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Las empresas de EE UU piden un fuerte ajuste, pero su embajador se define optimista por el futuro de los negocios

Argüello, Gómez Minujin, Stanley y Federico Elewaut, gerente general de Citibank Argentina.

Alejandro Rebossio

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Se cumplen este año 200 años de relaciones bilaterales entre la Argentina y Estados Unidos, en tiempos de una coyuntura local crítica, pero en la que el mundo mira al país una vez más por sus recursos naturales. Es un época también en la que la Cámara de Comercio de Estados Unidos (Amcham, según sus siglas en inglés) en la Argentina busca ganar mayor protagonismo con su agenda de demandas. Este martes, en su cumbre anual en el hotel Alvear Icon, en Puerto Madero, su presidente y jefe local del banco JP Morgan, Facundo Gómez Minujin, hijo del prestigioso tributarista Juan Carlos Gómez Sabaini y la artista Marta Minujin, se enfocó en el presente complicado y reclamó un fuerte ajuste, mientras que el embajador norteamericano, el demócrata Marc Stanley, prefirió enfocarse en las oportunidades de negocios y se confesó “bullish”, como suele expresarse el optimismo en la bolsa. Su par argentino en Washington, Jorge Argüello, rescató el mensaje que llevó Stanley a su país al reclamar que en forma implícita que imite a China y ofrezca también financiamiento para mejorar la infraestructura.

Gómez Minujin celebró que este año también se cumplen “40 años de democracia”, pero advirtió que siguen “problemas estructurales” como el 39% de pobreza, la “altísima inflación” y el “grave deterioro” de la calidad educativa. “La Argentina” lleva “en constante declive 70 años capaz”, reiteró la diatriba que sitúa el inicio de la “decadencia” en el peronismo. “Lamentablemente viviremos este año una recesión con inflación. Hay una sequía sin precedentes, falta de divisas para importaciones”, admitió el presidente de Amcham, pero advirtió que el “cepo” es un “recurso que demostró no tener éxito”. Señaló que “el país está al borde de una nueva crisis”.

“Es imposible planear a largo plazo sin visibilidad en el corto”, descartó el líder de JP Morgan nuevos negocios en este contexto, pese a que algunas empresas de su país, Europa, China y otras naciones desarrolladas ya hacen sus apuestas. “Creemos que estamos ante un año bisagra, elegiremos los representantes con herramientas idóneas para resolver nuestros problemas. El sector privado debe asumir su riesgo, nuestro rol es protagónico. En la última década no hubo crecimiento del empleo privado ni de las exportaciones”, describió antes de declamar su receta.

“Una vez que se elimine el déficit fiscal, haya independencia del Banco Central, se baje el excesivo gasto público, que subió del 20% hasta la crisis de 2001 al 40% del PBI, el país comenzará a crecer”, llamó Gómez Minujin al ajuste. “Solo con una reorganización del país, saldremos de la decadencia”, recomendó y apuntó contra “empresarios prebendarios” y “economías cerradas”.

Stanley, en cambio, optó por un discurso más diplomático. Pese al rol de Estados Unidos en el golpe militar de 1976, celebró que en 200 años de relación bilateral hubiese “compromiso con la democracia y los derechos humanos”. Después pasó a hablar de las oportunidades de negocios actuales. “Buscamos profundizar la colaboración en atención medica, colaboración espacial, la aplicación de la ley y la defensa, la educación, la lucha contra cambio climática. Acabo de volver de una semana increíble en Washington DC, lideré una delegación de 20 empresas argentinas que buscan expandir negocios en el mundo. Estados Unidos es un mercado maduro, abierto a productos y servicios de la Argentina. Debo reconocer que la Argentina y el mundo están enfrentando un momento difícil. La Argentina enfrenta desafíos económicos y el mundo, la falta de alimentos y combustibles por la invasión rusa de Ucrania. La Argentina puede colaborar enviando alimentos y combustibles al mundo, y fortalecer su economía al mismo tiempo. A pesar de los desafíos que enfrenta la Argentina, soy optimista porque tiene minerales, alimentos, gas y recursos humanos”, que mostró cómo aprendió rápido el castellano y se divirtió pronunciando “pollo” al estilo argentino.

Después habló Argüello: “Suelen manifestarme preocupación por el desembarco de China”, arrancó. “La verdad es que el principal vinculo bilateral del planeta es que el definen Washington y Beijing. China es el segundo socio comercial de la Argentina y Estados Unidos, nuestro principal inversor. Pero un socio comercial puede convertirse en inversor. El inversor chino está orientado a construir capacidades locales para exportar a China. ¿Cuál sería lógica de cerrarnos a inversiones que promueven exportaciones? Se trata de multiplicar vínculos, no reemplazarlos. La semana pasada en Washington, Stanley dijo necesitan mejores herramientas para comerciar con América Latina”, destacó el embajador argentino.

Argüello recordó que el Congreso norteamericano aprobó en 2022 el Inflation Reduction Act (IRA, la ley de reducción de la inflación) que apunta a bajar costos con subsidios, incluidas subvenciones a las autos eléctricos que usen baterías con componentes locales o de países que tienen tratados de libre comercio (TLC) con Estados Unidos. El embajador advirtió que, como la Argentina no tiene TLC con la superpotencia, podría perder el actual lugar de privilegio de ser su principal proveedor de litio. “Por esa ley es probable que la Argentina deje de tener ese papel exportador”, alertó, aunque admitió que está “trabajando con Marc para encontrar una solución”. Luego Stanley tomó la palabra y prometió que “la Argentina va a seguir siendo un exportador líder de litio a Estados Unidos”. “La Argentina va a ser una economía top en los próximos años. Estoy bullish (optimista) con la Argentina, va ser difícil este año y el próximo, pero no los próximos 200 años”, finalizó Stanley. 

AR/MG

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