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Entrevista

Eduardo Fidanza: “Milei se está mareando en el mundo virtual, que es su medio”

Eduardo Fidanza.

Juan José Domínguez

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Javier Milei no distingue entre condenar a los políticos y condenar a la política, y esa es la razón por la cual su plan de gobierno no ha avanzado como pretendía. Por eso, para el sociólogo y analista político Eduardo Fidanza, si dentro de los próximos tres meses fracasara ese nuevo proyecto denominado Pacto de Mayo, eso terminará de confirmar la incapacidad del gobierno de La Libertad Avanza de construir poder.

El director y fundador de la consultora Poliarquía dialogó con los periodistas Hernán Cappiello, Juanjo Domínguez y Ariel Cohen en Gambito de Datos (Radio Con Vos), evaluó el mensaje del Presidente de la apertua de sesiones ordinarias del Congreso, el riesgo del palo y la zanahoria como forma de gobernar, y el brete en que se encuentra la oposición.

—¿Cómo vio el discurso presidencial del viernes en el Congreso?

—En primer lugar podemos decir que el Presidente conserva la iniciativa política. Él lleva 80 días de gobierno y la política, la realidad, se mueve al ritmo de lo que él hace o deja de hacer. En segundo lugar se observó un giro inesperado, que es el llamado al Pacto de Mayo. Ahora, lo que queda por ver es si ese pacto consiste en aceptar o rechazar los 10 puntos que planteó el Presidente o si, otra vez, ese decálogo será tan sólo una guía general sobre los cambios. El Pacto de Mayo viene después del fracaso de la ley ómnibus, que le provocó al Presidente mucha ira, y entonces tenemos que ver cómo sigue ahora. Pero con este llamado, y en términos estrictamente políticos, creo que Milei logra quebrar ese consenso de rechazo a la ley ómnibus.

—La semana pasada el peronismo se jactaba en el Senado de haber juntado ya 40 votos para rechazar el mega-DNU. Probablemente ese número ya no sea el mismo después del discurso ante el Congreso.

—Bueno, veamos la escena del jueves, por decir así, y la escena después del discurso. Hasta el jueves, los gobernadores aparecían como una sociedad sólida entre ellos, defendiendo intereses, después de que pasó lo de [el chubutense Ignacio] Torres. Ahora, el hecho de que el propio Torres y otros gobernadores del PRO y del radicalismo decidieran aceptar la propuesta del Presidente de reunirse el 25 de mayo es un logro político y se basa en el ancla del gobierno en la adhesión que conserva ante la opinión pública. Nosotros vimos una caída importante entre diciembre y enero, que se estabilizó entre enero y febrero. Esa estabilización tiene un dato, que es que mejoraron las expectativas económicas respecto del próximo año.

—¿Cómo está la imagen del presidente?

—Nosotros detectamos una caída en la aprobación del Presidente en el Gran Buenos Aires contrapuesta con un apoyo consistente en el interior del país. No olvidemos cómo llegó Milei a la Presidencia: fue un fenómeno que del interior vino a la capital. Entonces, también pensemos que Milei se enfrenta con los gobernadores pero ahora los convoca sabiendo que ellos también tienen legitimidad. Preguntémonos por qué el pacto se firmaría en la ciudad de Córdoba. Hay un doble mensaje en la actitud del Presidente. Es como el palo y la zanahoria: castiga y después propone. No es nuevo. Pero hay que ver si termina en zanahoria o termina en palo.

Hay un doble mensaje en la actitud del Presidente. Es como el palo y la zanahoria: castiga y después propone. No es nuevo. Pero hay que ver si termina en zanahoria o termina en palo

—¿Qué pasa si se pudre el Pacto de Mayo?

—Hay que preguntarnos qué aprecio tiene este gobierno por la construcción de poder político. Milei no distingue entre condenar a los políticos y condenar a la política. Uno puede decir los políticos son responsables de la decadencia, por sus privilegios, etcétera. Pero condenar la política en democracia es condenar también una actividad profesional. La política tiene métodos, tiene procedimientos, tiene reglamentos. Este presidente llama a un pacto ahora pero hay archivos en los que aparece señalando al consenso como una cosa mala. Él hace una distinción típica de los discursos de grieta: existen los argentinos de bien, que son los que adhieren a su doctrina, y los argentinos de mal. No funciona así la política en democracia. Hay diálogo, hay discrepancia. Pero acá hay un fuerte componente moral, y para mí hay una confusión entre lo moral y lo instrumental. Nosotros no podemos dejar de pensar que tal vez el Presidente reflexionó y ahora cambia su método y se aviene a dialogar y a negociar. Si fracasara el Pacto de Mayo, quiere decir que va a fracasar la construcción del poder político.

—¿Y los gobernadores qué van a hacer?

