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Coronavirus - Segunda Ola
Advierten que se triplicó el uso de oxígeno: qué pasa con los respiradores

Son equipos específicos y el coronavirus les dio visibilidad.

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Transitando la segunda ola de coronavirus en Argentina, el Estado administra los recursos necesarios para que los pacientes con Covid-19 más graves puedan superar la enfermedad, entre ellos, los respiradores. Son los dispositivos que permiten a los internados que no pueden oxigenar por sí mismos bombear aire a sus pulmones. Son determinantes en un contexto en que la ocupación de camas de adultos llega 76,2% en el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), según informó el Ministerio de Salud de la Nación este sábado.

Este domingo el viceministro de salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, contó que en los últimos diez días “se triplicó el consumo de oxígeno en cada uno de los hospitales” y pidió que haya mayor producción.

El funcionario indicó que el Gobierno de la Provincia quiere prevenir un escenario de colapso similares “a los que se vieron en Perú o Manaos”, en donde “no alcanzaba la provisión de oxígeno y había desesperación en la gente para poder conseguirlo”. “Le pedimos a la industria que rellena los tanques que se vuelque completamente a lo sanitario. Hay que producir oxígeno. Lo tubos de los hospitales que antes se llenaban una vez a la semana, hoy se llenan cada dos días”, explicó.

En diálogo con Radio del Plata, Kreplak fue contundente sobre la necesidad de tener oxígeno. “Si tenemos respiradores, pero no tenemos oxígeno, no sirve de nada”, precisó. En ese sentido, contó que el gobierno de Kicillof “compró máquinas nuevas que fabrican oxígeno y que pusimos a funcionar unas que hace 20 años estaban abandonadas”, sostuvo. Y agregó: “Con eso llenamos tubos de oxígenos para los centros de salud”.

“Nos preparamos para evitar el colapso. Si no tenemos oxígeno para quien lo requiere, sería una situación de colapso”, aseguró.

El drama de Hernán Castillo

“No hay problema, quemen los barbijos. Pero inmediatamente firmen que renuncian a los respiradores que no alcanzan para todos los enfermos y listo. Giles. Inconscientes. Mala gente. Ignorantes.¿Qué son los respiradores?”, anticipaba el periodista deportivo Hernán Castillo en Twitter en septiembre del 2020. La semana pasada, Castillo tuvo que lamentar la muerte de su padre tras contraer la enfermedad y vivir un calvario para que sea debidamente atendido y monitoreado con respiración y en una cama de terapia intensiva. Esto alarmó a los televidentes que, mediante las redes sociales, conocían la situación de gravedad que atravesaba la familia.

Antes de que llegara la pandemia a la Argentina, el país contaba con 18,8 respiradores cada 100 mil habitantes, según datos proporcionados por el Ministerio de Salud de la Nación. Durante el 2020, la cartera sanitaria nacional invirtió 42 mil millones de pesos destinados a la expansión del sistema de salud y sumó más de 4.000 respiradores a nivel nacional. Según indicaron fuentes del ministerio de la Provincia de Buenos Aires a elDiarioAR, se entregaron hasta ahora 1.277 respiradores en los distritos bonaerenses.

Según informó la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) sobre un muestreo realizado el 10 de abril pasado en el que participaron 53 Instituciones, 22 públicas y 31 privadas, de un total de 1046 camas (9% del total de camas de UTI de Argentina*), se observó una tasa de ocupación del 93%, de las cuales 57% fueron pacientes COVID 19 con 78% en ventilación mecánica (ARM).

¿Cuál es la asistencia respiratoria más frecuente que se utiliza en la UTI y para qué sirve?

Los respiradores mecánicos o ventiladores mecánicos son aquellos que “bombean” hacia el paciente una mezcla de aire enriquecida con oxígeno, a través de un tubo que “entra” al paciente por la boca, y termina en la tráquea (“tubo endotraqueal, u orotraqueal,” es lo mismo). En algunos casos, el aire ingresa al paciente a través de un tubo más corto que se introduce a través del cuello, y también termina en la tráquea (“traqueostomía”).

Se trata de “una ventilación invasiva”, indicó Luis Sánchez, cirujano vascular periférico y médico de terapia intensiva en el Hospital Argerich. “La decisión de asignarle el respirador a un paciente tiene que ver con la experiencia del médico: si uno decide esperar más porque se trata de un paciente joven, puede llegar a tener un paro cardiorrespiratorio y complicarse su estado, por eso hay que estar atento. Hay que tener en cuenta que el paciente ya está en un área crítica y esperar puede empeorar el cuadro de la persona. Si bien uno se basa en los resultados de los análisis, uno tiene en cuenta la edad del paciente, antecedentes, cómo se ve, estudios de sangre. Se hace una evaluación conjunta y se saca una conclusión”, dijo.

Por otro lado existe una asistencia “no invasiva” previa al uso del respirador mecánico, se utiliza “cuando el paciente está despierto y se le coloca una máscara que ventila a través de la nariz y boca”. Son máscaras especiales, que se ajustan muy fuertemente a la cara. “Al principio los pacientes pueden estar un poco molestos con estas máscaras, pero después suelen acostumbrarse ('adaptarse' es la palabra que usamos los médicos para referirnos al proceso de acostumbramiento, o de tolerancia, del paciente hacia el respirador)”, sostuvo Sánchez.

