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La batalla por la tierra en Villa La Angostura: mapuches, Ginóbili, un hotel, entre fake news y fallos judiciales

Protesta de los mapuches de Villa La Angostura, el pasado 10 de abril.

Alejandro Rebossio

Villa La Angostura —

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“Esto ocurre ahora. Grupos insurgentes invadieron el Hotel La Posada de Villa la Angostura, desafiando el fallo firme a favor del hotel por parte de la justicia, en desafío a la jueza y a las medidas dictadas por DNU nacional. Intervenga urgente el Estado provincial y nacional”, tuiteó Waldo Wolff, diputado del PRO, este 10 de abril. En el tweet había dos fotos, una de la manifestación que ese día hicieron los mapuches de la comunidad Paincil Antriao al lado del cartel del alojamiento y otra de una fogata frente a una casa naranja con algunas paredes de madera precaria. 

elDiarioAR estaba justo allí aquel día haciendo una nota sobre los diversos conflictos por tierras que los Paincil Antriao tienen con inversores en Villa La Angostura, incluido Manu Ginóbili. No hubo invasión ni fogata en el hotel, pero sí hay fallo judicial ratificado en las tres instancias de la justicia neuquina y un recurso de queja ante la Corte Suprema de la Nación. Aquel día, los mapuches salieron de sus tierras vecinas en Puerto Elma, sobre el lago Nahuel Huapi, y protestaron en la puerta de hotel, sobre la mítica ruta 40. La fogata no ocurrió allí sino en la casa naranja que la comunidad construyó hace 20 años, según una pericia judicial que consta en el fallo. Esa vivienda, o ruca, como le llaman en su lengua, se encuentra en el terreno de media hectárea que está en disputa, justo en medio de Puerto Elma, que pertenece a una familia de la comunidad, y el Hotel La Posada, propiedad de la agencia de turismo Tije Travel. Una tupida verja de árboles altos, frondosos y añosos separan el predio judicializado del alojamiento.

Al tweet de Wolff respondió otro del dueño de Tije, Sebastián Falus: “¡Urgente ayuda! Hay gente en el hotel”. Al día siguiente, elDiarioAR entrevistó a su abogado, Héctor Venica, en la puerta de hotel. Estaba todo cerrado y sin rastro alguno de actividad. El letrado, sin embargo, ratificó que había huéspedes el día de la protesta. Este cronista consultó después en la oficina de turismo de Villa La Angostura si había disponibilidad en el Hotel La Posada y la respuesta de una empleada fue que el establecimiento nunca había reabierto tras la pandemia. Cuando elDiarioAR volvió a consultar al abogado por los huéspedes, la respuesta fue: “No te quedes con lo anecdótico”.

Salgamos entonces de la anécdota. “Ha habido un fallo de primera instancia, también de cámara y del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Neuquén. Ese fallo lo que determinó es que la comunidad Paicil Antriao no tiene ni una posesión ancestral ni tradicional sobre esta tierra”, recordó Venica, que acusa a los mapuches de inventarse “un relato, una fábula”. La sentencia de primera instancia data de 2019. El abogado del hotel sostiene que se encuentra firme porque fue denegada una apelación ante la Corte y considera que el recurso de queja presentado con posterioridad no modifica esa condición.

El fallo de hace dos años recuerda que en 1902, tras la Campaña del Desierto (1878-1885), el entonces presidente Julio Argentino Roca le otorgó a las familias Paincil y Antriao 625 hectáreas por colaborar en la demarcación del límite con Chile. Esas tierras ocupaban todo lo que desde 1932 constituiría Villa La Angostura. La mayoría de ellas se fue vendiendo. En cuanto a la media hectárea en disputa entre la comunidad y el hotel, la sentencia establece que desde 1951 en adelante “se encuentra en manos de sucesivos adquirentes”. En 1978, en plena dictadura, un agrimensor llamado Roberto Dotras y otras dos personas, Adolfo Lanús y Máximo Ayerza -de la familia dueña del Banco Galicia-, se quedaron con el terreno, pero en 1984, al regresar la democracia, fue ocupado otra vez por los mapuches, según consta en el fallo. En 1988, tres integrantes de la comunidad, entre ellos Elma Quiroga, firmaron su devolución. Ella lo reconoció ante elDiarioAR, pero sostuvo que lo hizo por consejo de su madre, que le advirtió que no les quedaba opción. También recordó que ya desde tiempos de su abuela los quieren retirar de allí: “Ella reclamaba siempre sus tierras porque siempre nos estaban queriendo desalojar. Y nos daban día y hora para el desalojo. Siempre resistimos nosotros. Nos dice el pueblo a nosotros que somos violentos, pero nosotros no somos violentos”. Pese a que Quiroga firmó la entrega del lote, la comunidad permaneció allí, según la sentencia. 

