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Red de abuso sexual

Epstein, el “amigo fantástico” de Trump que se volvió una carga de la que no puede zafar

Jeffrey Epstein (izquierda) y  Donald Trump, en Mar-a-Lago, Palm Beach, Florida, en 1997.

Andrés Gil

Corresponsal en Washington —

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“Conozco a Jeff [Epstein] desde hace 15 años. Es un tipo fantástico”, decía Donald Trump a la revista New York en octubre de 2002: “Es muy divertido estar con él. Incluso dicen que le gustan las mujeres guapas tanto como a mí, y muchas son jóvenes. Sin duda, Jeffrey disfruta de su vida social”.

Pocos meses después, para el 50 cumpleaños de Epstein en enero de 2003, quien una década después se convertiría en presidente de EEUU envió una felicitación personal a su amigo con el dibujo de una voluptuosa mujer desnuda, según ha publicado The Wall Street Journal, con una singular dedicatoria que terminaba así: “Un amigo es algo maravilloso. Feliz cumpleaños, y que cada día sea otro secreto maravilloso”. Trump ha negado que esa carta fuera suya y ha presentado este viernes una demanda contra el periódico y su editor, Rupert Murdoch.

La estrecha relación durante los noventa y principios de los 2000 entre Trump y Epstein se ha convertido en una losa inesperada de la que no logra librarse el presidente de EEUU.

El movimiento MAGA, su base social y política más acérrima y militante, con referentes en los medios de comunicación y las redes sociales, hizo campaña a favor de la publicación de los archivos de Epstein y su lista de amigos participantes en el sexo con menores. Incluso agitaron el fantasma de que Epstein no se suicidó, sino que fue asesinado por alguien chantajeado o para hacerle callar. Incluso, la última hipótesis, circulada por Tucker Carlson, ex presentador de Fox News, es que se trató de una operación conjunta de la CIA y el Mossad.

El activismo MAGA quería que le dijeran que, efectivamente, el suicidio de Epstein no fue tal –ocurrió en 2019, cuando aún era presidente Trump, por cierto– y que se publicaran todos los nombres de los demócratas participantes en sus juergas ilegales. Pero, de momento, lo que han recibido de Trump es lo contrario. Y eso está levantando las suspicacias entre sus filas y la reacción de la oposición demócrata, que señala la relación en el pasado entre Trump y el condenado por pederastia como el motivo por el que el presidente de EEUU está traicionando uno de los elementos principales de la agenda MAGA en campaña.

Trump, que no quiere nombrar un fiscal especial para el caso Epstein, según declaró este jueves la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, desechando así las peticiones de más medidas reclamadas por sus partidarios, se veía obligado a hacer un gesto a última hora de la noche del jueves.

“A causa de la ridícula cantidad de publicidad dada a Jeffrey Epstein, le he pedido a la fiscal general, Pam Bondi, que presente todos y cada uno de los testimonios pertinentes del gran jurado, sujeto a la aprobación del tribunal. Esta estafa, perpetuada por los demócratas, debe terminar, ¡ahora mismo!”, escribió Trump en Truth Social. A continuación, la fiscal general, Pam Bondi, hizo acuse de recibo de la petición de su jefe: “Presidente Trump, estamos listos para pedir al tribunal mañana que libere las transcripciones del gran jurado”. Ahora queda por saber si el tribunal liberará una parte del proceso considerada confidencial.

El gran jurado es una institución de origen anglosajón formada por ciudadanos designados de forma aleatoria para llevar a cabo una investigación que puede terminar en una acusación. Es decir, es un paso preliminar de un proceso judicial en el que la fiscalía expone el caso y el gran jurado decide si hay o no base para ir a juicio.

En definitiva, lo que está ordenando Trump publicar no son las listas de clientes ni los archivos de Epstein, sino “las transcripciones” del proceso preliminar del caso.

Este viernes ha dicho, intentando defender que no hay nada que le incrimine relacionado con Epstein: “Si existiera una prueba irrefutable sobre Epstein, ¿por qué los demócratas, que controlaron los archivos durante cuatro años y tenían a Garland y Comey al mando, no la usaron? ¡¡¡Porque no tenían nada!!!”

Pero, ¿qué relación tuvieron los dos?

“No entiendo por qué el caso de Jeffrey Epstein podría interesarle a alguien”, ha dicho Trump esta semana: “Es un tema bastante aburrido”. Trump intenta marcar distancias con el delincuente sexual convicto, pero, de momento, está consiguiendo lo contrario: que se convierta en una losa de la que no logra zafarse.

“Lo conocía, como todo el mundo en Palm Beach”, dijo Trump el 9 de julio de 2019, después de que Epstein fuera arrestado por cargos de tráfico sexual: “Era un personaje habitual en Palm Beach. Tuve una discusión con él hace mucho tiempo. Creo que no he hablado con él en 15 años”.

Si se pueden tomar como buenas las palabras de Trump, la relación entre ellos duró unos 15 años, desde principios de los 90 hasta entrados los 2000. No hay pruebas de que el presidente esté relacionado con ninguno de los delitos de Epstein, pero sí se sabe que ambos tuvieron una relación estrecha.

Trump reconoció que ambos hombres se cruzaron en Palm Beach en los 90, y hay un vídeo de NBC de 1992 que muestra al presidente con Epstein en una actitud cómplice en una fiesta en Mar a Lago, junto a las animadoras de los Buffalo Bills y los Miami Dolphins.

