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Un trabajo colectivo y en red: elDiarioAR en la Feria del Libro sobre los desafíos de editar y publicar

Se llevó a cabo un nuevo ciclo de elDiarioAR en la Feria del Libro.

Ana Breccia

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Sobre incursionar en la edición, la construcción de la relación con escritores, conflictos interpersonales, bloqueos frente a una página en blanco, tiempos y más. Esta vez, la mesa de elDiarioAR en la Feria del Libro conversó sobre los desafíos al escribir, editar y publicar en editoriales y medios de comunicación. El espacio tuvo lugar este sábado 14 de mayo a las 20.30.

En este segundo encuentro, que contó con la participación de la periodista Agustina Larrea como moderadora, Sonia Budassi, editora de la revista impresa trimestral de elDiarioAR, y gaita nihil, poeta y director de la editorial puntos suspensivos, los oradores coincidieron: el trabajo de edición es colectivo y en red. En el proceso, suceden cosas. Y las conversamos en la sala Domingo Faustino Sarmiento, donde tuvimos la fortuna de que nos acompañaran lectores, lectoras, colegas, amigos y amigas.

Entrar por la ventana

En edición, no sé si hay una carrera o camino posible más que el de entrar por la ventana...”, introduce Agustina Larrea. “¿Cómo entraron ustedes a este rol? Por un lado, la edición de medios y, por el otro, la edición literaria, de los proyectos editoriales”, cuestiona.

Nihil comparte que fue a través de Milena Caserola, una editorial independiente parte La Feria del Libro Independiente y Autónoma (FLIA) en Buenos Aires. “Le hice una consulta a Matías, el director, porque quería sacar otro libro. Me respondió 'armate una editorial'. Yo había estudiado diseño gráfico, había hecho la tapa de mi libro, más o menos esa parte la tenía”. Con algunos condimentos más, surgió puntos suspensivos, una editorial independiente y autogestiva, llevada adelante por los poetas y militantes trans nihil y Mateo Diosque. “Lo que tenía FLIA es que era un colectivo de mucha militancia y había mucho conflicto en lugares concretos donde caíamos con los libros a 'bancar la parada'. Es muy fuerte cuando cae la policía a desalojar y ve que estás con libros”, agrega.

Desde el comienzo y al día de hoy, su trabajo siempre fue en conjunto. “Siempre fue con amigues. 'Che, ¿cómo hago un libro'', 'bueno, traete la compu y nos sentamos a tomar mate y aprender indesign”. Luego decidió comenzar la carrera para entender el por qué de las cosas. “Aprendí sobre todo que es una disciplina de disciplinas; hay un montón de cosas detrás de la editorial. Está multidisciplinada de muchísimos aspectos y es difícil de encarar una sola forma de pensar la edición y esa forma para mi siempre es en red. Me metí por amigues y sigo por amigues”.

“Hay una idea un poco fantasiosa de la puerta grande”, responde Sonia Budassi y coincide con que se trata de un trabajo colectivo y con el concepto de “entrar por la ventana”. “Empecé a ser editora junto a tres compañeres que veíamos como difícil publicar cosas que leíamos y que estaban buenas”, recuerda la cofundadora y editora del sello de narrativa Editorial Tamarisco. “La editorial finalmente resultó ser un laboratorio de las grandes editoriales porque muchos apostaron por publicar con nosotros, que no teníamos plata. Yo hacia los libros artesanalmente”, recuerda Budassi. “Fue decir '¿Nos vamos a quejar o a tratar de hacer?'. Y así salió esta editorial”.

La construcción del vínculo con los escritores

“¿Cómo se construye el vínculo con los escritores? Cómo se contacta a la gente o se llega a decir 'voy a editar a editar a tal escritor'”, pregunta Larrea.

“Cada editorial tiene su forma de trabajar. Aprendí a creer y confiar en mi instinto y la experiencia que uno va construyendo y como uno se maneja mejor. Mucha gente que escribe ensayos, por ejemplo, no está escribiendo ensayos todo el tiempo y ese acompañamiento puede ser mucho más complicado porque la persona puede saber mucho sobre lo que hace, pero hay que saber llevarlo”, reflexiona nihil que refuerza la idea de la confianza entre autor-editor donde, no solo se pueda mantener una relación profesional, sino que también “nos veamos en otros lados; marchas, movidas donde falta Tehuel. Movidas donde mantener esa relación tenga que ser buena o mejor, no puede ser mala, no es una relación que tiene que darse a través de un libro. Si es una relación que no se puede sostener prefiero romper el acuerdo. Que no sea un problema saludarnos en un lugar por un libro”.

“Los editores son el límite, digamos...”, interviene Larrea.

“Sí, a nosotros también nos ponen límites. He tenido charlas y decir 'bueno dejamos el libro acá', antes del tiempo pautado; me he puesto a revisar porcentajes. Necesito que quede todo claro y se tiene que dar en confianza. Tenemos que consensuarlo. No hago contratos, hago acuerdos”, agrega nihil.

“He tenido mucha suerte y pesadillas”, dice Budassi sobre esta construcción en medios de comunicación. Sobre esta búsqueda, nombra cómo se dio la relación con autores de la revista impresa de elDiarioAR como Alejandro Cánepa, a través de su libro, y Macarena Romero, con quien compartió un espacio académico juntas. “Es también el feedback; las ganas de trabajar colectivamente el texto porque todavía hoy, en términos que pareciera que el ambiente social y las redes y demás conspiran a favor de lo colectivo, aún prevalece el mito del individualismo, del autor por encima, en la cresta de la ola, y no podes tocar una coma y ni siquiera conversar”.

