Presupuesto 2026: la oposición amenaza con no reconocer la ayuda de EE.UU. si no pasa por el Congreso

El socialista Esteban Paulón entró a la Cámara de Diputados con una remera que marcaría el tono de la primera reunión convocada por el oficialismo para discutir el Presupuesto 2026. “La deuda avanza, Argentina retrocede” decía la camiseta. Una postal del clima de sospecha generalizado que predomina en el Congreso frente al salvataje norteamericano y que contrasta fuertemente con el frenesí de entusiasmo que se vive, hace 48 horas, en La Libertad Avanza.
Era una de las primeras veces que José Luis Espert convocaba, motu proprio, la comisión de Presupuesto en el año. El objetivo era establecer una hoja de ruta para el debate del Presupuesto 2026, que el oficialismo busca dilatar hasta diciembre (cuando espera que, tras el recambio legislativo, tenga más diputados propios). Arrancó mal: Espert propuso reunirse los miércoles, fecha en la que suelen llevarse a cabo las sesiones opositoras, y adelantó que el primer invitado sería el secretario de Hacienda, Carlos Guberman. No Luis Caputo.

El ministro de Economía se resiste a pisar el Congreso.No lo hizo en ninguno de los dos primeros intentos fallidos de aprobar el Presupuesto ni cuando tomó 20 mil millones de dólares de nueva deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en marzo. Tampoco quiere hacerlo ahora. ¿El motivo? Quienes lo conocen en LLA deslizan que se pone nervioso.
La oposición, una vez más, exigió su presencia. “No se puede dar un debate real si Luis Caputo no es el primer invitado. Se tiene que dejar de esconder del Congreso”, arremetió el titular de Unión por la Patria, Germán Martínez. No fue el único: Nicolás Massot (Encuentro Federal), Danya Tavela (Democracia Para Siempre) y Paulón también repitieron el mismo pedido.
“Tomo nota. Nos vemos el miércoles con el licenciado Carlos Guberman”, sostuvo, como toda respuesta, Espert, que dio por finalizada la reunión antes de que alguno de los diputados le pudiera retrucar algo.

El próximo miércoles, sin embargo, la oposición avanzará con una nueva sesión para voltear el veto a la ley de reparto de ATN y emplazar la moción de censura contra Guillermo Francos. Buscarán, además, hacerse con el control mismo de la comisión de Presupuesto: el objetivo es hacerse de una mayoría en el recinto que le permita emplazar la comisión y establecer, por la fuerza, los días, horarios e invitados. Establecerán, incluso, la fecha para dictaminar y evitar, así, que el oficialismo postergue el debate para después del recambio legislativo.
Sin ley, no hay deuda legítima
El peronismo ya lo está advirtiendo públicamente: si el salvataje del Tesoro nortemaricano no pasa por el Congreso, ningún dirigente peronista reconocerá, en el caso de ser Gobierno, la deuda.
“Todo empréstito tomado por nuestro país con el Departamento de Tesoro de Estados Unidos que no sea aprobado por ambas cámaras del Congreso Nacional es nulo de nulidad absoluta e insanable y no obligará al Estado nacional de manera alguna”, advirtieron, a través de un proyecto de resolución, Máximo Kirchner y un conjunto de diputados del cristinismo poco después de que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció que Estados Unidos asistiría a la Argentina comprando bonos y otorgando un créditos stand by y un swap de monedas.
El mensaje del cristinismo, que se replica en las distintas terminales del panperonismo, buscaba allanar la discusión respecto a si el nuevo acuerdo, si incluía un swap, debía cumplir con la ley de sostenibilidad de la deuda pública. También conocida como la “Ley Guzmán”, sancionada en 2022 para evitar que el país pudiera volver a endeudarse con un organismo internacional sin pasar antes por el Congreso.
Martínez lo advirtió en la reunión de comisión: “Lo que se quiere instrumentar con el Tesoro tiene que pasar por el Congreso argentino”, aclaró, buscando sentar postura respecto a que, aunque fuera vía swap -que es un intercambio de monedas entre bancos centrales por un tiempo determinado-, el acuerdo con el Tesoro norteamericano tenía que pasar por el Congreso. El reclamo no es casual: a diferencia de lo que ocurrió en marzo, cuando el oficialismo logró aprobar el DNU del nuevo acuerdo con el FMI, el escenario en la Cámara de Diputados es más reactivo a acompañar un nuevo endeudamiento.

La oposición advierte, por lo bajo, que si Milei tuviera que aprobar el salvataje de Donald Trump en el Congreso no conseguiría el número. No solo el peronismo y la izquierda rechazan el acuerdo, sino que varios diputados del pichettismo y el radicalismo se muestran menos predispuestos a aprobar el préstamo del Tesoro norteamericano. Varios lo deslizaron en la reunión de comisión, aunque ninguno fue tan gráfico como Vilma Ripoll (FIT), que acusó al presidente de viajar a Estados Unidos a “chupársela” a Trump.
Hasta Marcela Pagano, la ex libertaria devenida en lanzallamas opositor, presentó un proyecto que apunta a modificar la Ley Guzmán para que incluya todo tipo de crédito público con un organismo extranjero (incluidos swaps, bonos o préstamos). No lo hizo sola: acompañaron con su firma Oscar Agost Carreño, Tavela y Paulón: un pichettista -que preside el PRO en Córdoba-, una radical y un socialista.
La oposición exige que el préstamo pase por el Congreso y, a su manera, le envía un mensaje al gobierno norteamericano. Le advierten que, sin su apoyo, la deuda puede ser considerada ilegítima.
MC/MG
0