar resolver la pobreza y la indigencia y con condiciones estructurales, con mayor educación, mayores oportunidades de trabajo, para que cada niño tengan más oportunidades -respondió Guzmán-. La deuda hizo un daño muy fuerte a nuestro tejido social. Acá buscamos evitar el mayor daño en los argentinos y argentinas, evitar más pobreza, más falta de vivienda, más indigencia. El 10,5% de indigencia es preocupante, producto de la crisis macroeconómica que se extiende desde 2018. En la ciudad de Buenos Aires hay 2.573 personas en situación de calle.”

Por último, Moroni destacó que “las jubilaciones vienen creciendo por encima de la inflación”. Se habrá referido a 2021, no a 2020, cuando este gobierno hizo lo mismo que el de Macri en 2018: modificar la ley de actualización de los haberes previsionales para aumentarlos menos de lo que preveían las normas entonces vigentes. El ministro de Trabajo admitió: “Las jubilaciones no tienen el valor que nos convenza pero están en proceso de crecimiento”.

AR

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