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El Gobierno y su desafío parlamentario

Milei va a Davos y necesita al Congreso como “un reloj suizo” si quiere que avance la ley ómnibus

El diputado Espert y la ministra Bullrich, el miércoles en Diputados, protagonistas del inicio del debate parlamentario de la ley ómnibus de Milei.

Mauricio Caminos

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Al momento en que Javier Milei diserte en el Foro de Davos, Suiza, el miércoles a las 11 (hora Argentina) en un panel titulado pomposamente “Lograr la seguridad y la cooperación en un mundo fracturado”, a unos 12 mil kilómetros de distancia el oficialismo en Diputados anhela tener encaminado el dictamen de su ley afamada ómnibus.

Frente a un paisaje mucho menos inspirador que los Alpes suizos, dentro del edificio del Congreso el minúsculo bloque de La Libertad Avanza intentará hacer suyo el slogan de la exposición presidencial: lograr la “cooperación” de una oposición “fracturada” para “asegurarse” el proyecto legislativo. La intención oficial es que esta semana se firme el dictamen de la norma en el plenario de comisiones, mientras sigue marcado en el calendario llevarlo al recinto el 25, aunque podría ser antes. Una hipótesis que circula es adelantar la votación para evitar que la discusión quede entrampada por la huelga de la CGT del 24, supo elDiarioAR de fuentes parlamentarias. 

El primer éxito libertario en el Congreso dependerá de cuánto esté dispuesto Milei a tocar la redacción del texto, sobre todo el capítulo que más le preocupa: el económico-fiscal. Allí anida el eventual apoyo de la variopinta oposición aliada que va del PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal a las fuerzas provinciales y los gobernadores no-kirchneristas. 

De distintas formas le hicieron llegar al Gobierno vía Martín Menem, titular de Diputados, y Guillermo Francos, ministro del Interior, que no permitirán que se perjudique a dos sectores clave: las economías regionales y los jubilados. Además exigen que haya límites claros a las facultades extraordinarias. La decisión final es del Presidente, que parte mañana hacia Frankfurt en un avión comercial.

“El Gobierno debería funcionar esta semana como un reloj suizo”, metaforeó a tono con el viaje presidencial una diputada del PRO que sigue de cerca la rosca de la ley. Es que mientras en el plenario de comisiones y ante las cámaras de TV desfilen mañana y pasado instituciones, ONG y entidades privadas para dar su posición sobre la norma (cada bloque llevaría una decena de oradores), por lo bajo el oficialismo tiene que avanzar a paso firme en lograr los consensos para redactar un dictamen plausible para su media sanción en el recinto. 

Por ahora esa negociación finita no existe. Pero LLA “hay voluntad” de que todo decante hacia el jueves, cuando Milei esté emprendiendo su regreso al país. El peso relativo del oficialismo es tan magro que no le queda mucho margen para evitar el toma y daca. No solo tiene 38 de los 129 diputados que como mínimo necesita para darle quórum a la ley en el recinto, sino que apenas cuenta con 18 de los 115 que integran las comisiones que le dan despacho a la ley. 

En el plenario de Legislación General, Presupuesto y Asuntos Constitucionales el oficialismo necesita superar el piso de las 50 firmas (algunas valen doble porque hay legisladores que integran varios cuerpos de trabajo). En frente tiene a los 48 diputados de Unión por la Patria ya dispuestos a firmar por el rechazo, al que se sumaría la única lapicera que ostenta el Frente de Izquierda.

“El despacho es la antesala al voto que tiene que haber en el plenario. Por lo tanto, la ley no va a salir de las comisiones si no tiene el OK de quiénes después lo votarían en el plenario”, apuntó la referente amarilla consultada. “Lo importante es qué va a decir el despacho”, alertó. 

El despacho es la antesala al voto que tiene que haber en el plenario. Por lo tanto, la ley no va a salir de las comisiones si no tiene el OK de quiénes después lo votarían en el plenario

“Hoy estamos unidos para votar siempre y cuando no toquen retenciones y jubilados. Pero hasta el dictamen falta un montón”, dijo un diputado de influencia en la UCR, que conduce Rodrigo de Loredo, otro de los apoyos necesarios para el oficialismo. El PRO tiene 17 diputados en la comisión (37 en la Cámara Baja) y el radicalismo 16 (34 del total). La tercera pecera de importancia son las 9 firmas del bloque de Miguel Pichetto y Emilio Monzó (una bancada de 34 legisladores), que está jugando en tándem con las 4 firmas de Innovación Federal (9 diputados en total). 

