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Investigación

La constructora del presidente del Real Madrid y otra que hizo negocios con Moyano, entre las que ganaron las mayores obras del gobierno de Alberto Fernández

Eva SA, de construir la cancha de Independiente a ganar algunas de las mejores licitaciones del actual gobierno.

Alejandro Rebossio

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Las obras públicas se comenzaron a paralizar en 2018 por la crisis que estalló en el gobierno de Mauricio Macri y se frenaron por motivos sanitarios en la pandemia. Ahora la administración de Alberto Fernández prevé duplicar este año lo invertido en 2019, ha vuelto a poner en marcha muchos proyectos paralizados y ha licitado algunos nuevos.

elDiarioAR revisó una por una todas las licitaciones de obras viales, de ingeniería y de arquitectura recopiladas por la base de datos obrapublica.com en un año y tres meses de gobierno del Frente de Todos, y elaboramos un ranking de las constructoras que ganaron los contratos más jugosos. En ese periodo se adjudicaron obras por $ 20.000 millones a casi 200 empresas.

Entre las diez compañías con los negocios más millonarios figuran pocas de las más tradicionales. No están Techint, Roggio, Cartellone, Panedile o Supercemento. De ese selecto club sólo aparece Dycasa, de la constructora española Dragados, que a su vez integra el grupo ACS, que encabeza el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Completan el top ten Riva, Eva SA (comercialmente conocida como Evasa), la entrerriana Lemiro Pablo Pietroboni, Centro Construcciones, Luis Carlos Zonis, Bricons, Ecosur Bahía, Insa y Masoero. Varias de ellas apenas son conocidas por el gran público.

Dycasa acaba de ganar la licitación por $ 4.111 millones del ministro de Transporte, Mario Meoni, para construir un viaducto ferroviario del Belgrano Sur desde la calle Taborda, en Barracas, hasta la estación Constitución. También obtuvo otro contrato de 1.135 millones de la Dirección Nacional de Vialidad, que depende del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, para vincular la ruta 12 con la circunvalación de Paraná. Dycasa es una de las 86 empresas acusadas por el financista Ernesto Clarens de haber pagado coimas en la causa de los cuadernos K, pendiente de la concreción del juicio oral. Su controlante, ACS, cuenta además con Autopistas del Sol (Ausol) y Grupo Concesionario del Oeste (GCO), que tienen a su cargo el mantenimiento y los peajes de los accesos Norte y Oeste. La renovación de ambas concesiones en el gobierno de Macri es objeto de una causa judicial y de una revisión técnica por parte del de Fernández.

Detrás de la firma española aparece Riva, que preside Santiago Riva, jefe de la delegación porteña de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco). Riva ha hecho obras a ambos lados de la grieta, desde el Centro Cultural Kirchner y el proyecto nunca realizado de una torre en la isla Demarchi hasta la remodelación del teatro Colón y el Metrobús de la 9 de Julio. Ahora ganó un contrato de 1.078 millones para el mantenimiento de la central nuclear Atucha y la excavación y la ejecución de una estructura de hormigón en la sucursal del Banco Nación en Balvanera. 

Completa el podio Eva SA, la empresa que dirigen los hermanos Andrea y Eduardo Franchi que había sido contratada en 2015 por el presidente de Independiente, Hugo Moyano, para la finalización de la construcción del estadio del Rojo. Aquel año los Franchi aportaron a la campaña de Mauricio Macri, entonces aliado de Moyano. Ahora el camionero tiene otro socio político, Fernández. Y Eva SA, que se dedica a un negocio conocido por Moyano, el del tratamiento de residuos, se ha quedado con dos recientes licitaciones del ministro de Ambiente, Juan Cabandié: la del diseño, la construcción y la operación del basurero de Formosa, un contrato de $ 521 millones y US$ 780.000; y otra obra similar en Concordia por $ 579 millones. 

