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En la Justicia anticipan que podría haber un escrutinio lento la noche de las PASO

El ministro del Interior Eduardo "Wado" De Pedro y el presidente de la Cámara Nacional Electoral, Santiago Corcuera
27 de agosto de 2021 07:14 h

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A dos semanas de las primarias del 12 de septiembre, en la Justicia electoral anticipan que el recuento provisorio de votos, el que informa los resultados durante la noche de la votación, podría ser “más lento que otros años” y demorar la difusión de datos. Lo atribuyen a las complicaciones que implica votar en pandemia, pero se encendió un alerta con la falla en el simulacro de carga de datos del último sábado.

“No es bueno que la gente se vaya a dormir con un resultado engañoso”, confió a elDiarioAR una fuente judicial involucrada en el proceso. Luego de las experiencias del 2017, que incluyó la cuestionada decisión de frenar la carga, y del 2019 cuando los primeros datos se dieron sobre las 10 y media de la noche, en la Justicia electoral ponen el ojo en la logística de la elección.

El protocolo que armó la cartera de Salud para una “elección cuidada” implicó cambios operativos, entre ellos la ampliación de los lugares de votación que dos años atrás fueron 14 mil y en esta elección rondarán los 18 mil a partir de la decisión de que en ningún lugar haya más de 8 mesas electorales. “Un 25% de las mesas podrían tardar un poco más en enviar los datos y eso hacer más lenta la carga”, confió el funcionario.

Apunta, aunque no lo expresan de ese modo, casi a una prevención: con más lugares de votación y una elección más lenta producto de las medidas de cuidado, los cierres podrían demorarse y eso operar, en efecto dominó, y ralentizar todo el proceso de escrutinio, carga y difusión de datos. La advertencia camina sobre un territorio que en la Justicia reconocen difícil: las quejas, como la que emitió días atrás Mauricio Macri, sobre riesgo de fraude.

'Ese riesgo no existe: por los controles cruzados, donde están los partidos y la Justicia, además por la cantidad de gente que habría que involucrar para hacer un fraude. Es imposible', apuntan las fuentes.

“Ese riesgo no existe: por los controles cruzados, donde están los partidos y la Justicia, además por la cantidad de gente que habría que involucrar para hacer un fraude. Es imposible”, apuntan. Un funcionario judicial de primera línea detalló, incluso, que “se contactó a los apoderados de Juntos, la alianza del expresidente para que aporten elementos que justifiquen una denuncia y no hicieron nada”.

Dejan, sin embargo, la puerta abierta a picardías e irregularidades de otro tipo que no modifican el resultado. De hecho, desde la Cámara Nacional Electoral (CEN), se le pidió al Ministerio Público que disponga un Portal para recibir denuncias anónimas sobre dos prácticas que se detectaron en otras elecciones: la retención de documentos a los votantes, y la entrega de dádivas a cambio de votos. “Es una práctica clientelar que se usa en todos lados, sin distinción de partidos políticos”, apuntan.

“Más lento”

El alerta judicial se monta sobre el error que se registró el sábado pasado durante el simulacro de escrutinio provisorio que está a cargo de la empresa INDRA. En un momento, la carga de datos se frenó por problemas en la distribución de los telegramas en el centro de carga. En el Gobierno dicen que ese inconveniente se subsanó y que los simulacros se hacen, justamente, para detectar eventuales inconvenientes. “La carga se irá haciendo a medida que entren los telegramas y la difusión comenzará a las 21 como establece la ley”, afirmó a elDiarioAR una fuente oficial.

No fue, sin embargo, lo que ocurrió en 2019 cuando Rogelio Frigerio difundió datos cuando se habían cargado los datos del 58% de las mesas. Es un viejo conflicto: entran, primero, los datos de CABA que los de Tigre o Berazategui, y eso puede generar tendencias equívocas. En las PASO del 2017, antes de la medianoche, Cambiemos salió a festejar un triunfo holgado que con las horas se convirtió en un empate técnico.

Por eso, en 2019, por pedido del Frente de Todos (FdT), la jueza María Servini de Cubría dispuso que los datos -en el segmento presidencial- podían empezar a difundirse cuando esté cargado al menos el 10% de los principales distritos del país. Según fuentes judiciales y oficiales, esa medida no figura en la normativa que regula el escrutinio provisorio y por ahora no hubo ninguna disposición que dispusiera ese esquema.

“En esa elección, en provincia de Buenos Aires las boletas son más cortas que en 2017, cuando se eligió senador. Eso debería facilitar el recuento en las mesas”, apuntan desde el Gobierno. Sin embargo, hay más listas que en los años anteriores porque en el cuarto oscuro, en el tramo de diputado nacional, el elector se encontrará con una oferta de 28 boletas diferentes. Como, además, hay primarias en tres espacios -Juntos, el FIT y el Frente Nos-, eso podría ralentizar el trámite.

El protocolo implicó cambios operativos, entre ellos la ampliación de los lugares de votación, que dos años atrás fueron 14 mil y en esta elección rondarán los 18 mil a partir de la decisión de que en ningún lugar haya más de 8 mesas electorales.

Desde la Justicia aportan otro elemento que podría sumar complicaciones. Para esta elección se redefinió el rango etario de las autoridades de mesa, que quedó entre 22 y 50 años. De ese modo, el 40% de las autoridades que participarán serán nuevas, sin experiencia en otras elecciones. “Votación a votación, para no cansar a la gente, se renueva un tercio de las autoridades: Esta vez, ese número será más alto”, indicó una fuente judicial.

Hay otras cuestiones. Aunque se redujo a ocho mesas por cada lugar de votación, estará prohibido hacer cola dentro de los establecimientos y eso, anticipan, hará más lenta la votación. Como, además, hay un horario especial para mayores de 60 años -de 10.30 a 12.30- es posible “que en algunas mesas, la votación no termine a las 6 de la tarde, lo que puede demorar todo el proceso”, explican en el Gobierno.

El otro elemento tiene que ver con la concurrencia. La Cámara Nacional Electoral (CNE) lanzará en estos días una campaña para llamar a votar con un argumento bien terrenal: “Ir a votar tiene el mismo riesgo de contagio que ir al supermercado”, será el leit motiv del mensaje del tribunal que opera sobre una certeza y un temor.

“Desde que comenzó la pandemia, en el mundo hubo 110 elecciones y ninguna, con más o menos concurrencia, generó un pico de contagios”, aseguran en la Justicia para promover la concurrencia, que fue más baja de lo esperado en elecciones provinciales como Misiones y Salta. Una fuente judicial planteó que se espera una baja en la asistencia pero que la participación estará entre 60 y 65% del padrón. “Es un buen número en este contexto, lo suficientemente alto para que nadie quiera deslegitimar el resultado. Distinto sería si votara menos del 40%”, dijo aunque descartó que eso pueda ocurrir.

PI.

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