—También están en juego sus gestiones. Me pregunto si finalmente Milei, que dice representar lo nuevo, no va a ser lo mismo que otros presidentes, que es manejar los fondos federales según la posición política de los gobernadores. El señor [Osvaldo] Jaldo ya fue favorecido, o no fue tan castigado, porque es alguien que adhiere al Presidente. Sabemos que las provincias tienen necesidades, sabemos que necesitan del Gobierno federal, porque esto es un sistema unitario, que sin embargo en la Constitución aparece como sistema federal.

—¿Cómo sigue esto de acá al 25 de mayo, con la gobernabilidad frente a la inflación, la caída de los ingresos, los efectos sociales? Y, por otro lado, las serias dificultades que tiene el gobierno para gobernar, ¿no? Para poner en marcha el mecanismo del Estado.

—Este es un ajuste que prácticamente no tiene antecedentes mundiales, es de una severidad inusitada y está generando efectos muy nocivos en la población, sobre todo desde las clases medias hacia abajo. La pregunta es si la sociedad resiste. La respuesta de los gobiernos es mirar la encuesta de opinión pública, que hoy está dando un 55% a favor del gobierno y un 45% en contra, que es más o menos el resultado electoral. La aprobación de gobierno de Milei a sus 80 días es de las más bajas comparadas con gobiernos anteriores.

—Es una luna de miel complicada.

—Es una luna de miel con menos pasión que otras. Ahora, en ausencia de poder político, territorial, legislativo, creo que el sostén de Milei son las encuestas de opinión pública y dos cosas más. Una es que Milei se percibe a sí mismo como un héroe internacional del anarcocapitalismo. Y tiene razón en decir que nadie con esa ideología tan exótica llegó a presidente de la Nación de un país. No como liberal sino como anarcocapitalista. Hay que ver lo que los anarcocapitalistas escriben... Es como una secta. La otra es que, como se percibe a sí mismo como un héroe, no le faltan aclamaciones, aplausos, adhesiones, sobre todo en el mundo virtual. Y una tercera cosa son “las fuerzas del cielo”, en las que yo creo que el Presidente cree de verdad. Entonces tenemos la opinión pública, tenemos la “aclamación internacional” y tenemos “las fuerzas del cielo”. No tenemos nada ahí que sea político. El rechazo a la política hace que no exista ninguna base que sea política. Hay algo en trámite, que es el eventual acuerdo con el PRO, que igualmente está complicado. Pero quiero decir que el Presidente se basa en esas tres cosas. Si le va bien, quiere decir que la gente sobrelleva este ajuste, pasan los tres o cuatro meses más difíciles y después empieza la recuperación. Pero es un error basarse sólo en “las fuerzas del cielo”, la “aclamación internacional” y las encustas de opinión pública. Hay que mirar y escuchar a la sociedad, y eso proviene de los estudios cualitativos, de las conversaciones, de las observaciones...

—Que no son Twitter...

—No, claro. Eso es el mundo virtual. Dentro de las encuestas de opinión podemos sumar el mundo virtual, que además yo creo que al Presidente lo va mareando, se va mareando en ese mundo virtual, que es su medio. Hay una conciencia media en la sociedad argentina que no creo que se incline hacia la derecha. La gente en estos años fue descubriendo la trampa o la estafa del populismo peronista o del populismo kirchnerista, pero eso no los convirtió en ultraliberales, y menos que menos en anarcocapitalistas. En absoluto. El Presidente dice: lo mío es una lucha cultural. Pero es complicada esa lucha cultural. Lo primero que dijo Milei cuando ganó las PASO es que la justicia social es una aberración. Bueno, veamos lo que contestó el Papa: primero lo abrazó, qué hacés, cortate el pelo, etcétera, y al los veinte días le recordó que el Estado es imprescindible.

La gente en estos años fue descubriendo la trampa o la estafa del populismo peronista o del populismo kirchnerista, pero eso nos lo convirtió en ultraliberales

—La política también está desconcertada con este presidente.

—Totalmente. Está desconcertada. Está desconcertada y está culposa. Cuando vi el discurso ante la Asamblea Legislativa recordé una teoría de un antropólogo norteamericano del siglo pasado, Gregory Bateson, que habla del doble vínculo en la esquizofrenia. Y hay un mensaje de Milei que se parece al mensaje que los padres, según esta teoría, les dan a sus hijos que después devienen esquizofrénicos. Consiste en desconfirmarlos a través de críticas muy descalificadoras. Como un padre que le dice al hijo: sos un imbécil, sos un fracasado, te portás mal. Y a las pocas horas le dice: vení, vamos, vamos a salir y vamos a tomar un helado. Y entonces no se entiende por qué me dijo primero esto y después me dijo lo otro. Ese doble vínculo es el que creo que Milei está aplicando. Es, en sentido coloquial, el palo y la zanahoria. Ese doble vínculo afecta a la identidad. Entonces, la identidad de la oposición está asediada. Primero por los errores que la oposición cometió, y en eso no tiene nada que ver Milei, y ahora, porque está atrapada en este tipo de manipulación.

JJD

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