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Terremoto en la BBC por una ley contra refugiados, los tuits de Gary Lineker y el debate sobre la imparcialidad

El presentador y ex futbolista Gary Lineker en la entrega de un premio en Barcelona en octubre de 2022.

María Ramírez

Oxford (Reino Unido) —

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El programa deportivo de la BBC Match of the Day, uno de los más exitosos y longevos de la cadena, se emite este sábado sin presentador ni comentaristas. Se negaron a participar igual que la presentadora del programa futbolístico de mediodía y que tantos presentadores y reporteros deportivos del medio público que la emisora de radio BBC 5 tuvo que interrumpir su programación habitual. Protestan por la suspensión de Gary Lineker, que fue jugador del Barça entre 1986 y 1989 y que lleva presentando el programa estrella de resumen de la jornada de fútbol desde 1999. 

Entretanto, con una cobertura exhaustiva en tele, radio y web, la BBC entrevista a voces expertas, a políticos y a uno de sus ex directores sobre el “descrédito” que está sufriendo el propio medio público.

La BBC suspendió a Lineker este viernes por “infringir” sus “estándares” de imparcialidad al criticar en Twitter la nueva ley migratoria propuesta por el Gobierno británico, que prohibirá a los refugiados hacer una solicitud de asilo si llegan al país cruzando el canal de la Mancha sin autorización. La ley fue criticada por la ONU por la posible violación de la convención del refugiado de 1951 que Reino Unido firmó y ayudó a escribir y en la que expresamente se prohibe poner trabas a los solicitantes de asilo por la manera en la que llegan a un país. La convención incluye esta salvedad porque a menudo los refugiados no tienen tiempo ni manera de hacer los trámites previos por la desesperación de su situación huyendo de la guerra, la persecución y la discriminación. 

Los tuits

Lineker, que sólo informa sobre fútbol en su programa, tuiteó este martes “esto es más que horrible” con un video en el que la ministra de Interior, Suella Braverman, anunciaba que parará “los barcos”, se quejaba del dinero que cuesta alojar a los refugiados y acusaba a miles de personas de hacer “un viaje ilegal” por el que serán deportados a Ruanda o a otro país considerado “seguro”. 

El ex futbolista añadió en otro tuit: “No hay una enorme ola de llegadas. Acogemos a muchos menos refugiados que otros grandes países europeos. Ésta es sólo una política desmedidamente cruel dirigida a las personas más vulnerables en un lenguaje que no es distinto del que usaba Alemania en los años 30. ¿Estoy siendo inapropiado?”

Las palabras del presentador deportivo se asemejan a los reproches de la ONU, de la Comisión Europea y de Amnistía Internacional sobre la sustancia y sobre el tono de la ministra de Interior. En la presentación de la propuesta de ley en la Cámara de los Comunes, Braverman dijo que los que llegan a las costas británicas son sobre todo hombres albaneses de menos de 40 años “suficientemente ricos para pagar a las bandas criminales” que los traen y que “juegan con el sistema” en contra de las autoridades británicas. 

La mayoría de las personas identificadas en pequeñas embarcaciones en el canal en los últimos meses son de Albania y de Afganistán (país citado por la ministra entre los protegidos), y también de Irán, Irak y Siria, entre otras nacionalidades. Desde 2018, la mayoría de las solicitudes de asilo se han aprobado por considerarse legítimas. Durante el debate en la Cámara de los Comunes, varios diputados le pidieron a Braverman que rebajara el tono “incendiario” que pone “en peligro” a estas personas.

Lineker criticó en Twitter antes al Partido Conservador, por ejemplo sobre sus donantes oligarcas rusos. Pero sus comentarios de esta semana fueron objeto de varias portadas del tabloide Daily Mail y del diario conservador Daily Telegraph. La BBC se comprometió a “hablar” con él, pero finalmente decidió suspenderlo después de que Lineker se negara a borrar el tuit. En 2021, el ex futbolista dijo que el director general de la BBC nunca lo había llamado para reprobarle por un tuit.

Las reglas

La BBC, un medio público que se financia con un canon aparte que tiene que pagar cualquiera que vea la televisión en formato lineal o digital, tiene una guía larga y detallada de reglas que incluye indicaciones para preservar la imparcialidad y para que sus periodistas no sean percibidos como partidistas.

“La BBC se comprometió a conseguir la debida imparcialidad”, dice el texto. “Este compromiso es fundamental para nuestra reputación, nuestros valores y la confianza de las audiencias. El término ‘debida’ significa que la imparcialidad debe ser adecuada y apropiada para el producto teniendo en cuenta el tema y la naturaleza del contenido, las probables expectativas de la audiencia y cualquier señal que pueda influir en esa expectativa”. 

La BBC también subraya que la “debida imparcialidad” no es “un simple asunto de ‘equilibrio’ entre puntos de vista opuestos” sino que se trata de considerar “una perspectiva amplia” y de hacer un trabajo que sea “inclusivo”. “No requiere la neutralidad absoluta en cada tema o la separación de principios democráticos fundamentales, como el derecho de voto, la libertad de expresión y el Estado de derecho”, dice la cadena.

Lineker se podría acoger al hecho de que su opinión se refiere a un asunto de defensa de principios democráticos fundamentales, que el Reino Unido apoyó en la convención del refugiado de la ONU de 1951 y en la convención europea de derechos humanos de la que sigue siendo parte, aunque la ministra diga ahora que no puede tener la certidumbre de que la nueva ley cumplirá con la legislación internacional. 

