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Alquimias electorales en un país en el que crecen la pobreza y la derecha

Horacio Rodríguez Larreta, Jorge Macri y Mauricio Macri en la antesala de la cena de la Fundación Libertad.

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El proceso electoral que se avecina ofrece un par de certezas y un mar de incógnitas. Se sabe que la inflación, la perspectiva de un aumento de la pobreza, la corrección a la baja del crecimiento en 2023 y la fallida conducción política de los Fernández debilitan al peronismo. Otro dato bastante evidente es el corrimiento del eje político hacia la derecha. Con esas premisas en mente, los laboratorios de los diferentes campamentos ensayan la introducción de algún reactivo, disocian elementos, los corrompen, retroceden a su composición primaria, dejan alguna sustancia en reposo, pero la fórmula del éxito sigue siendo esquiva.

José Luis Espert ya baraja el nombre que coronaría su incorporación formal a la principal coalición opositora: Juntos por la Libertad y el Cambio. Afirma que las negociaciones “marchan bien” e incluyeron diálogos con Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales, María Eugenia Vidal, Martín Lousteau, Elisa Carrió, Alfredo Cornejo, Maximiliano Abad y otros. Todos ellos estarían más que predispuestos a sumar a la pata “liberal” que él —en su mirada— representaría, para complementar el perfil “institucionalista” —ídem— del macrismo. “Puede cambiar el orden, pero la palabra ‘libertad’ va a estar seguro”, dice Espert.

Mientras vislumbra el puerto para desembarcar, el diputado se sumó al listado de dirigentes de Juntos por el Cambio (JxC) que valoraron el retiro de Mauricio Macri de la competencia electoral como un acto de un estadista. “Un buen gesto, magnánimo, de permitir renovación. Es una señal que los liberales valoramos de JxC, su no mesianismo y no personalismo en la construcción política”, dice el economista.

La discusión en JxC sobre tácticas para pescar a la derecha de la derecha (Espert y todo lo que Javier Milei deje a la intemperie) se aceleró tras el renunciamiento histórico de Macri. Una segunda consecuencia perceptible fue el paso dado por Rodríguez Larreta para desmontar la precaria multioferta de candidatos para gobernar la Ciudad, ante la presión del expresidente para que el único postulante del PRO sea su primo Jorge Macri. El equipo de campaña del jefe de Gobierno transmite convicción de que una figura próxima (Fernán Quirós u otro) ganaría en el mano a mano con Jorge, pero más seguridad muestra sobre las posibilidades de triunfo de Martín Lousteau ante el mismo rival en una PASO, en el marco de un pacto con parte de la UCR que entraría en el paquete de la candidatura nacional.

Que el alcalde deslice, con el tono menos convincente posible y dejando algún cabo suelto, que apoyaría a Jorge Macri como postulante en la Ciudad da cuenta del peso que le siguen asignando a Mauricio dentro del PRO y de la poca solidez de la ventaja “de dos a cinco puntos” que el larretismo dice tener sobre Bullrich en la carrera presidencial.

El reemplazo de la palabra “mapuche” por “judío”, “negro” u “homosexual”, por citar identificaciones que conocieron el horror no hace mucho y hoy están menos estigmatizadas, da la pauta de la aberración sancionada en la Legislatura mendocina

El caso Espert, un emergente que promueve “meter bala” a los “falsos mapuches” y batalla contra el “curro de los derechos humanos”, es ejemplo de hasta dónde se extendieron los límites de lo decible en la política argentina y las dificultades que dispara un laboratorio electoral que tiene más condicionantes que el poema de Rudyard Kipling If.

El extremismo y sus ecos

Espert encuentra eco a sus proclamas. No por nada, la afiliada a la Internacional Socialista UCR de Mendoza acaba de impulsar una ley provincial que declara a los mapuches “pueblo no originario” de Argentina. Se viene diciendo hace un tiempo para casos por el estilo. El reemplazo de la palabra “mapuche” por “judío”, “negro” u “homosexual”, por citar identificaciones que conocieron el horror no hace mucho y hoy están menos estigmatizadas, da la pauta de la aberración sancionada en la Legislatura mendocina. Fue en la semana en que la ministra de Educación de CABA, Soledad Acuña, hizo campaña con el retiro de una ayuda económica a 1.445 alumnos de escuelas porteñas que incumplieron el requisito de asistir al 85% de las clases. Fuentes del Gobierno porteño afirman que están en curso políticas para no abandonar a familias que presumiblemente afrontan una situación crítica, pero, por algún motivo, la implacable y exitosa Acuña decidió sólo hacer referencia a la sanción impuesta a los niños que no pasaron su criterio meritocrático.