En 1995, Dotras construyó el Hotel La Posada, que fue pasando de manos hasta que en 2006 fue adquirido por Tije, cuyo dueño, Falus, residente en España, también posee la empresa de asistencia al viajero Assist-Med. El 29 de marzo, una jueza subrogante de Junín de los Andes, Andrea Di Prinzio, ordenó que en diez días se diera cumplimiento al fallo de 2019. Al cumplirse ese plazo, los mapuches organizaron la manifestación en la puerta del hotel. Dos días después, otro juez subrogante, Luciano Zani, ratificó la orden. El abogado de la comunidad, Luis Virgilio Sánchez, la apeló y sostuvo que, antes de restituir el lote, debe resolverse el recurso de queja ante la Corte, la misma que hace pocos días falló a favor de los mapuches de Villa Pehuenia (Neuquén) en un caso sobre la creación sin consulta previa de ese municipio. Sánchez admitió que es en el máximo tribunal federal donde tiene la oportunidad de revertir fallos de las justicias provinciales adversos a las comunidades indígenas.

Otro caso emblemático de las disputas de tierras de los mapuches de Villa La Angostura tiene como protagonista a Ginóbili, que en 2004 compró 12 hectáreas en el cerro Belvedere a los hijos del que fuera intendente del pueblo en la dictadura, José Salamida. Este a su vez se las había comprado a un mapuche analfabeto en pleno régimen militar. Apenas las adquirió, el basquetbolista que por aquel año ganaba la medalla de oro olímpica, denunciaba a los Paincil Antriao por usurpación. “Es un territorio que siempre usó la comunidad, no para vivir, sino para tener animales, buscar leña. Esto estaba en posesión de la comunidad cuando entre comillas lo compra Manu Ginóbili”, recordó el werken (vocero) de la comunidad, Lorenzo Lonkon. Después de idas y venidas, los mapuches volvieron a ocupar el terreno en 2018, cuando un inversor vecino comenzó a talar bosques en un bosque protegido por la ley, según Lonkon.

El caso de Ginóbili y otros compradores de tierras en el Belvedere se encuentran ahora bajo mediación del fiscal general de Neuquén, José Gerez. Por eso, el abogado del ex basquetbolista, Jorge Mena, prefiere guardar silencio. Gerez, a su vez, explicó a elDiarioAR que él busca resolver la causa originaria de los conflictos, ya sean indígenas, sociales o laborales (como los actuales cortes de ruta del personal de salud que pusieron en jaque la producción de Vaca Muerta), y se jactó de haber solucionado varios tras largos procesos de negociación en los que las partes cedieron respecto de sus pretensiones iniciales. Citó el ejemplo de la comunidad mapuche de Tratayén. Y ahora confía en que suceda lo mismo con el caso de Ginóbili y otros inversores: “Estamos cerca de, en una cuestión de meses, la posibilidad de resolver estructuralmente este conflicto donde las partes hacen una cesión recíproca de intereses”.

Pero otros litigantes contra las mapuches por tierras del Belvedere se han retirado de la mediación de Gerez. Es el caso del inversor Atilio Converti, residente en Pinamar. “Es casi media hectárea que está usurpada desde mediados de 2018”, explicó su abogado, Cristian Pettorosso. “Hay un pedido de elevación a juicio previa formulación de cargos de seis personas imputadas, y no ha tenido respuesta la víctima”, se refirió Pettorosso a su cliente. 

En cambio, el abogado de la comunidad alegó que todos estos casos del Hotel La Posada, Ginóbili y Converti son tierras que hace 45 o 70 años fueron vendidas por los mapuches de Villa La Angostura “a precio vil, en escrituras que son transaccciones nulas porque hubo lesiones subjetivas, porque se aprovecharon del estado de vulnerabilidad para obtener una ventaja patrimonial”. Además adujo que las tierras comunitarias indígenas son intransferibles según la Constitución de 1994. Venica, el abogado del hotel, respondió que el fallo de 2019 ratificado por el Superior Tribunal de Justicia de Neuquén indica que no se trata de tierras ancestrales porque historiadores señalan que los Paincil y Antriao llegaron de San Pablo (Chile) en 1898 y 1890, respectivamente.

Hay más causas de la comunidad Paincil Antriao, como las que la enfrentan a la municipalidad de Villa La Angostura. Una es por la paralizada construcción de una avenida de circunvalación para que los camiones provenientes de Chile dejen de circular por el centro y que demandaría la deforestación de terrenos reivindicados por las mapuches. Otra es por el camping del lago Correntoso, donde los Paincil Antriao consiguieron este 9 de abril un fallo de cámara a favor de permanecer allí hasta que se cumpla la ley nacional de relevamiento territorial de 2006. 

Y así entre litigios transcurren los días en este exclusivo destino turístico de la Patagonia, aquel que elegía Mauricio Macri para vacacionar durante su gobierno. El mismo donde algunos años descansó la reina Máxima de Holanda y su familia, mucho antes de que en la pandemia se les desataran escándalos por veranear en Grecia. 

AR

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