“Hay voluntad de acompañar, pero no a costa de aumentar retenciones y recortar a los jubilados”, recogió entre los federales elDiarioAR. Una de las alternativas que Pichetto y Monzó le propusieron al Gobierno es que haya cambios en los regímenes especiales, como el de Tierra del Fuego. Este medio ya contó que ese capítulo se quitó del texto para favorecer a “Nicky” Caputo, primo del ministro Luis Caputo. “Si no aceptan cambios, la postura es no acompañar”, agregó la fuente consultada. 

La exigencia de que haya cambios en el capítulo fiscal también la desplegaron el viernes los diez gobernadores aún embanderados en Juntos por el Cambio en su cumbre con Francos y Caputo. Es otra parte de la relojería legislativa, porque lo que salga de Diputados luego tiene que ser refrendado en el Senado, donde las caciques provinciales suelen tener mayos incidencia sobre los legisladores. 

Los cambiemitas condicionaron el apoyo de sus bancadas a que no se aumenten las retenciones a las economías regionales y al campo, ni se modifique la ley de Biocombustibles y la ley de Pesca. “No hay margen de aumentar las retenciones; creo que va a haber acuerdo en eso”, confiaron cerca de un gobernador tras la reunión de anteayer.

La oposición reclama que aquellas reformas de la ley que no tienen que ver con lo fiscal, pero que así mismo generan fricciones para su tratamiento exprés como la reforma política y judicial, sean directamente eliminadas del texto.

En esa discusión fina hay también un asterisco que excede lo económico: la oposición reclama que aquellas reformas de la ley que no tienen que ver con lo fiscal, pero que así mismo generan fricciones para su tratamiento exprés, sean directamente eliminadas del texto. Ahí entran iniciativas como la eliminación de las PASO o la implementación del sistema de juicios por jurado en causas federales

La justificación técnica que dan los opositores es que si en la votación en particular de los capítulos y artículos en el recinto esas reformas son vetadas, ya no pueden ser tratadas durante este año. “Sería mejor que las saquen y las votemos por etapas durante las sesiones ordinarias”, dijo una fuente parlamentaria. 

Otro riesgo que tiene el oficialismo en el recinto es envalentonarse en cruzarse con el kirchnerismo y la izquierda, lo que termine empantanando la votación, que seguramente será de madrugada. Así le pasó a Máximo Kirchner en diciembre de 2021 cuando hizo fracasar en plena madrugada la votación por el Presupuesto. En estos días los libertarios escucharon como consejo la máxima parlamentaria de que “el oficialismo se lleva la ley y la oposición los discursos”. 

Está la expectativa sobre el rol de José Luis Espert, que ante la falta de experiencia de sus colegas de LLA al frente del plenario de comisiones cobró protagonismo por ser implacable con los legisladores de UP y el FIT cuando excedían el tiempo reglamentario o no redondeaban sus preguntas. “Estuvo muy bien, salió a marcar la cancha”, recogió elDiarioAR al lado del diputado del monobloque Avanza Libertad que ya es una espada del oficialismo.

“El espíritu de la ley no va a cambiar”, sentenciaron en el despacho de Espert ante los reclamos de la oposición y sobre el saldo de la primera semana de tratamiento de la ley. En LLA creen que salieron airosos tras la exposición de un grupo de ministros, pese a que la idea original que tenía el Gobierno era que no se permitieran las preguntas de los diputados. Lograron sí evitar que den la cara tanto Caputo como el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, que firmó el proyecto de ley, y Federico Sturzenegger, mentor del texto sin tener aún cargo formal. 

En el oficialismo tampoco estaban dispuestos a abrir el debate a las organizaciones, reclamo al que finalmente tuvieron que acceder no solo por pedido de UP, sino por sugerencia de sus aliados eventuales. “Se avanzó mucho en la participación”, afirmó el vocero de un influyente despacho del oficialismo. Y cerró: “Se está avanzando. La discusión no está empantanada”

MC/MG

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