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Fideo, el gran ignorado que le devolvió la alegría al fútbol argentino

Di María tuvo su revancha y se consagró con la Selección Argentina

Federico Kotlar

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Si alguien tenía dudas de que está hecho para las grandes ocasiones, él se encargó de despejarlas en la noche eterna del Maracaná. Con la clase intacta, Ángel Di María definió por encima del arquero rival para que Argentina se abrazara a la gloria. En este 2021, nada menos que contra Brasil de visitante para que la Selección consiguiera su primer título en mayores después de 28 años. Antes, en el lejano 2008, había hecho lo mismo ante Nigeria en Beijing para alcanzar el oro olímpico. Solo unos pocos elegidos aparecen en este tipo de partidos y él es uno de ellos.

Le tocó al Fideo ser mirado con desconfianza desde que comenzó su carrera en la Selección. “A Di María me lo resistían”, recordaba en 2009 Diego Maradona, por entonces DT de Argentina, cuando parecía que el jugador del Benfica de Portugal ya había hecho pie definitivamente. Pero se equivocaba aquella vez el Diez: por algún motivo Di María, que desde 2010 jugó siempre en equipos del mejor nivel mundial (Real Madrid, Manchester United y actualmente en Paris Saint-Germain) estuvo condenado de manera permanente a ser pieza de recambio de los técnicos y un cuestionado por los hinchas argentinos.

Hubo quienes lo acusaron de borrarse en las difíciles. Nada más lejos de la realidad. En sus apariciones mundialistas consiguió dos goles en diferentes copas del mundo en los partidos de playoffs, donde un error se puede pagar con la eliminación. Los dos gritos, de altísima importancia: el que llegó al final del tiempo suplementario contra Suiza en Brasil 2014 y selló el 1-0 y la clasificación a cuartos de final; y el zapatazo al ángulo ante Francia que posibilitó el empate parcial en Rusia 2018, aunque después el equipo no pudo aguantar el resultado. Aunque las comparaciones son odiosas, vale recordar que por ejemplo Messi nunca pudo convertir en Mundiales en esas instancias, las que los españoles llaman de “mata-mata”.

También se le achacó en algún momento su propensión a lesionarse, como si se tratara de algo que dependía de su voluntad. En 2014, las presiones del Real Madrid, su equipo de ese momento, le impidieron estar presente en el partido decisivo ante Alemania, pese a su voluntad. Este 10 de julio ese fantasma sobrevoló el Maracaná cuando el tobillo casi lo traiciona en el primer tiempo ante Brasil, pero dejó todo en la cancha para poder llegar casi hasta el final del partido.

En 2020, pese a su gran nivel en Paris Saint-Germain, Lionel Scaloni había optado por dejarlo fuera de la Selección. Su bronca fue el fiel reflejo de hasta qué punto quiere a la Albiceleste. “No tengo palabras. Para mí, la selección es lo único, lo máximo. Para eso me rompo el orto en el club. Es difícil no ser convocado con el momento futbolístico que estoy pasando”, protestó el Fideo.

Con sus actuaciones en su club, volvió a ganarse la confianza del técnico. Atrás quedó cualquier posibilidad de rencor entre los dos. Los argentinos, agradecidos: sería una picardía privarse de uno de esos jugadores elegidos para hacer esos goles que quedan en la historia, y que veremos repetidos durante años.

FK/MGF

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