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Entrevista

Vicente Campenni, CEO de Invap: “Somos un ejemplo exitoso de gestionar políticas públicas que tengan continuidad y que sean autosuficientes y competitivas”

Vicente Campenni, CEO de Invap.

Alejandro Rebossio

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Por Zoom, desde su oficina frente al lago Nahuel Huapi, en Bariloche, el CEO de la estatal rionegrina Invap, Vicente Campenni, atiende a elDiarioAR. En medio de un país sin dólares por el fracaso de una cosecha y en un contexto de debate sobre la necesidad o no de la existencia de empresas públicas, Campenni se presta al debate para defender las exportaciones de alta tecnología elaboradas por una firma del Estado como la que él dirige.

Hace dos años visité Invap y me acuerdo que la empresa estaba empezando a exportar radares a Nigeria, acaba de exportar componentes de satélites a Brasil, estaba fabricando con un reactor medicinal para Holanda... ¿Hoy en día cuáles son los principales proyectos en marcha?

Viste que nuestros proyectos duran años. Cuando vos viniste recién habíamos firmado el contrato con Nigeria. Y este martes salió el avión con el embarque. Y eso fue con cierto retraso por la pandemia. Hubo un impacto a nivel mundial de todo lo que es componente tecnológico que que generó un atraso en general. En el área nuclear, que es donde nacimos, la de mayor permanencia en toda la historia de la empresa de casi 47 años, están los dos proyectos más importantes: el de Holanda, que está en la fase de ingeniería de detalle del reactor, y el reactor multipropósito RA-10, que estamos en la fase de construcción en Ezeiza. Un hito que ocurrió hace relativamente poco fue la puesta en marcha de la planta de radioisótopos para la India, que están funcionando perfectamente en el área de medicina nuclear. De los centros de medicina nuclear, el proyecto más significativo en el exterior son los tres centros en Bolivia, de los cuales hay dos operativos y el tercero se estaría entregando posiblemente a mitad de año. Desde el lado nacional hay varios proyectos. Está en su etapa finalización el centro de medicina nuclear, pero el más importante, que está en la etapa intermedia de construcción, es el centro de protonterapia en la ciudad de Buenos Aires, que va a ser el primero de este tipo en Sudamérica. En el área satelital estamos desarrollando con GSTACOM, que es una empresa entre Invap y la Turkish Aerospace, el mercado de los satélites pequeños Small Geo para órbita geoestacionaria de comunicación. A nivel local está el proyecto del ARSAT-SG1, el tercer satélite de comunicaciones para avanzar con una nueva tecnología que lo pone altamente competitivo a nivel internacional. Arsat 1 y 2 fueron los primeros satélites de comunicación y están funcionando perfectamente, pero como eran los primeros que hacíamos tenían una tecnología un poco más tradicional. También estamos trabajando para la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) en el proyecto de satélite Sabia Mar, de observación de la Tierra, enfocado a ciertas características del mar y estamos empezando también a diseñar lo que serían los satélites de reemplazo del Saocom. En el área de radares, a nivel nacional hay un contrato que habla de por qué es importante hacer tecnología en el país: con EANA, que es la empresa que tiene el control del tránsito aéreo. Hoy lleva más de 15 años operativo. Permite hacer vuelos mucho más rectos, con lo cual hay un mayor ahorro de combustible y menor huella de carbono. Estamos haciendo la red de radares meteorológicos, primera serie: son más de diez que van a permitir el análisis de riesgos hídricos y aumentar su capacidad de vigilancia sobre los aspectos ambientales. Seguimos con los radares de seguridad, completando los de control de frontera y de la Fuerza Aérea. Y ahora se suman también algunos proyectos con la Armada y el Ejército.

Hoy en día está poniéndose en debate político a las empresas públicas, si son deficitarias, si tienen razón de ser... ¿Cuánto factura Invap y cuánto subsidio recibe del Estado?

No recibimos ningún tipo de subsidio ni de la provincia de Río Negro, que es nuestro dueño, ni de la Nación, que tiene también participación en la asamblea a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Fue una característica desde los inicios de Invap: vivimos de lo que vendemos, o sea de la facturación de nuestros contratos con organismos nacionales y con organismos de otros países. Las exportaciones son lo que nos dan los ingresos para sostener la empresa. Por eso tenemos que ser lo más competitivos posible. La inversión se da en base a las utilidades que generan los proyectos. El hecho de no recibir ningún tipo de subsidio nos permite operar en el sistema financiero. Gracias a un encuadre que tenemos del Banco Central nos permite acceder a obligaciones negociables. Y tener todos los controles que tiene la Comisión Nacional de Valores nos permite acceder más fácilmente a garantías indispensables a la hora de la participación en licitaciones internacionales.

¿Y cuánto facturó, por ejemplo, el año pasado?

En promedio estamos facturando en los últimos diez años entre 200 y 250 millones de dólares anuales. Eso va cambiando de año a año porque somos una empresa de proyectos y los proyectos pasan por distintas etapas. La primera etapa, generalmente de ingeniería, ocupa mucha mano de obra. Es la etapa que más nos gusta. Y después hay una etapa de software, de compra, integración, construcción, con mayor adquisición de bienes y mayor subcontratación de servicios para hacer infraestructura, obra civil. Por ejemplo, este año se juntan varios proyectos en esa etapa y entonces la facturación va a ser más que el promedio. Podemos llegar a facturar más de 300 millones de dólares. Vamos a tener ingresos por exportación de entre 30 y 40%, cuando el año pasado estábamos en el 50%.

