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Los precios de los alimentos se disparan en los pequeños comercios del conurbano

El rubro de productos de almacén tuvo un incremento de 7,84%

Delfina Torres Cabreros

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La semana pasada se conocieron los últimos datos oficiales de pobreza, que indican que el 42% de la población argentina no tiene los ingresos necesarios para comprar la canasta básica. En este escenario, y frente al objetivo anunciado de recomponer el poder adquisitivo de las familias, el Gobierno sabe que logar domar la inflación será central, sobre todo en lo que respecta a alimentos. Sin embargo, las herramientas que implementa muestran sus límites, especialmente para alcanzar a los sectores más vulnerables. 

Según el relevamiento mensual que realiza el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) en los comercios de cercanía de 20 distritos del conurbano bonaerense, los precios de los alimentos de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) subieron 5,18% en marzo. El rubro de productos de almacén tuvo un incremento de 7,84% a pesar del programa Precios Máximos, que apunta a mantenerlos contenidos, y la carne aumentó 6,94% aún cuando rige un acuerdo con frigoríficos para ofrecer diez cortes a precios populares en algunas cadenas de supermercados. 

“Los Precios Cuidados y los Precios Máximos nunca estuvieron en los negocios de barrio”, dijo a elDiarioAR Isaac Rudnik, que dirige el instituto que desde hace diez años realiza el Índice Barrial de Precios (IBP), al que el Ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, suele referirse como “nuestro índice barrial” aunque se realiza fuera de su cartera. “Justo en almacén y carnicería, donde los controles del Gobierno se proponen ser más firmes, es donde se verifica que esos controles son muy deficientes en determinados niveles de la cadena”, agregó. 

Como un ejemplo, en el primer trimestre de este año algunos productos que están alcanzados por el programa Precios Máximos aumentaron muy por encima del promedio. En el rubro de almacén se destacan el queso cuartirolo, (+21,64%), el aceite mezcla (+21,74), el pan (+20%), y la yerba (13,33%).

Según precisa Rudnik, uno de los fundadores del partido Libres del Sur, estos programas no suelen permear en los comercios de cercanía ni en los mayoristas, donde se abastecen esos comercios. Si bien a principios de marzo el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, lanzó el programa Comprá más cerca para, justamente, instalar una canasta de referencia en estos dos segmentos, esto todavía no se tradujo en los números. De hecho, según los últimos registros oficiales, la inflación mayorista fue de 6,1% en febrero y acumuló 12% en dos meses.

Del mismo modo, el acuerdo para ofrecer 10 cortes de carne a precios populares corre solo para los grandes supermercados, aproximadamente un 30% de la cadena minorista. “Esos precios después en la carnicería de barrio no existen y de hecho entre los cortes de carne que más subieron están aquellos a los que el Gobierno les puso un tope”. La nalga para milanesa aumentó 26,92% en el primer trimestre de 2021; el asado, 20%; la carne picada, 18,92%; la carnaza, 18,81% y la paleta, 19,56%.

Por otro lado, para Rudnik los programas tienen el problema de ser acuerdos con límites no muy claros, que los empresarios pueden incumplir sin afrontar mayores consecuencias, más allá de que en las últimas semanas la Secretaría de Comercio imputó a una serie de grandes empresas por supuestas irregularidades. 

Otro de los problemas que aparece en los sectores más humildes, vinculado al hecho de que el dinero de la tarjeta Alimentar no se puede extraer sino que debe ser utilizado directamente para la compra de alimentos, es que no hay postnet en muchos pequeños comercios. “En vez de que ese recurso pueda canalizarse en el barrio e indemnizar la economía de los sectores más complicados, termina en la cadena de supermercado”, apuntó Rudnik. 

De acuerdo al Índice Barrial de Precios, las frutas y verduras tuvieron una baja de 4% en marzo, empujadas por una abrupta caída del precio de la papa. Esta categoría, que queda por fuera de las grandes regulaciones del Estado por su alto grado de atomización, está muy ligada los vaivenes estacionales. De todos modos, aclaran en el Isepci, a lo largo de 2020 tuvieron un “aumento sostenido e importante” que se explica, sobre todo, por el aumento del costo del transporte. Por un lado, afectó el incremento de los combustibles y, por otro, las restricciones a la circulación, que complejizaron la logística y en algunos casos impidieron que los traslados pudieran hacerse con un producto a la ida y con otro a la vuelta. 

En la consultora Ecolatina estimaron para marzo una inflación de 3,9% y, por quinto mes consecutivo, una suba superior para la categoría de alimentos y bebidas, de 4,2%. Esta suba estaría traccionada por los incrementos en carne vacuna (8,5%) y determinados bienes de consumo masivo como quesos y aceites que —del mismo modo que señalaba el índice barrial— llegaron a crecer hasta 8%.

De acuerdo al informe de Ecolatina, el IPC que solo contempla bienes de consumo masivo trepó 2,2% en el mes pese a que no hubo autorización para nuevos incrementos en el programa de Precios Máximos. El texto detalla que en los meses del 2020 donde rigió plenamente el congelamiento del programa solo un 10% de los precios, en promedio, mostraron algún tipo de incremento. En cambio, el 30% de los precios muestran movimientos en el periodo enero-marzo 2021, lo que remite a la dinámica de los primeros meses de 2020, “cuando aún no existía el programa de Precios Máximos”.

Quedó atrás el pleno congelamiento que se veía en los primeros meses del programa Precios Máximos, en marzo de 2020

“Hay una mezcla de factores”, explicó Agostina Myronec, analista de Ecolatina, sobre los motivos. “Impacta que tanto en noviembre como en febrero se sacaron productos no esenciales del programa de Precios Máximos y se está viendo que esos productos sí están teniendo aumentos más marcados, un ejemplo es bebidas alcohólicas”, analizó Myronec, que además coincidió en que “en comercios de cercanía hay aumentos más marcado que en supermercados”.

Si bien considera que pueden existir “ciertas maniobras para evitar el programa” no cree que sea algo generalizado, dado que el índice de consumo masivo sigue dando muy por debajo de la inflación general (6,6% en el primer trimestre del 2020 contra 11,5% de inflación.). “De alguna manera este segmento sigue planchado, aunque sí quedó atrás el pleno congelamiento que se veía en los primeros meses del programa, donde el aumento de los productos de consumo masivo daba 0,1%, 0,3%”, añadió. 

Respecto de la carne, la analista consideró que todavía se está experimentando el traspaso del aumento de precios en el Mercado de Liniers, que tuvo un salto brusco en diciembre y enero pasado. 

DT

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