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Avanzada del humo bordó

Las Fuerzas del Cielo busca convertir la devoción libertaria en una estructura real de poder y construye en el conurbano

El Gordo Dan encabezó la columna de la agrupación en el cierre de campaña de Adorni. En la foto se lo ve junto al secretario de Culto, Nahuel Sotelo, el legislador bonaerense Agustín Romo y armador Lucas "Sagaz" Luna.

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“El arma más poderosa del siglo XXI es esta”, dijo Daniel Parisini, mejor conocido como “Gordo Dan”, señalando su celular, poco después de haber declarado —sin ruborizarse— que su agrupación era “el brazo armado de Javier Milei”. Corría el mes de noviembre de 2024 y la frase se esparció por los medios como una provocación desmedida, aunque dentro del ecosistema libertario no sorprendió a nadie. En Las Fuerzas del Cielo, los símbolos importan más que los cargos, y la épica, más que la institucionalidad.

Lo que empezó como un experimento digital con trolls anónimos, memes virales y transmisiones en vivo cargadas de furia anti-progre, mutó en una estructura incipiente con vocación territorial. No son un partido. No son un think tank. No son del todo una juventud militante. Son, en cambio, un híbrido libertario que mezcla influencers, funcionarios, estetas de la ultraderecha, diputados provinciales y operadores del conurbano. Y todos responden a una figura: Santiago Caputo, el todopoderoso asesor presidencial, diseñador del universo simbólico de Milei y estratega de su comunicación más directa.

La agrupación se lanzó públicamente en noviembre de 2024, en la Sociedad Italiana de San Miguel. Allí debutaron su color bordó —inspirado en la Guardia Pretoriana romana—, sus estandartes dorados y su código interno de lealtades. Desde entonces, funcionan como una columna disciplinada del aparato caputista. El referente más visible es el Gordo Dan: médico, empresario del streaming (es uno de los accionistas del canal Carajo) e influencer libertario con miles de seguidores. Su rol es el de vocero emocional del grupo, comisario de línea ideológica y animador de las tropas digitales. Lo secundan Agustín Romo, diputado provincial y presidente del bloque de La Libertad Avanza en la Legislatura bonaerense; y Nahuel Sotelo, exlegislador y actual secretario de Culto, figura clave en el discurso anti-Agenda 2030.

Otro actor fundamental es Lucas “Sagaz” Luna, director titular de Intercargo, referente libertario en Tres de Febrero y pieza central del engranaje digital, conocido por su estilo provocador y frases virales. Luna es también coautor —junto con Caputo— del texto Las Epístolas del Cielo, un manual doctrinario aún inédito que recopila máximas libertarias y consejos de acción política. El esquema se completa con Juan Pablo Carreira (alias JuanDoe), director nacional de Comunicación Digital y fundador del sitio La Derecha Diario, operador directo del entorno presidencial. En el espacio también figura Alejandro “Galleguito” Álvarez, subsecretario de Políticas Universitarias, conocido también como “El Profe”, con trayectoria en el peronismo y protagonismo reciente durante el conflicto presupuestario con las universidades.

La base territorial de Las Fuerzas del Cielo no es una incógnita: San Miguel es su centro operativo, su semillero de cuadros y su núcleo de poder. Allí nació políticamente Agustín Romo, cuyo padre, Carlos, es concejal local y alineado con el oficialismo municipal, y desde allí se articuló buena parte de la logística del primer acto oficial de la agrupación. También son oriundos de ese partido del noroeste del conurbano figuras como Juan José Esper, diputado bonaerense de La Libertad Avanza y hombre de confianza del exindentende Joaquín De la Torre —que mantiene un vínculo estrecho con Caputo, con quien se ha reunido en la Casa Rosada en varias ocasiones—, y Santiago Santurio, legislador nacional y exasesor de Milei en el Congreso.

