El día que los documentalistas de la BBC rompieron su regla más importante y salvaron a una decena de pingüinos

“Pase lo que pase, no se interviene”. Es la regla no escrita que siguen los documentalistas de cadenas como la BBC, que graban a animales salvajes alrededor del mundo sin interferir directamente en su entorno. El objetivo es claro: mostrar el comportamiento de los animales tal como ocurre en su hábitat natural.
La “no intervención” conlleva distintas prácticas. Los documentalistas no pueden mover elementos naturales (por ejemplo, plantas), tampoco alimentar a los animales ni darles objetos que llamen su atención. En definitiva, no pueden hacer nada que pueda alterar su comportamiento natural, por lo que la grabación también es especial. Normalmente usan teleobjetivos o drones para que las criaturas no perciban la presencia humana.
Parece fácil, pero esta conducta puede llegar a ser realmente difícil para los amantes de los animales, pues la regla de no interferir llega hasta el máximo nivel. Ni siquiera cuando un animal está herido, atrapado o a punto de morir los documentalistas deben intervenir, por duro que les pueda resultar.
Sin embargo, esta norma se puso a prueba en 2018, durante la grabación de la serie documental de la BBC Dynasties, narrada por David Attenborough y centrada en especies en peligro de extinción. El equipo de grabación decidió romper la regla de “no intervención” después de que un grupo de animales enfrentara una situación extrema.
Salvar a un grupo de pingüinos
Ocurrió en noviembre de 2018, cuando un grupo de documentalistas se trasladó hasta la Antártida para grabar a los pingüinos emperador. Una de las noches, se desató una enorme tormenta que provocó que las temperaturas cayeran a menos 50 grados Celsius. En un momento dado, el equipo se dio cuenta de que una colonia de pingüinos había quedado atrapada en un barranco por un repentino alud de nieve.
Los animales intentaban con todas sus fuerzas escalar el barranco para llegar al otro lado, pero las pendientes heladas eran muy empinadas y no podían conseguirlo. Los pingüinos estaban cada vez más débiles y cada intento ponía en peligro la vida especialmente de los polluelos más pequeños.
Fue en este momento en el que el equipo de la BBC tomó una decisión histórica: decidieron intervenir en el entorno para ayudar a este grupo de aves. Según explicó después el director del documental Will Lawson, la decisión estaba justificada porque no intervinieron directamente en el comportamiento animal, sino que eliminaron un obstáculo repentino causado por la tormenta.
El equipo de grabación se acercó a la formación de hielo donde los pingüinos estaban atrapados y cavaron una rampa poco profunda (una especie de escalera), la cual permitió que los animales pudieran subir la pendiente y pasar al otro lado. Así fue cómo salvaron la vida de una decena de pingüinos en medio de la Antártida.
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