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La obra de Quino, vigente

Mafalda salió a la venta traducida al inglés y se consigue en las librerías de Manhattan por US$18

Mafalda, de Quino, traducida al inglés y en librería de Estados Unidos.

elDiarioAR

12 de junio de 2025 10:48 h

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Mafalda, la historieta creada por el genial Quino, una de las más populares en el mundo hispano y que ya cumplió 60 años, salió a la venta en lengua inglesa en un mundo que cambió mucho desde la época en que 'vivió' aquella niña contestataria que odiaba las injusticias tanto como la sopa.

En la mañana del martes, las cajas con el primer tomo de Mafalda apenas llegaban a las librerías de Manhattan y ocupaban su lugar en los exhibidores, según pudo comprobar EFE. Salen al mercado al precio de 18 dólares, una cantidad accesible en un mercado donde los libros rara vez bajan de los 25 dólares. De momento solo está disponible ese primer tomo, y vienen cuatro más en camino.

La traducción del lenguaje porteño de la genial historieta de Quino fue obra de Frank Wynne (traductor de Almudena Grandes y de buen número de autores franceses). Wynne sabe de qué habla, o traduce, porque vivió dos años en Buenos Aires, donde se empapó del habla capitalina que trató de verter al inglés, aunque confiesa que hubo algunas bromas “imposibles”.

En conversación telefónica con EFE, Wynne no duda en poner a Mafalda al nivel de dos obras míticas del género: “Peanuts” (Snoopy en español) y “Calvin y Hobbes”. Todas tienen en común que son “libros para adultos”, aunque revistan la apariencia de literatura infantil y la editorial Elsewhere que publica 'Mafalda' en inglés esté especializada en cómic infantil.

“Es una sátira de la sociedad que sigue funcionando hoy”, dice Wynne, y aporta el siguiente ejemplo: “Tal vez no hay una guerra en Vietnam pero sí hay una en Gaza y otra en Ucrania”, en las que el lector puede reconocer las preocupaciones que obsesionaban a Mafalda.

Una niña que habla con el globo terráqueo

Las conversaciones de Mafalda con un maltrecho globo terráqueo siguen siendo muy actuales, igual que las viñetas donde sueña ser intérprete en Naciones Unidas y transformar los ataques entre países en educados elogios.

“Mafalda es muy política, con pé minúscula -reflexiona Wynne-, habla de Vietnam, del capitalismo y del comunismo”, y tal vez esa es la razón de que alguna edición pasada en inglés fracasara en un Estados Unidos aún preso de los prejuicios de la Guerra Fría en los años en que se publicó en Argentina, entre 1964 y 1973.

Pero Mafalda es también, o sobre todo, una niña de 6 años con reflexiones ingenuas, amiga de sus amigos, aun cuando sean tan diferentes como la superficial Susanita, el soñador Felipe o el 'rústico' Manolito, hijo del propietario de un bodegón más reconocible para un latino que para un norteamericano.

Son personajes que pasaron a ser arquetípicos, subraya Wynne, y recuerda que en el Buenos Aires que él conoció era común escuchar “No seas tan Susanita” (tan chismosa, tan clasista).

“Muchas de las bromas son comunes, todo el mundo puede comprenderlas. Es una niña que trata de entender el mundo de los adultos haciendo sin cesar preguntas, y sus padres no siempre tienen respuestas porque son muy complicadas”, dice Wynne, resaltando esa cualidad infantil tan reconocible en cualquier país, en cualquier tiempo.

De hecho, el traductor (de origen irlandés) dice que descubrió a Mafalda cuando vivió en París en los años 80 y se sorprendió que allí fuera todo un fenómeno literario, lo que demuestra que había salvado océanos de distancia y de diferencias culturales. Descubrió, además, que podía reconocerse en esa niña 'tan argentina' y a la vez tan universal.

Debemos estar en un momento de 'revival' de Mafalda, porque recientemente Netflix anunció que planea una serie de animación dirigida por Juan José Campanella, quien es casi garantía de éxito (Oscar en 2010 por 'El secreto de sus ojos'). Aunque la plataforma no dio fechas, se espera su estreno el año próximo.

Cuando una Mafalda con la cara llena de chocolate decía que era una obligación “dar un golpe de estado a los bombones”, todos entendían de qué hablaba en una Latinoamérica enferma de militarismo. En el Estados Unidos de 2025, quizá también entiendan el guiño de una niña que ya cumplió sesenta años.

Por Javier Otazu, para la agencia EFE.

IG

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