Pero el anclaje no es solo político. San Miguel es un distrito con simbología conservadora: cercanía con Campo de Mayo, fuerte presencia de familias militares, tradición católica y una estatua del sacerdote español y fundador del Opus Dei, Escrivá de Balaguer, en su corredor aeróbico. Aunque los referentes de Las Fuerzas del Cielo no provienen directamente de ese mundo, entienden el valor simbólico de insertarse allí. En su narrativa, lo ven como el inicio de una cruzada cultural que tiene como destino —según sus propias palabras— “convertir a Argentina en el faro del mundo libre”.

Tampoco es casual que entre sus referencias simbólicas haya emergido, incluso, la figura de Benjamín Solari Parravicini, el artista y vidente argentino al que los libertarios más devotos citan como anticipador del “nuevo orden espiritual” que encarnaría el ascenso de Milei. En los pasillos de la Fundación Faro —el think tank libertario que colabora con Las Fuerzas del Cielo— se comenta, medio en broma y medio en serio, que la famosa cruz orlada que aparece en sus psicografías es el emblema verdadero del proyecto. La usan como imagen de fondo en algunos afiches internos y como marca de agua en documentos de formación doctrinaria. Para ellos, no es solo una rareza esotérica: es parte de una lectura mística del presente político.

Sin estructura formal (pero con doctrina)

Las Fuerzas del Cielo no tienen estructura formal ni personería jurídica. Tampoco locales partidarios propios. En sus actos no se discuten listas ni reglamentos. Pero eso no significa que no tengan estrategia. Funcionan como brazo cultural, estético y territorial de Caputo en la provincia de Buenos Aires. Su objetivo es consolidar un músculo leal al Presidente, con capacidad de penetrar en el electorado joven, disputar sentido común en redes y garantizar presencia física en distritos claves del conurbano.

Este viernes desembarcaron en Burzaco, bastión del intendente peronista Mariano Cascallares, donde volvieron a mostrar fuerza simbólica con bengalas bordó, pancartas romanas y arengas contra “la casta”. Fue su segundo acto formal, y una señal de que buscan territorializar su presencia más allá del ecosistema digital. En paralelo, ya planean incursionar en Quilmes, donde gobierna Mayra Mendoza.

Durante la campaña porteña, su presencia fue escenográfica pero eficaz: se mostraron con remeras uniformadas, humo bordó y cánticos en el cierre de Adorni en Parque Mitre. Milei aprobó el show. El propio Presidente ya había participado de una entrevista en el canal Carajo, de Parisini. Por ahora, no pisó un acto de la agrupación, pero nadie descarta que lo haga.

La virtual consolidación territorial de Las Fuerzas del Cielo (que incluso tiene planes de extenderse más allá de territorio bonaerense) implica, inevitablemente, una colisión con el armado formal de La Libertad Avanza, conducido por Sebastián Pareja bajo la supervisión de Karina Milei. Las tensiones entre ambos grupos ya no se disimulan y esta semana se trasladaron al plano virtual: los trolls que reportan al Salón Martín Fierro de la Casa Rosada, donde tiene su centro de operaciones Caputo, comenzaron a apuntar los cañones contra el dirigente Ramón “el Nene” Vera, figura clave del parejismo en la Primera Sección Electoral, al que acusan de manejos vidriosos.

El enfrentamiento es solapado, pero estructural. Pareja conserva la red de armadores y el control del partido, pero desde el entorno de Las Fuerzas del Cielo lo acusan de haber montado un aparato funcional a sus propios intereses, con lógicas de la vieja política. “Está armando para sí mismo, no para Milei”, dispara en diálogo con elDiarioAR uno de los actores de esa trinchera.

Los libertarios caputistas insisten en que cada paso que dan cuenta con el aval de Karina. “Siempre estuvo al tanto de todo”, aseguran. Hace semanas, Pareja debió suspender el Congreso de la Libertad Bonaerense, en el que tenía previsto convocar al propio Milei. Alegaron respeto por el luto tras la muerte del papa Francisco. Pero para algunos fue también una forma de evitar mostrar fisuras. Ahora, el evento fue reprogramado para junio, y entre los invitados confirmados estará Agustín Romo, en un intento de mostrar, al menos en las formas, una tregua entre las distintas tribus libertarias del distrito. Por ahora no hay mesa de unidad. Ni señales de que la tensión vaya a bajar.

PL/MG

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