La ventilación “no invasiva” siempre es preferible a la ventilación a través de un tubo endotraqueal o una traqueostomía (llamada, lógicamente, “ventilación invasiva”). Es porque este tipo de método produce menos complicaciones, especialmente menor posibilidad de infección pulmonar (que se llama “neumonía asociada al respirador”).

Lamentablemente, no siempre es posible usar ventilación “no invasiva” y en ese caso el paciente requerirá la colocación de un tubo endotraqueal. 

La ventilación mecánica es uno de los tratamientos más básicos y frecuentes que se efectúan en la UTIs. Sostiene al paciente mientras se lleva a cabo el tratamiento de la enfermedad que lo llevó a Terapia Intensiva, o de complicaciones que el paciente pudiera desarrollar, según informaron desde la SATI. Según informa la misma fuente, el proceso de “separación” del paciente del respirador se llama “desvinculación”, o más comúnmente, “destete” (este nombre recuerda lo esencial que es la ventilación mecánica para mantener a un paciente con vida, equivalente a lo que es la nutrición materna para el recién nacido/lactante). 

Si los médicos que tratan a un paciente piensan que va a requerir un respirador o ventilador mecánico durante un tiempo prolongado, habitualmente se realiza una traqueostomía.

Fabricantes de respiradores nacionales

Son pocos los países donde se producen respiradores mecánicos para terapia intensiva a nivel internacional. En Sudamérica hay unas 5 empresas y 2 de ellas están en Argentina, en la provincia de Córdoba: Leistung y Tecme S.A. Ambas decidieron enfocarse exclusivamente al mercado interno, para lo que triplicarán sus niveles de producción. 

“Esas empresas son una muestra de lo que somos capaces de hacer los argentinos. Admiro a esos hermanos que empezaron en un garaje (en referencia a TECME). Son un ejemplo en materia empresarial”, indicó el presidente Alberto Fernández al diario La Voz.

Leistung tiene 35 años en el mercado y la gerencia general está al mando de Silvina Grasso (segunda generación en la empresa). Tienen una planta en Córdoba (en Barrio los Boulevares) y otra cerca de Curitiba, en Brasil. En ambas produce máquinas de anestesia, respiradores de terapia intensiva y respiradores de transporte (para ambulancias, por ejemplo, y cuya demanda también se siente), pero en Córdoba tiene un equipo de ingenieros de diferentes especialidades que se encargan de la Investigación y Desarrollo.

Tecme surgió en los ‘60 con la familia Mañá. También tiene su casa matriz en Córdoba y una planta en el exterior, precisamente en Atlanta, Estados Unidos. Tanto en el hemisferio norte como el sur, elabora respiradores mecánicos en tres versiones: adulto, pediátrico y neonatal; adulto y pediátrico; y exclusivamente neonatal. 

Por otro lado, universidades nacional han colaborado para aliviar el sistema sanitario nacional. Por ejemplo, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) donó al municipio de esta ciudad santafesina 20 ventiladores de transición para pacientes con coronavirus, unos dispositivos creados el año pasado por graduados de la casa de estudios en forma conjunta con actores sanitarios.

El ventilador de transición, que lleva el nombre de “UnRespiro”, fue producido por INVENTU, una empresa integrada por graduados de la universidad pública de la ciudad.

“Veíamos como en el resto de los países se complicaba con respecto a los respiradores. Ingenieros de instituciones médicas nos mostraron cómo funcionaban y pensamos que nosotros podíamos producirlos si hacían falta. Vimos si podíamos desarrollarlos de manera escalable para que llegara a todos y con materiales que abunden”, contó el ingeniero Simón Carpman, de INVENTU a elDiarioAR.

“Fuimos a la universidad y dijimos que creíamos poder hacerlos, ellos nos ayudaron e hicieron un primer fondeo. Hicimos un prototipo y se lo llevamos a los médicos. Nos miraban con cara medio rara pero al ver que el prototipo funcionaba, dijeron que en principio era válido y era lo que se necesitaba”, recordó Carpman. Ahora, ya hay más de 200 ventiladores de transición distribuidos en distintos puntos del país, informó la universidad local, y siguen adelante con la producción.

La empresa Grupo INBIO S.A., la Universidad Nacional de Rafaela (UNRaf) y el Centro Tecnológico Rafaela (CenTec) trabajaron en el “ciclador automático de resucitador” para enfermos de Covid-19 que se produce en Santa Fe y se comercializa y distribuye en todo el territorio nacional.

El dispositivo automatiza el proceso manual de ventilar a un paciente intubado con un resucitador (AMBU) y, además, cuenta con la ventaja de ser de fácil manejo y no requerir de aire comprimido, característica muy importante para su uso en instalaciones de campaña o recursos de gases medicinales limitados.

Su sencillez posibilita que pueda construirse a gran escala y a bajo costo para asistir a las necesidades que puedan surgir por la pandemia. El desafío de la iniciativa fue lograr un producto de rápida fabricación local y con insumos casi en su totalidad de industria nacional y con estándares de uso sanitario.

“Es vital que apoyemos este tipo de desarrollos tecnológicos para demandas específicas, estratégicas y con fuerte impacto en los grandes desafíos que tenemos en este contexto”, dijo la secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación, Marina Baima, a elDiarioAR.

AB.

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