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En la Capital, la votación con dos boletas distintas provocó demoras y bronca

En algunas escuelas porteñas se produjeron importantes colas de votantes, atribuidas a las demoras por el uso de dos sistemas diferentes de votación en el mismo día.

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La inédita votación en la Ciudad de Buenos Aires, con dos sistemas diferentes en un mismo día —papel para presidente y otros cargos nacionales y máquina electrónica para jefe de Gobierno y otras autoridades porteñas— provocó importantes demoras, con escuelas que a las 18 aún tenían largas colas de electores. En esas escuelas, por decisión de la jueza nacional con competencia electoral, María Servini, se extendió el horario de votación hasta las 19.30, para que ninguna de esas personas se quedara sin hacerlo.

Temprano en la mañana, María Servini, la jueza que tiene competencia electoral, había advertido sobre la “impericia nunca vista” con que se organizaron y desarrollaron las elecciones en la Capital Federal, distrito que gobierna Horacio Rodríguez Larreta, quien en carácter de jefe de Gobierno decidió que los comicios de autoridades porteñas se realizaran utilizando la Boleta Única Electrónica (BUE), el mismo día de la elección de cargos nacionales, que se realizan con la boleta partidaria de papel. Es decir, elecciones concurrentes.

Las elecciones concurrentes son precisamente eso: la realización, en una misma fecha, de los comicios para cargos nacionales (presidente, senadores, diputados) y cargos locales (en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, jefe de Gobierno, legisladores y comuneros), pero con 2 sistemas distintos de votación.

Para votar en la ciudad, los electores recibían de las autoridade de mesa un sobre vacío, se dirigían al cuarto oscuro, introducían en el sobre la boleta que eligieron y la depositaban en la urna a la salida; y recién después recibían de las mismas autoridades de mesa la papeleta que ingresarían después en la máquina electrónica, que debía ser depositada en otra urna.

A ese circuito de votación, al que se atribuyeron las demoras, se le agregaron las fallas en varias decenas de dispositivos, que estaban sin servicio, y problemas posteriores. Un ejemplo icónico de esas dificultades fue la votación de la precandidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, quien dijo que demoró 12 minutos en votar y realizó varios intentos hasta lograrlo. La rival de Rodríguez Larreta dijo que la elección porteña “fue un desastre”.

La jueza María Servini se quejó y denunció penalmente a autoridades porteñas

Pasadas las 10 de la mañana del domingo, la jueza Servini advirtió que resultaba “preocupante el grado de improvisación” en el manejo de los dispositivos para elegir los precandidatos a jefe de Gobierno porteño y precisó que estaban fuera de servicio unas 240 máquinas. Lo hizo con un escrito que giró a la Cámara Nacional Electoral (CNE), la máxima instancia electoral del país, donde se quejó por la “impericia nunca antes vista en la organización y ejecución de un proceso electoral” por parte del Instituto de Gestión Electoral porteño (IGE), el organismo local que fue creado recientemente y debutó en esta jornada en la organización de los comicios.

Horas después, la CNE manifestó su “preocupación” por “el mal funcionamiento de las máquinas de votación de la elección local” y pidió que las demoras registradas no interrumpan el proceso de definición de los candidatos y candidatas nacionales “quedando bajo exclusiva responsabilidad del IGE y de la empresa contratada, las consecuencias para la ciudadanía de la situación generada”.

Fuentes del Gobierno porteño, por su parte, señalaron que las primeras elecciones concurrentes en la Ciudad de Buenos Aires habían comenzado “con normalidad” y que se estaban desarrollando “sin inconvenientes en los 1.097 establecimientos habilitados para tal fin”.

A diferencia de Servini, que habló de 240 máquinas fuera de servicio, en el Gobierno porteño señalaron que eran “sólo 87 máquinas habilitadas para la votación con la Boleta Única Electrónica, menos del 1 por ciento del total”, las que habían registrado “problemas en el inicio de la jornada”, que fueron oportunamente “subsanados”. Señalaron, además, que “en algunas mesas se registraron inconvenientes por ausencia de autoridades de mesa”.

Por la tarde, Servini fue más allá y advirtió que elevaría “una denuncia penal contra las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires” por los problemas que hubo como consecuencia de la votación con boleta electrónica.

Posteriormente, el director del IGE, Federico Fahey Duarte, minimizó los problemas al sostener que “menos del 2%” de los equipos no funcionaron correctamente en cada caso y que no se tardó “más de cinco minutos en reemplazarlos”.

En la Capital Federal los comicios se desarrollaron en 7.326 mesas distribuidas en 1.099 establecimientos en una jornada destinada a definir candidatos de los comicios generales de octubre para el Ejecutivo porteño pero también para la renovación de 30 bancas en la Legislatura y 105 lugares en las 15 Comunas. Además se votó candidato a Presidente entre 19 fórmulas, y legisladores nacionales.

De acuerdo con datos de la CNE y del Tribunal Electoral de la Ciudad de Buenos Aires, podían emitir sufragio unos 2.533.092 residentes, de los cuales 1.214.871 son hombres, 1.318.002 mujeres y 219 personas que se manifestaron no binarias.

Con información de las agencias NA y Télam

JJD/LC

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