En una tensa reunión en Wall Street, Guzmán dijo que avanzará en un acuerdo con el FMI, pero que será difícil antes de las elecciones
El ministro de Economía, Martín Guzmán, y los lobos de Wall Street no se entienden muy bien. Ya habían discutido el año pasado largos meses hasta llegar a un acuerdo por la reestructuración de la deuda en bonos. Este viernes, muchos de los grandes fondos de inversión faltaron al encuentro en Nueva York con Guzmán. Y algunos de los que asistieron concluyeron que la reunión resultó tensa. En el kirchnerismo duro podrán ver al jefe del Palacio de Hacienda como un ortodoxo, pero en el mundo financiero no comparten para nada esa apreciación sobre el delfín del Nobel de Economía Joseph Stiglitz.
No obstante, Guzmán organizó a último momento esta parada en Nueva York para ver inversores financieros antes de viajar a Washington a negociar con el FMI, más allá de que Alberto Fernández repite que no tiene apuro por acordar. Asistieron representantes de fondos medianos y pequeños: el director de Monarch Alternative Capital, Ian Glastein; el vicepresidente de Contrarian Capital Management, David Fink; el director gerente de Fintech Advisory (el fondo del mexicano David Martínez, accionista de Telecom), Andrés Lederman; y el presidente del quebrado Greylock Capital Management, Hans Humes. Estuvieron presentes también el director gerente de estrategia de oportunidades y mercado de deuda en mercados emergentes de Oaktree Capital, Jonathan Plavnick; Samir Arora, socio en Stonehill Capital Management; y Pilar Tavella y Sebastián Vargas, economista jefe para Argentina y director de estrategias de deuda para América Latina del banco británico Barclays, respectivamente.
Entre los ausentes, como el fondo BlackRock, Templeton o Fidelity, reina la incredulidad en el gobierno de Fernández. Entre los presentes tampoco reina la confianza. Le preguntaron a Guzmán por el acuerdo con el Fondo: piensan que si se concretara, los bonos argentinos podrían salir del pozo que eleva el riesgo país y entonces ellos podrían deshacerse de ellos, como planificaban tras la reestructuración de 2020. El ministro les respondió que hará todo lo posible por pactar, pero considera difícil que se firme antes de las elecciones legislativas de octubre próximo. También lo interrogaron por las nuevas medidas sobre las grandes empresas: el control de precios y stocks y el proyecto de ley para aumentarles la alícuota del impuesto a las ganancias del 30% al 35%. Además mencionaron el aporte extraordinario de los más ricos.
En el consulado argentino en Nueva York, Guzmán expuso acerca de las políticas macroeconómicas de la Argentina y las proyecciones previstas para 2021. Sostuvo que la administración de Fernández está trabajando para resolver los problemas estructurales que enfrenta el país y, en ese sentido, afirmó que el Gobierno apunta a la articulación de reglas de juego con los sectores generadores de divisas para potenciar el crecimiento de las exportaciones.
“Todas las partes mostraron vocación de profundizar el diálogo y los entendimientos necesarios para transitar una dinámica de estabilización sostenible”, según el Ministerio de Economía. El ministro subrayó la necesidad de respetar la sostenibilidad fiscal como un pilar de la estabilidad económica: “Estamos trazando un camino consistente y sostenible para la Argentina, con previsibilidad y reglas de juego claras que favorezcan un ambiente propicio para las decisiones económicas”. Algunos de los principales temas que se tocaron fueron las políticas macroeconómicas que está implementado el Gobierno, los avances en las negociaciones con el FMI y el programa plurianual que se presentará en el Congreso de la Nación. Guzmán estuvo acompañado por la titular de la Unidad de Asuntos Internacionales del Ministerio de Economía, Maia Colodenco, y el cónsul argentino en Nueva York, Santiago Villalba.
AR
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