Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Análisis

Rusia podría lanzar un ataque contra la infraestructura global de Internet, como los cables submarinos, sin verse afectada por las consecuencias

Mapa de los cables submarinos del Atlántico Norte.

Carlos del Castillo

elDiario.es —

2

La atención internacional está centrada en la frontera entre Rusia y Ucrania. Los combates se han recrudecido en Donbás y Lugansk, los territorios que las milicias prorrusas han sublevado al control de Kiev, mientras las tropas del ejército ruso se acuartelan a pocos kilómetros del país. EEUU y la OTAN avisan de una “invasión inminente” y han reforzado su presencia en el este de Europa. Sin embargo, en caso de conflicto no solo el frente oriental del continente europeo quedaría en peligro. Uno de los puntos débiles de Europa está a muchos kilómetros de Ucrania, sumergido bajo las aguas del Océano Atlántico.

Los cables submarinos de telecomunicaciones son claves en la infraestructura de Internet, ya que por ellos circula el 98% del tráfico global de datos. La mayor autopista de información del mundo la forman el gran número de cables que unen EEUU con Europa, una conexión vital para el viejo continente por su dependencia tecnológica de las multinacionales digitales estadounidenses. Son miles de kilómetros de infraestructura crítica depositados en el fondo del océano y en los que un corte podría paralizar las actividades de decenas de miles de empresas. Rusia no lo ha pasado por alto.

Uno de los avisos que Rusia ha mandado a Europa en medio de la crisis de Ucrania ha girado en torno a los cables. Un grupo de navíos y submarinos ruso han llevado a cabo en febrero prácticas militares cerca de Irlanda, tan cerca que se estaban desarrollando justo al límite de sus aguas de explotación económica exclusiva. El gobierno irlandés exigió al embajador ruso en el país que alejaran sus fuerzas militares de este área, quien atendió la petición. Las alejaron. Los barcos y submarinos rusos trasladaron el área de sus maniobras. ¿El truco? Tanto la primera zona como la segunda zona oceánica elegida en las maniobras de la flota rusa estaban sobre los cables submarinos atlánticos que conectan Europa con EEUU.

La intención no es cortar los cables, sino enviar un mensaje de que pueden cortarlos cuando quieran

“La intención no es cortar los cables, sino enviar un mensaje de que pueden cortarlos cuando quieran. La audiencia de ese mensaje es la OTAN, no la República de Irlanda”, explicaron entonces fuentes militares irlandesas al Irish Times: “El anuncio del embajador ruso no ha cambiado eso”. No es la primera vez que se detecta un acercamiento ruso a los cables de la zona irlandesa. Según el Sunday Times, en 2020 agentes del GRU (la agencia de inteligencia rusa) fueron detectados investigando el puerto de Dublín, la capital irlandesa. Su objetivo era descubrir los puntos de anclaje de los cables, informó el citado medio citando fuentes de inteligencia de Irlanda.

¿Por qué Irlanda? El país es un eje fundamental de esa red de comunicaciones digitales del continente, puesto que concentra las sedes en Europa de un gran número de multinacionales tecnológicas estadounidenses, debido a su política tributaria beneficiosa para las compañías.

Cada país se encarga de protegerlos en sus aguas

Un corte o sabotaje en un cable submarino puede afectar de forma masiva a todo el continente, pero su protección corre por cuenta de cada país. La península ibérica es precisamente uno de los puntos de entrada de los cables en auge por la saturación de las rutas tradicionales, que pasan por las islas británicas y el norte de Francia. En España los cables se consideran una infraestructura crítica, lo que implica que su protección se comparte entre la empresa propietaria y las fuerzas de seguridad.

“Para España, país de condición marítima, es esencial mantener la seguridad en los espacios marítimos, así como asegurar el funcionamiento de las infraestructuras críticas situadas en el litoral y en el mar, como los puertos y tuberías submarinas y, especialmente, los cables submarinos, por los que circula la práctica totalidad del tráfico de datos”, refleja la Estrategia de Seguridad Nacional. “De su buen uso y estado depende, en gran medida, la economía”, destaca el texto, modernizado en 2021.

Vigilar la seguridad del cable es más sencillo en las área de soberanía nacional (mar territorial, zona económica exclusiva y plataforma continental). “Los cables submarinos se protegen de sabotajes físicos y lógicos desde la propia estación de amarre hasta su entrada al mar, tanto los ductos como el propio cable, que va blindado evitando cortes. A partir de las 200 millas náuticas ya suelen ser aguas internacionales y solo podemos verificar cortes o intentos de corte”, explican a elDiario.es fuentes del sector.

La mayor autopista de información del mundo la forman el gran número de cables que unen EEUU con Europa, una conexión vital para el viejo continente por su dependencia tecnológica de las multinacionales digitales estadounidenses.

Pero ¿qué ocurre con los miles de kilómetros de cable que discurren fuera de las áreas de protección nacionales? Las mismas fuentes detallan que ningún navío puede parar encima de los cables, que están registrados en las cartas marítimas. No obstante, esto solo puede detectarse si el barco o submarino lleva las balizas activadas, lo que sería difícil que ocurriera si su objetivo es atacarlo. El cable, por sí mismo, no detecta si algo se acerca a él.

Este medio ha contactado con el Departamento de Seguridad Nacional, que ha preferido no posicionarse de manera oficial respecto a este tema. Telefónica y Equinix, que gestionan algunos de los cables submarinos que conectan la península ibérica, tampoco han querido dar su versión en esta información. Desde Google, que en 2021 completó la construcción de un cable que une Sopelana (Vizcaya) con el estado de Nueva York (EEUU), también evitan posicionarse respecto a la posibilidad de un ataque contra los cables en aguas internacionales. No obstante, sí aseguran que sus cables están protegidos ante la posibilidad de que alguien intente interceptar la información que transcurre por ellos.

“Nosotros tratamos nuestra red submarina exactamente igual que nuestra red terrestre, es decir, que no la consideramos fiable. Por lo tanto, los datos que viajan entre el límite físico de un centro de datos de Google y otro están encriptados. Cuando los datos salen de un límite físico, a un lado del océano, y antes de ir a otro, están cifrados”, exponen en declaraciones a este medio fuentes de la multinacional.

El Internet ruso, aislado

La situación del Internet ruso es diametralmente opuesta a la del europeo. Rusia independizó su red de internet del resto del mundo, un proceso que se consolidó en 2019 con la Ley de Soberanía de Internet promulgada por Vladimir Putin. Su objetivo es hacerla tan impermeable al exterior como la de China o la de Corea del Norte. La consecuencia más directa de esta situación es que Rusia podría lanzar un ataque contra la infraestructura global de Internet, como los cables submarinos, pero sin verse afectada por las consecuencias, como explicó Marta Peirano en elDiario.es.

La Ley también tiene un propósito interno, puesto que a largo plazo podría permitir a Moscú crear un Internet paralelo sin que sus ciudadanos se den cuenta. “Ahora el Gobierno podrá censurar el contenido de manera directa o convertir el Internet ruso en un circuito cerrado sin informar a la ciudadanía de lo que está haciendo ni por qué”, avisó la directora para Europa y Asia Central de Human Rights Watch, Rachel Denber.

AGB

Etiquetas
stats