Entre 1993 y 1997, el nombre Trump aparece siete veces en los registros de vuelo del avión privado de Epstein: cuatro veces en 1993; una vez en 1994; otra en 1995; y otra en 1997, según los registros presentados como prueba en el juicio de la cómplice de Epstein, Ghislaine Maxwell. Los vuelos fueron entre Palm Beach y Nueva York, incluyendo una escala en Washington, D.C.

El presidente de EEUU ha reconocido haber viajado en el avión de Epstein, pero siempre ha negado haber cometido ningún delito con el financiero y ha acusado a otros políticos, como Bill Clinton de tener vínculos más estrechos con él.

Dos años después de que Trump calificara a Epstein de “un tipo estupendo” en la revista New York, ambos se convirtieron en rivales por una mansión frente al mar en Palm Beach que había sido objeto de ejecución hipotecaria. En una lucha de poder relatada por The Washington Post, Trump finalmente superó la oferta de Epstein por la propiedad.

Pelea por una casa

Existen pocos registros públicos de la interacción entre ambos después de esa disputa inmobiliaria. Trump declaró más tarde, en 2019, que él y Epstein tuvieron una “pelea” y que no habían hablado en 15 años.

Poco después de la pelea por la propiedad, la policía de Palm Beach recibió un aviso de que se habían observado mujeres jóvenes entrando y saliendo de la casa de Epstein. Unos meses después, en marzo de 2005, la policía recibió una denuncia de una mujer que afirmó que Epstein le había pagado a su hijastra adolescente para que le diera un masaje mientras estaba desnuda, lo cual dio lugar a una investigación que posteriormente identificó al menos a una docena de posibles víctimas.

La investigación del FBI y la policía de Florida culminó en una acusación formal en 2006. Dos años después, se declaró culpable ante un tribunal estatal de dos delitos graves, incluido el cargo de prostitución de menores. El acuerdo le permitió evitar cargos federales que podrían haberle acarreado una pena de prisión mucho más severa. En junio de 2008, fue sentenciado a 18 meses de prisión y tras tres meses y medio se le permitió salir de la cárcel con “permisos de trabajo”.

Diez años más tarde, en 2018, The Miami Herald destapó nuevas acusaciones e identificó a unas 80 mujeres que afirmaban haber sido abusadas sexualmente por Epstein entre 2001 y 2006. En julio de 2019, Epstein fue arrestado por agentes federales en el área de Nueva York, acusado de traficar con menores, algunas de tan solo 14 años, y de mantener relaciones sexuales con ellas. Unos días después, el 10 de agosto de 2019, Epstein se ahorcó en una celda mientras esperaba el juicio.

El día que encontraron a Epstein muerto en su celda, Trump, siendo presidente, retuiteó un post que relacionaba su muerte con el expresidente Bill Clinton. “Lo que decimos es que queremos una investigación. Quiero una investigación completa, y eso es lo que exijo sin reservas. Eso es lo que nuestro gran fiscal general [William Barr] está haciendo”, dijo Trump a la prensa el 13 de agosto de 2019.

Sembrando dudas en torno al suicidio

Al ser reprepreguntado sobre si realmente creía que Clinton estaba involucrado en la muerte de Epstein, Trump respondió: “No tengo ni idea. Sé que subió a su avión 27 veces y dijo que habían sido cuatro veces. Pero cuando revisaron los registros del avión, Bill Clinton, que era muy amigo de Epstein, subió unas 27 o 28 veces. Entonces, ¿por qué dijo ”cuatro veces“? Y la pregunta que hay que hacerse es: ¿Fue Bill Clinton a la isla? Porque Epstein tenía una isla [Little St. James] que no era un buen lugar, según tengo entendido. Y yo nunca estuve allí. Así que hay que preguntarse: ¿Fue Bill Clinton a la isla? Esa es la pregunta. Si descubren eso, aprenderán mucho”.

Meses después, en una entrevista con Axios en agosto de 2020, Trump puso en duda que la muerte de Epstein fuera un suicidio. Y al ser preguntado por Ghislaine Maxwell, compañera de Epstein desde hacía mucho tiempo y acusada entonces de incitar a adolescentes a ser abusadas sexualmente por Epstein, Trump respondió: “Le deseo lo mejor”.

“Su novio murió en la cárcel y todavía se intenta averiguar cómo sucedió. ¿Fue un suicidio? ¿Lo asesinaron? A ella le deseo lo mejor. No busco nada malo para ella”, dijo Trump a Axios. Maxwell terminó siendo condenada en 2021 a 20 años de prisión por abuso y tráfico de menores.

Más recientemente, en la pasada campaña para las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, Trump volvió a levantar sospechas sobre la muerte de Epstein. En una entrevista con Fox News, el ahora presidente fue esquivo con la pregunta de si publicaría los archivos de Epstein: “Supongo que sí. Pero no quieres afectar la vida de la gente si hay información falsa, porque hay mucha información falsa en todo ese mundo. Pero creo que sí”.

Pero añadió sobre la muerte del financiero: “Sobre cómo murió, sería interesante saber qué pasó allí, porque fue una situación extraña, y las cámaras no funcionaban, etc. Pero sí, me gustaría mucho saberlo”.

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