En JxC, además de versiones distintas sobre cuán avanzada está la negociación con Espert (“no hablé una palabra de esto con él”, “¿cambiar el nombre de la coalición?, jajaja”, dijeron a este diario dos de los interlocutores aludidos por el economista), la aceptación de sumarlo como aliado varía del acuerdo absoluto a la aceptación táctica, acotada a la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de ganarle la gobernación a Axel Kicillof, quien podría imponerse en la única vuelta del distrito. “Si está pensando en una alianza con volumen nacional, estoy en desacuerdo porque no coincido con muchas cosas. Otra cuestión es algo acotado a la provincia de Buenos Aires por razones tácticas, pero hay que ver la racionalidad de esa ingeniería”, dijo con reserva de identidad una de las principales voces radicales.

De este dirigente de la UCR a Joaquín de la Torre, peronista histórico de San Miguel, exministro de Vidal y candidato a gobernador porque ya “basta de todes”: “Los partidos de la oposición deberíamos competir dentro de un mismo frente amplio, incluido Milei, que es quien tiene los votos de la derecha”. En el medio del radical centrista y de De la Torre quedó la diputada Silvia Lospennato, en teoría liberal, quien discernió ante Radio Perfil: “Una cosa son los liberales de José Luis Espert y otra, los populistas de derecha de Javier Milei”. A esta altura, el votante debería demandar una brújula adherida a la boleta de JxC que se ofrecerá en el cuarto oscuro.

Los porotos que aporta Espert

La pregunta entre quienes porotean votos es cuánto vale Espert hoy. La última experiencia en las urnas del economista no es desdeñable. En las legislativas de 2021, alcanzó 7,5% de los sufragios en la Provincia, cuatro veces más que lo obtenido por él mismo como candidato a presidente en 2019. Un detalle. Hace dos años, Milei irrumpió con La Libertad Avanza en la arena electoral. Como el hermano de Karina no dejó a Espert sumarse a su barco, éste anotó su frente con el nombre Avanza Libertad. Y otro detalle. Desde la Ucedé en los ochenta, al militar Aldo Rico y el policía represor Luis Patti en los noventa, el excarapintada José Luis Gómez Centurión y otros en años recientes, la provincia de Buenos Aires hace décadas que alberga un caudal electoral atendible para la derecha dura, por lo que la cosecha de Avanza Libertad en 2021 no sería tan novedosa.

Si se mide por su armado político, el precio de Espert baja. La otra diputada nacional que ingresó por Avanza Libertad, Carolina Píparo, y legisladores provinciales electos en esa boleta se dejaron seducir por Milei o están transicionando. El economista no tiene ni partido ni aliados en otras provincias.

A esta altura, un votante debería demandar una brújula adherida a la boleta de JxC que se ofrecerá en el cuarto oscuro.

En los laboratorios de Larreta y Bullrich sacan cuentas. Espert puede sumar por derecha, acaso canibalizando a otros postulantes que militan en JxC (De la Torre, Javier Iguacel, Néstor Grindetti, Cristian Ritondo). Para el objetivo de bloquear la reelección de Kicillof, Espert podría servir de poco si Milei anota a su propio candidato (¿Píparo?) por La Libertad Avanza. Como la incorporación de Milei a JxC es impensable, quedaría la alternativa de que éste concurra a las urnas con el tramo de gobernador vacante, una rareza cara. Con su abstención en la Provincia, Milei dispararía el voto en blanco o fomentaría el corte de boleta, pero el principal beneficiario de esa maniobra sería Diego Santilli, hombre de su odiado Larreta, al costo altísimo de desamparar a cientos de aspirantes a concejal y a un puñado de probables legisladores provinciales. Los buscas bonaerenses que se les ofrecen por estas horas a Milei no verían esa opción con agrado.

Se suma a este jeroglífico que, dada la sórdida estrategia toma-todo de Larreta, Espert computa hoy para las filas del jefe de Gobierno. Es decir, el candidato presidencial que dice buscar la avenida del medio debe asimilar al aliado que quiere “meter bala a los falsos mapuches”. Larreta acercó al economista en 2019, entre las PASO y las generales, cuando vio peligrar su reelección en la Ciudad ante la avanzada del Frente de Todos. Esa movida provocó escándalo y pases de facturas —no sólo simbólicas— en las filas de la derecha dura y sería la raíz del enojo de Milei con su colega economista. El libertario mayor calla y Espert da por concluido el asunto. “Con Javier tenemos la mejor y con Larreta fue un acuerdo puntual, hace tres años; hoy no tenemos nada de nada”.