Eva SA ganó la obra entrerriana en unión transitoria de empresas (UTE) con Pietroboni, una de las compañías que más licitaciones había ganado en el gobierno de Macri. Su antiguo dueño, Víctor Pietroboni, había muerto de cáncer en 2016 semanas después de haber confesado que José López, el ex secretario de Obras Públicas K preso desde que fue descubierto con bolsos de dinero en un convento, lo había presionado para que no participara en licitaciones que debía ganar Lázaro Báez. La empresa Pietroboni también figura en la lista de Clarens. Los herederos de Víctor Pietroboni son su esposa, Adriana Saldarelli, y sus hijos Victoria, Joaquín, Ornella y Bruno. 

Entre las constructoras más ganadoras de la actualidad figura Centro Construcciones, con cinco contratos por $ 589 millones. Eso incluye el mantenimiento de corredores viales y la remodelación de los techos de los andenes de Constitución. Su propietario, Diego Buracco, es vicepresidente segundo de Camarco. A Buracco le gusta el ajedrez y lo jugaba con frecuencia con Daniel Scioli, cuando gobernaba la provincia de Buenos Aires. En una sus tantas denuncias judiciales, Elisa Carrió acusó a Buracco de pagar una estadía en una estancia de Tandil al entonces gobernador, mientras ganaba obras en ese distrito.

Después de Centro aparece la UTE de Zonis y Bricons. Zonis, propiedad de Luis Zonis, está involucrada en la causa por la que desde este lunes será juzgado el ex secretario de Transporte K Ricardo Jaime. La constructora recibió supuestamente fondos para obras ferroviarias que nunca concretó. Zonis después consiguió proyectos en el subte porteño y ahora diseñará y construirá el Ecopaque de Quilmes, un contrato de $ 456 millones y US$ 1,48 millones que otorgó Cabandié. Su socia Bricons, de Mario Raspagliesi, tiene una larga trayectoria como ganadora de licitaciones porteñas y como aportante de campañas y fundaciones del PRO.  

Ecosur Bahía, la firma bahiense de Diego Moguiliansky, consiguió un contrato de $ 557 milones para construir cloacas en Jáchal, San Juan, a cargo del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), dependiente de Katopodis. La platense Insa, de Daniel Robert, logró una obra de 344 millones para los techos de la estación ferroviaria de La Plata, a cargo de Meoni; y otras por 133 millones para AySA, la compañía estatal que preside Malena Galmarini. El top ten se completa con la cordobesa Masoero, de la familia homónima, que había participado de obras con su coterránea Electroingeniería en Atucha durante el kirchnerismo. Ahora volverá a trabajar en las paradas técnicas de la central nuclear por 490 millones. El proyecto está bajo la órbita de la firma pública Nucleoeléctrica, que está bajo la órbita del ministro de Economía y responsable de la energía, Martín Guzmán.

Del puesto 11º al 20º en el ranking de las constructoras con las principales obras del gobierno de Fernández aparecen la norteamericana Emerson, la rionegrina Roque Mocciola; Solana SRL, una empresa marplatense de la familia Miceli González que en la era de Florencio Randazzo como ministro del Interior y Transporte instaló unos durmientes ferroviarios defectuosos; la platense Pose, de Gustavo Etchanchu y David Serna, que había ganado buenos contratos con Macri; Tecma, que preside Alfredo Soriano y se había quedado con varias obras durante el kirchnerismo; Geodril, de la famillia Soldani; la entrerriana José Eleuterio Pitón, de José Luis y Daniel Pitón, ambos procesados por la causa de los cuadernos; Concret-Nor, que preside Sebastián Galluzzo y también figura en la lista de Clarens; Ilubaires, de la familia Weiss, incluido el ex presidente de Camarco Gustavo Weiss, y procesado por ese mismo megacaso; e Inarteco, que conduce Roberto Bunge.

El presidente Alberto Fernández quiere que la obra pública sea uno de los motores de la recuperación económica en 2021. Y en agosto pasado lanzó un Observatorio de la Obra Pública para evitar que vuelva a quedar manchada por la corrupción. El nuevo organismo, en el que están presentes organizaciones como Poder Ciudadano, Cippec y World Compliance Association y universidades públicas y privadas como la Austral, presentó sus recomendaciones en diciembre. La concreción de las obras públicas y su transparencia suponen dos desafíos históricamente inalcanzados.

AR 

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