Interna libertaria: la pelea Zago-Almirón amenaza con desbaratar el plan para aprobar el DNU del FMI

Mientras lo sacaban a la fuerza para evitar que la pelea con Lisandro Almirón escalara, Oscar Zago, furioso, gritó: “Si lo veo mañana lo cago a trompadas”. El jefe del MID estaba enajenado, enfurecido con sus ex compañeros de bloque que habían intentado levantarlo de la sesión a la fuerza, y prometía llevar el enfrentamiento a la Bicameral de Trámite Legislativo al día siguiente, en donde el oficialismo pretendía dictaminar el DNU del acuerdo con el FMI. Zago después pidió disculpas, pero el oficialismo no se arriesgó: la furia de Zago podía dar vuelta el resultado de la votación, por lo que, apenas unas horas antes de que iniciara la reunión, suspendió la comisión.
El Congreso era un caos. Afuera, en las calles, aún se veían claras las marcas de la represión a la marcha en defensa de los jubilados. Y, puertas adentro, el oficialismo tenía que lidiar con los coletazos de otro escándalo de violencia: la trifulca entre Almirón y Zago - la continuación de una interna libertaria que había comenzado hace más de un año- que ahora amenazaba con empiojarle las negociaciones para ratificar, en Diputados, el DNU del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Los celulares de los dirigentes libertarios sonaban cada dos minutos con detalles sobre el raid mediático de Zago. En la mayoría de las notas pedía disculpas pero acusaba a Martín Menem de no haber sabido controlar la sesión e, incluso, llegó a deslizar que podría estar vinculado en el escándalo Libra: “Algunos seguramente están involucrados en los hechos de estafa y están muy preocupados”, aseguró, en diálogo A24. En La Libertad Avanza se agarraban la cabeza, conscientes de que la rebelión de Zago -con quien estaban enemistados desde que Karina Milei lo echó de la jefatura del bloque por la discusión de las autoridades de la comisión de Juicio Político- estaba a punto de llegar a un punto de no retorno.
Algunos buscaban bajarle el precio. “Con dos panchos y una coca lo terminamos arreglando”, intentaba desdramatizar un peso pesado de LLA. Las consecuencias de la pelea, sin embargo, ya se empezaban a percibir en la Cámara de Diputados y amenazaban con entorpecer el camino trazado por Javier Milei para cerrar el acuerdo con el FMI.
Esto se vio claramente por la mañana, cuando los legisladores que integran la Bicameral de Trámite Legislativo recibieron el mensaje del presidente de la comisión, Juan Carlos Pagotto, anunciando que se suspendía la reunión. El temor del oficialismo era que la pelea entre Zago y Almirón -los dos integrantes de la Bicameral- tuviera su segundo round en la comisión y llevase a que la oposición le rechazase el DNU. El argumento de Pagotto, sin embargo, fue que se reprogramaba para el martes próximo para poder contar con la exposición de funcionarios. Por lo bajo, sin embargo, todos coincidían en lo mismo: el oficialismo se había quedado sin el número para dictaminar y había tenido que suspender la reunión de comisión.
El oficialismo, ahora, buscará dejar que la tensión descale y copar la agenda la semana que viene con la presencia de funcionarios de Economía. Irá Leonardo Madcur, el ex jefe de asesores de Sergio Massa que hoy es el representante argentino ante el FMI de Luis Caputo. También irán el vice del Banco Central, Vladimir Werning, y el secretario de Política Económica, José Luis Daza. Caputo, en cambio, no se dejará ver por la comisión.
El peronismo, sin embargo, tiene otros planes para la Bicameral de Trámite Legislativo.
Operativo opositor: boicot al DNU del FMI
Si el oficialismo tuvo que suspender la Bicameral que se encarga del tratamiento de los Decretos de Necesidad y Urgencia -una comisión que LLA apenas convocó un puñado de veces pese al centenar de decretos publicados- es porque el número está fino. No solo para dictaminar los DNUs, sino incluso para sostener la presidencia de la comisión. Y esto es así porque hoy el oficialismo se encuentra en un virtual empate.
Por un lado, están los integrantes oficialistas y aliados: los senadores Pagotto (LLA), Víctor Zimmermann (UCR), Luis Juez (PRO), “Camau” Espínola (peronista aliado de Casa Rosada) y los diputados Francisco Monti (UCR), Diego Santilli (PRO) y el protagonista del escándalo de ayer, Almirón (LLA). Por el otro, están los peronistas: Anabel Fernández Sagasti, Mariano Recalde, María Teresa González, Ramiro Gutiérrez, Carolina Gaillard y Vanesa Siley. En el último año, Nicolás Massot se sumó como aliado de Unión por la Patria y, en las últimas semanas, Massot incorporó al grupo a un nuevo socio: el renegado Francisco Paoltroni.

Paoltroni, desde su pelea con Santiago Caputo y la expulsión del bloque libertario, se fue acercando, cada vez más, a las estrategias que organiza la oposición en el Senado. El último caso fue, por ejemplo, el acompañamiento a la creación de la comisión investigadora del caso Libra (que luego fracasó por el cambio de postura del radicalismo). Pero siempre con temas “institucionales”: el objetivo de la oposición, ahora, es sumarlo a una maniobra que pueda derivar en un rechazo del acuerdo con el FMI.
Las negociaciones estuvieron a cargo de Massot, que es quien se juntó a comer Paoltroni y lo introdujo a la estrategia que estaba orquestando con el peronismo. Pero con Paoltroni solo no es suficiente, sino que se requiere de un acuerdo más: el apoyo de Zago, el sextoavo integrante de la Bicameral de Trámite Legislativo. El voto de Zago es definitivo porque, de acompañar el oficialismo, la votación daría un empate -ocho de un lado, ocho del otro- que Pagotto, en tanto presidente de la comisión, puede desempatar en favor del Gobierno.
Es por esto que el primer objetivo de la oposición, en realidad, es el asegurarse las autoridades de la Bicameral: un desafío que se hubiera consolidado el jueves, si Pagotto no hubiera suspendido la comisión. El peronismo viene negociando con Zago, Massot y Paoltroni para designar a Zago como presidente de la comisión hace unos días. El distanciamiento del diputado del MID -exacerbado en el marco del cierre de listas de la elección porteña, en la que LLA lo está dejando afuera del armado- ha permitido trazar un plan conjunto que derive en arrebatarle al oficialismo el control de una de las comisiones más importantes del Congreso.

Zago, sin embargo, solicitó esperar al cierre de listas, por lo que ahora el plan es otro: poner Massot en la presidencia. Si el ex macrista llega a ese lugar, en el caso de un empate, su voto valdrá doble. Es decir que la oposición podría desbaratar los planes del oficialismo, que pretende avanzar rápido con la aprobación del DNU del acuerdo con el FMI para tranquilizar al organismo de crédito. A largo plazo, incluso, la oposición podría abocarse a tratar todos los DNU que, hasta ahora, el Gobierno ni se molestó en tratar en el Congreso. Entre ellos, el DNU que reestructuró el organismo de inteligencia.
Las negras también juegan, sin embargo. Y en la oposición esperan que Casa Rosada intervenga. La ratificación legislativa del acuerdo con el FMI es, después de todo, la prioridad número uno para el Gobierno este año. “Es la Ley Bases”, explican desde las filas libertarias, como quien dice: nos jugamos la vida en esta votación.
MC/JJD
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