La Ciudad en el cuarto oscuro

Dilemas con Espert por derecha y con Lousteau, por el centro. El entorno del senador por la UCR asume que Larreta podría carecer de margen para no plegarse a la candidatura de Jorge Macri, al menos en el plano formal. Bullrich ya hizo público que avala al primo del expresidente. Para matizar ese escenario, Lousteau reclama dos alternativas. Un sistema dual de votación que obligue al elector a repetir el acto para sufragar por las categorías nacionales y locales en forma separada, de modo de no depender de ningún postulante presidencial. Si esa opción no encuentra cauce, el senador por la UCR pide que todos los candidatos a jefe de Gobierno de CABA puedan ir adheridos a todos los aspirantes a la presidencia de JxC (de modo de no quedar reducido a las boletas nacionales de Facundo Manes o Gerardo Morales con su competidor pegado a Bullrich y Larreta). Con que la exministra de Seguridad se resista, la candidatura a alcalde de Lousteau encuentra un obstáculo serio.

Si —para seguir con el poema de Kipling— los Macri se imponen y no aceptan ninguna de las alternativas de armado del cuarto oscuro que busca Lousteau, éste tiene una carta para jugar in extremis: competir por afuera de modo de no quedar descalificado en las PASO y apostar a un ballottage, para lo que requeriría un altísimo corte de boleta en la primera vuelta del 23 de octubre. Lousteau guarda en la memoria el escenario de 2015, cuando llegó al ballottage, juntó todo lo que había a su izquierda y en el peronismo, y estuvo a punto de vencer a Larreta y, de carambola, frustrar el proyecto presidencial de Macri. Pasaron ocho años, la UCR y aliados de Lousteau cogobiernan en la Ciudad, el propio economista radical pasó por el Gobierno de Macri, por lo que los riesgos de que esa opción termine mal son altos.

El mandato de Kipling

El Frente de Todos desearía estar en una situación en la que la dificultad mayor sea cómo armar un rompecabezas para alcanzar una victoria factible. Sobre el 39,2% de pobreza informado esta semana -cuatro puntos más que el último registro de Macri, a las puertas de la pandemia-, se podrán discutir causas y contextos, pero nadie duda de que la conducción política de la alianza peronista no fue siquiera capaz de sostener un discurso sobre las dificultades que afrontó y los logros obtenidos.

Ayer, el presidenciable de La Cámpora y ministro del Interior, Eduardo de Pedro, deslizó en Radio con Vos que el Gobierno de Alberto Fernández trató de ocultar los méritos de los mandatos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Es curioso que Cristina, Máximo Kirchner y su círculo no atinen a hacerse la pregunta de por qué, si ellos son los verdaderos intérpretes de la causa “nacional y popular”, de la “voluntad de grandes mayorías”, de la memoria “de los mejores doce años de la historia”, y la mejor carta de resistencia “frente a los grupos concentrados”, los votantes decepcionados con el Frente de Todos y con el Gobierno de Macri eligen quedarse en su casa o mirar a la derecha y a la extrema derecha, y desatiendan los insistentes llamados de sus salvadores a una movilización masiva contra la “proscripción” de la vicepresidenta.

Esa actitud ante la vida que presume “las victorias son nuestras y las derrotas son ajenas” debería causar un insomnio vergonzante a quienes la enarbolan.

Pocos escenarios serían más permeables para la premisa de que 'son todos iguales'. Y sin embargo, encuestadores hablan de un crecimiento perceptible de la izquierda trotskista este año, pero no sustancial en términos de representación institucional.

El crecimiento de la derecha también interpela, de alguna manera, al Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT). La formación trotskista alcanzó en 2021 su mayor representación parlamentaria, con cuatro diputados nacionales, sobre 257. Ahora, el FIT tendría la oportunidad de crecer como nunca ante la doble decepción consecutiva macrismo-kirchnerismo, los dos bloques mayoritarios que acumulan marcas negativas en términos de inflación y pobreza. Pocos escenarios serían más permeables para la premisa de que “son todos iguales”. Y sin embargo, los encuestadores hablan de un crecimiento perceptible de la izquierda trotskista, pero no sustancial en términos de representación institucional y muy inferior al de Milei.

Volvamos a Kipling en If.

Si podés hablar a las masas y conservar tu virtud/ o caminar junto a reyes, y no distanciarte de los demás./ Si ni amigos ni enemigos pueden herirte./ Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado./ Si podés llenar el inexorable minuto/, con sesenta segundos que valieron la pena recorrer…/ Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,/ y lo que es más: serás un hombre, hijo mío.

SL

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