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Coronavirus
Nueva rutina: el miedo al contagio es la gran causa de la resistencia de pasar de vivir en remoto a la presencialidad

Para muchos el tiempo que se ahorran en llegar a sus trabajos es tiempo que pueden invertir en su bienestar personal.

Sofía Crotti

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A pesar de que ayer en Argentina se confirmaron 6994 nuevos casos de coronavirus y se registraron 161 muertes por el virus, a partir del miércoles 1 de septiembre más de 100 mil empleados públicos regresarán a sus puestos de trabajo de forma presencial. A través de la resolución 91/2021 publicada en el Boletín Oficial, se establece que serán “convocables al retorno a la actividad laboral presencial las y los trabajadores que hubieren recibido al menos la primera dosis de cualquiera de las vacunas, independientemente de la edad y la condición de riesgo, transcurridos 14 días de la inoculación”. Quedan exceptuados de la obligatoriedad del trabajo presencial “las personas gestantes, personas con inmunodeficiencias (congénita, asplenia funcional o anatómica -incluida anemia drepanocítica-, desnutrición grave, VIH dependiendo del status), personas con medicación inmunosupresora o corticoides en altas dosis, pacientes oncológicos y trasplantados (con enfermedad oncohematológica hasta seis meses posteriores a la remisión completa, con tumor de órgano sólido en tratamiento, trasplantados de órganos sólidos o de precursores hematopoyéticos)”. 

En cuanto a las empresas, muchas están hablando de comenzar a volver a las oficinas a partir de septiembre u octubre de forma escalonada. Además, desde el Ministerio de Educación están buscando profundizar las clases presenciales en las escuelas.

Para muchos esto es algo positivo porque implica el regreso a la “normalidad”, pero otros opinan que es una decisión equivocada teniendo en cuenta que el número de casos de coronavirus en el país sigue siendo alto y que la pandemia está lejos de terminar.

“En mi trabajo se está pensando en volver dos veces por semana y divididos en burbujas, un grupo los lunes y jueves y otro los martes y viernes”, contó a elDiarioAR María Laura de 31 años, que se desempeña como abogada en el área de Legales de una empresa privada. 

“No estoy de acuerdo porque los números siguen siendo preocupantes, hay mucha circulación del virus y me preocupa la variante Delta. Me parece un poco apresurado empezar a volver a las oficinas de manera obligatoria, porque no es que es opcional”, aseguró y confesó que siente “miedo y frustración”: “No están teniendo cuenta que el trabajo se puede hacer de manera remota sin ningún problema y solo nos obligan a volver por un capricho”. 

Eugenia, de 44 años, empleada del área de Comunicación en una empresa y madre de dos chicos de 8 y 14 años, reconoció que si bien está cómoda trabajando desde su casa, cree que salir algunos días y ver a otras personas podría ayudar a su salud mental. “Me va a costar volver a la rutina, pero desde marzo de 2020 que estoy en casa y estoy un poco saturada, mentalmente no me está haciendo bien. Ya pasé al extremo de que me cuesta salir, estoy sufriendo un poco el encierro. Quizás si estuviera obligada a salir y cumplir un horario me haría bien, pero me va a costar el viaje hasta mi trabajo y estar menos tiempo con los chicos”, confesó.

Sin embargo, remarcó que sufre mucho ante la idea de que esto signifique exponer más a su familia ante el virus: “Me sigue dando miedo, porque es un desconcierto y no sabemos cuánto va a durar. No me da miedo enfermarme yo, pero sí contagiar a los chicos o a mi mamá. O enfermarme yo y faltarle a mis hijos”.

El aspecto psicológico del regreso a la vida presencial 

Para Guido Entenberg, licenciado en Psicología y especialista en terapia cognitivo conductual, la dificultad para regresar a la rutina con pandemia incluida, dependerá mucho del nivel de ansiedad y preocupación con que se transitó la misma en los últimos meses.

“A la gente que le generó más ansiedad el virus, es probable que se le vuelvan a despertar niveles de ansiedad altos porque van a afrontar una situación que pueden considerar peligrosa o de riesgo por el miedo a contagiarse. Pero hay otros para los que ya fue bajando el miedo al virus, porque lo tuvieron o se fueron acostumbrando a vivir con eso y tal vez no represente un problema volver a la presencialidad”, diferenció en diálogo con elDiarioAR.

Hay gente que se acomodó a estar más tiempo en casa, pero no necesariamente le hizo bien y quizás la vuelta a la presencialidad les pueda ayudar

Pero algo que compartirán ambos bandos es la dificultad para abandonar una rutina y generar otra que parece tan lejana: “Lo que sí va a cambiar para la mayoría es que fuimos construyendo un hábito durante el último año y medio, que implica horarios distintos, actividades distintas. No tener que trabajar junto a otras personas de modo presencial tantas horas, creo que eso sí va a ser un poco disruptivo”. Y detalló: “La parte de la vuelta puede ser difícil porque implica sociabilizar más, estar más tiempo con otras personas y nos desacostumbramos a eso que quizás hace la vida un poco menos rica, pero quizás más tranquila o segura”.

Por último, Entenberg mencionó otro grupo de personas que se muestran reticentes a volver a la oficina, pero que él cree que podría generarles un impacto positivo. “Hay gente que se acomodó a estar más tiempo en casa, pero no necesariamente le hizo bien y quizás la vuelta a la presencialidad les pueda ayudar. Empezar a sociabilizar y estar en contacto con otros los puede ayudar, aunque tal vez coincida con personas que lo vean como algo negativo o que no quieren”.

¿Cómo manejar la ansiedad a volver a la presencialidad?

En el caso de aquellos que el nivel de ansiedad por el virus fue alto en el último año y medio, el especialista en salud mental aconsejó “que empiecen a salir y tengan algunas experiencias antes. Si no socializaste con nadie durante un año y medio y de repente tenés que pasar 9 horas con otras personas puede ser demasiado. Quizás a esas personas les convenga tener reuniones aunque sea en lugares abiertos con dos o tres personas, pasar un poco más de tiempo con gente como para empezar a acostumbrarse a la situación social”, recomendó.

SC

 

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