“Claro, como esta idea instalada de que se escribe en soledad.... Es un lindo punto para tratar; el enamoramiento de eso que produjo. ¿Qué se hace?, ¿cómo se meten ahí?” , cuestiona Larrea.

“Bastantes te dicen 'yo escribí un libro' y respondo; 'vos escribiste o un poemario, o una novela o un ensayo; el libro lo hacemos juntos'. Todos los libros para mi son colectivos desde el imprentero, hasta el que corrige, quien lo lee, el que hace la tapa...”, aporta nihil.

La tarea de mantener, crear y/o destacar una voz

“La tarea de editores también es mantener, crear una voz o destacarla... ¿Cómo es esto?”, pregunta la periodista, autora del newsletter Mil Lianas.

“La prioridad es darte cuenta que tenés enfrente a alguien que escribe, que está poniendo su corazón, su cabeza, todo lo que viene aprendiendo y como editora hay que ser humilde, como también que se respete el propio aporte”, considera Sonia Budassi. “He sido muy afortunada en general, todo el mundo valora ese trabajo colectivo. Todo el mundo quiere ser leído y valora que lo analices, que prestes atención a la estructura, salir de esa cuestión individual y solitaria de escribir y tener un feedback”, dice Budassi que cree que todo gira en torno a “los modos”: “Conocí a autores y autoras que odian a sus editores pero porque son irrespetuosos. Me saco la capelina ante una persona que tiene la generosidad y confianza de dar un texto para que lea y opine”, cierra.

“Yo hago sugerencias y comentarios”, aporta nihil y destaca: “Siendo personas de la comunidad LGTB es importante que la persona pueda hablar como quiera”.

Bloqueos frente a una página en blanco

“Algo que suele suceder por parte de quienes escribimos son los bloqueos, el no poder avanzar y los editores son quienes alientan a aquellos que están en problemas. ¿Cómo transitan eso?”

“Está buenísimo ese intercambio previo donde decís 'bueno, avanzá, que después vamos viendo el foco'”, considera Budassi que, advierte, es “conservadora con el cuento de 'la hoja en blanco'”. “Sentate y empezá a escribir. Es como un entrenamiento. Un poco la escritura es leer, leer, leer, escribir, escribir, escribir… quizás en el quinto párrafo encontrás el inicio del texto”.

Para nihil esto depende del género. “Ensayo vos sabes lo que tenés que decir. Ahí el editor tiene que ordenar”. “También pienso en la romantización del arte que parece que nunca hay una profesionalización, es como solo 'cuando estoy inspirado'. El banquero no va a trabajar cuando está inspirado, va todos los días. Sentate y ni siquiera busques la inspiración”.

¿Cómo se hace para pensar temas nuevos?, consulta Agustina a Budassi.

“En elDiarioAR ya se tiene un eje puesto en lo cotidiano que, en mi opinión, es muy por encima de la norma del periodismo argentino. Y la revista como un lujo porque tenemos tiempo para pensar las cosas, discutir, hablar con cualquier autor, hablar con Silvina Heguy, y la verdad que es fácil en un punto tener todo ese territorio para explorar”, considera la editora y autora.

“En la ultima (revista) que fue Cambios tuvimos que pensar todas las listas de cosas que nos generaban la idea de cambios. Hay mucha libertad para explorar desde un lugar más desde el costado que trasciende la coyuntura”.

Sumarios y encontrar nuevas voces

“¿Cómo se busca la novedad y nuevas voces?”

“Me suelen invitar a lugares”, responde nihil sobre la forma en que conoce nuevas personas. Y recuerda que su conexión con la poeta travesti no binaria Killa Orbe, que sacó un nuevo poemario, fue en una clase para la Mocha, un Bachillerato Popular Trans, al que nihil fue invitado.

Por su parte, Budassi hizo una analogía con la película animada Kun Fu Panda donde el protagonista, un panda, espera a que su papá le revele un ingrediente secreto, que finalmente no existe.

“Al final, no hay un ingrediente secreto para la edición ni para la escritura. Siempre me parece que es buenísimo acercar propuestas. En mi primer libro de cuentos hice un send a un mail sin conocer a nadie. No importa el CV necesariamente sino la idea, la garra, las ganas y tratar de ser coherentes con eso”.

Tiempos y límites de entrega

“¿Cómo funcionan los tiempos? Cómo se da el diálogo para que la persona entienda que hay un límite”

“Bajo tortura textual”, dice Budassi entre risas. “Decís 'bueno, ¿cómo venís?'”. “Lo que se te quita de un lado, se te da del otro. Quiero trabajar tres versiones para que los autores y directores del medio conspiren en eso. Se copan con lograr el mejor texto posible”.

En el caso de los libros, “lo único que me suele correr es si es un texto muy del momento o el precio del papel que sube. Empezamos a hacer enroques. Que sea un proceso lo mas lindo posible porque también es mucha exposición hablar de lo que nos pasa; un libro es una exposición”, cierra Gaita.

El ciclo de charlas de elDiarioAR se inició el domingo 8 de mayo con una conversación entre el director Periodístico Martín Sivak con los periodistas del medio Martín Rodriguez y Emilia Delfino, así como con las columnistas Tamara Tenenbaum y Alexandra Kohan. Si te la perdiste acá podés leer la nota del encuentro.

Un adelanto de la nueva edición impresa de elDiarioAR

AB

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