¿Y tienen ganancias?

No me acuerdo en qué año fue el último balance que no dimos ganancias, pero calculo que hay que pensar en los 90. Tenemos una muy buena calificación para la toma de financiamiento. Estamos siempre dando ganancias del orden de, 3, 4 ó 5%, que para una empresa de esta tecnología es algo muy razonable. Los dueños no retiran utilidades, se reinvierten. Eso nos permite mantener una continuidad indispensable en toda empresa tecnológica para adaptarnos a los requerimientos del mercado, que también van evolucionando.

¿Por qué es importante que exista una empresa estatal como Invap? ¿Por qué el Estado argentino tiene que comprarle y no elegir otro proveedor más barato o de mayor desarrollo tecnológico?

Cuando se crea Invap, había en el marco de la economía este espíritu de decir “che, hagamos del conocimiento una herramienta para el desarrollo económico social del país”. Jorge Sábato ya en los 60 hablaba de innovación. Hoy todo el mundo sabe que el conocimiento es un motor para la economía de cualquier país. Pero en los 60 era algo innovador. Nosotros nacemos con un propósito que no es hacer tecnología, sino que es generar empleo y movilizar nuestro aporte a la economía del país. Estos sistemas tecnológicos críticos siempre implican una inversión del Estado. Son estratégicos. Y cuando digo estratégicos es porque tienen a veces resultados e impactos económicos y comerciales. Podemos decir hoy que ARSAT vende un servicio con los satélites que se definieron estratégicamente hacer en el país, pero también tiene impactos sociales porque genera información que ayuda a mitigar riesgos ambientales. Muchas veces, como el driver es estratégico, el retorno no es directamente comercial sino un retorno de una mejor calidad de vida o una mejor seguridad a nivel de la sociedad. ¿Por qué no lo compramos afuera si lo podemos comprar afuera? Hay dos problemas. El primero es que la plata se va y no genera ninguna otra cosa más. Hacerlo adentro implica que mucho de ese desarrollo y fabricación quede internamente en nuestro circuito económico del país, y no sólo en INVAP porque casi la mitad de la facturación de Invap es en un ecosistema de empresas, organizaciones. Sábato, cuando hablaba de soberanía tecnológica, aclaraba que no es hacer todo en el país, es saber qué necesita el país en temas tecnológicos. Hay que ver que estos sistemas complejos se adapten a ciertas características particulares del país. No sólo tenemos condiciones geográficas y demográficas particulares, inclusive idiosincrasia, que requieren que los sistemas estén diseñados para optimizar la búsqueda de resultados. Muchas veces compramos sistemas llave en mano que andan bien en Japón, Israel, Europa, pero cuando vienen acá, si no se hizo ese análisis de cómo se adaptan a nuestra situación, su rendimiento es bajo o directamente no se implementa. Además, hay una situación geopolítica muy importante, que es estar dentro de una lista de países que manejan cierto tipo de tecnología, energía nuclear de uso pacífico, tecnología satelital, de seguridad en tema radares. Nos posiciona en ciertos ámbitos en forma distinta, nos permite participar en el mundo con una presencia distinta.

La implementación de las soluciones que el Estado necesita la puede hacer a través de empresas públicas o privadas. Hay que pensar en términos de cadena de valor. Esa cadena empieza con la educación. La materia prima fundamental es el talento

¿Qué opina sobre el debate que hay sobre las empresas públicas en general? Hay políticos que quieren cerrar las deficitarias, otros quieren reducir o eliminar su déficit y están los que justifican su rojo porque alegan que cumplen una función estratégica.

Invap es un ejemplo exitoso de gestionar políticas públicas que tengan continuidad y que sean autosuficientes y competitivas dentro del contexto del tipo de proyectos que que se hacen. A nivel internacional en empresas de este tipo, están en control del Estado o son privadas pero con el soporte del Estado a través de los contratos o subsidios. Por ejemplo, en Estados Unidos. Tiempo atrás vino el administrador general de la NASA y nosotros le hicimos la pregunta de qué teníamos que hacer para tener un contrato. Y nos respondió que con la NASA nosotros íbamos a poder tener contactos, pero no contratos, porque el presupuesto de la NASA se gasta en empresas estadounidenses. Así que para mí no hay una solución completamente blanca o completamente negra, o completamente privada, o completamente del Estado. Para mí, el Estado siempre tiene que estar presente como un factor de visión sistémica de todo el país. La implementación de las soluciones que el Estado necesita la puede hacer a través de empresas públicas o a través de empresas privada. Es importante pensar en términos de cadena de valor, cada uno tiene una función. Esa cadena de valor empieza con la educación. La materia prima fundamental es el talento. Es por eso que este año lanzamos un concurso para premiar las tesis de ingeniería, ya sea las de grado, maestría o posgrado, como fomento de estas disciplinas que a nosotros nos permiten finalmente ejecutar proyectos.

¿Por qué no hay más Invaps en la Argentina?

Yo creo que las hay. Las hay en otras órbitas de, por ejemplo, desarrollo biológico, agro, farmacéuticas, software, servicios. La economía del conocimiento es el tercer exportador de la Argentina y puede crecer mucho más si desarrollamos talento. Es fundamental que emerjan empresas de este tipo, generar continuidad, generar políticas públicas que trasciendan los gobiernos y los estilos de gobierno. Puede haber variaciones y de hecho nosotros las sufrimos constantemente, pero hay una intención de generar estabilidad en esas políticas públicas.

AR

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