Pero la parte más controvertida de la reprobación de Lineker es que él no es un reportero ni presenta un programa de actualidad política. Se dedica a la cobertura deportiva en un espacio separado de las noticias y donde no se toca ningún asunto político. 

En lo referente a la opinión de sus periodistas y comentaristas, la BBC dice que “el riesgo es mayor cuando las expresiones de opinión se superponen con el área del trabajo del individuo” y que “el riesgo es más bajo cuando el individuo está expresando puntos de vista de manera pública sobre un área no relacionada; por ejemplo, un presentador de deportes o de ciencia expresando puntos de vista sobre la política o las artes”. También subraya que hay que tener especial cuidado con “asuntos controvertidos”. 

Doble rasero

En cualquier caso, la BBC no suspendió en el pasado a presentadores de programas de entretenimiento que escriben en medios con una línea editorial claramente partidista. El caso más reciente es el de Jeremy Clarkson, el presentador de un célebre programa de motor que escribió hace unas semanas en el tabloide de The Sun que odiaba a la actriz y ex miembro de la realeza Meghan Markle y que imaginaba cómo la insultaban y le tiraban excrementos mientras iba a caballo desnuda por las ciudades británicas. 

La expresión de puntos de vista abiertamente partidistas tiene múltiples ejemplos en el caso de empleados de espacios que no son telediarios ni programas de noticias. Alan Sugar, presentador del concurso The Apprentice, que se emite en la BBC, dijo que Boris Johnson tendría que estar “en la cárcel” por sus “mentiras” en la campaña a favor del Brexit y luego pidió el voto para él en las elecciones de 2019. 

“Hay un precedente establecido desde hace mucho que dice que en la BBC si eres un presentador de entretenimiento o deportes entonces no estás atado a las mismas reglas”, dijo este sábado en el matinal de Radio 4 de la BBC Greg Dyke, que fue director del medio público entre 2000 y 2004. “El problema real hoy es que la BBC está dinamitando su propia credibilidad al hacer esto”. 

Dyke, que nunca hasta ahora había criticado a su antigua cadena, se queja de que la decisión crea la impresión de que la BBC “se ha doblegado a la presión del Gobierno” especialmente en un momento delicado por la posición de su propio presidente. 

Dyke subrayó, de hecho, el conflicto de intereses más grave ahora mismo en la BBC, que afecta al actual presidente, Richard Sharp, un ex banquero que está siendo investigado por ayudar al ex primer ministro Boris Johnson a conseguir un crédito de 800.000 libras (más de 900.000 euros) poco antes de ser nombrado para el puesto en febrero de 2021, según reveló el Sunday Times. El proceso está siendo investigado por el Parlamento y por la propia BBC, pero Sharp sigue en su puesto. 

El debate actual, que la BBC está cubriendo al minuto, incluyendo un live blog en su web con actualizaciones constantes, ha derivado en cómo este medio público aplica sus reverenciados estándares. 

“El problema es que la BBC tiene normas pero no las aplica de manera justa”, dijo también en el matinal de la cadena Patience Wheatcroft, antigua jefa de los medios de línea editorial conservadora Wall Street Journal y Sunday Telegraph. La periodista, que ahora es miembro de la Cámara de los Lores, también describió la “retórica” del Gobierno británico sobre los refugiados como “profundamente deprimente”. 

Los datos

La confianza en la BBC sigue siendo alta, pero bajó en los últimos años: el 55% de los encuestados por el Instituto Reuters para el estudio del periodismo de la Universidad de Oxford dice confiar en el medio público británico, pero los que dicen desconfiar pasaron del 11% en 2018 al 26% en 2022. Quienes desconfían son sobre todo hombres, tienen niveles más bajos de formación académica y tienden a estar menos interesados en las noticias, según los datos del informe de 2022. Más de la mitad de los que dicen desconfiar de la BBC son votantes conservadores y dos tercios votaron a favor del Brexit en 2016.

En esa misma encuesta sobre el uso de redes sociales e imparcialidad en varios países, la mayoría en Reino Unido cree que los periodistas deberían limitarse a “dar información” en redes sociales. Entre los países analizados, las excepciones son Brasil y Japón, donde los encuestados están a favor de que los periodistas opinen en redes.

En Reino Unido, se observa división según ideología sobre la aspiración de neutralidad según los asuntos según los datos del Digital News Report del mismo instituto en 2021. Así, la mayoría de los británicos que se identifican con la derecha dicen que los medios deberían intentar “ser neutrales en todos los temas”, mientras los que se identifican con la izquierda dicen que “no tiene sentido” que los medios sean neutrales en “algunos temas”. 

Tim Davie, el director general de la BBC, reconocía las dificultades de su aspiración en un coloquio organizado en colaboración con el Instituto Reuters en febrero de 2022. “Al elegir la imparcialidad y el reporterismo objetivo siempre te quedas corto. El tema es cómo de cerca estás. Hacer un esfuerzo por explorarlo es algo válido. El reto que afronta la BBC sobre la imparcialidad es asegurarnos de que culturalmente nos abrimos a un debate tan abierto como sea posible y que no tenemos puntos ciegos significativos en términos de debates públicos y opiniones diferentes”, dijo Davie, que por ahora no ha hablado sobre el asunto de Lineker. 

“Twitter no es una muestra significativa”, dijo entonces. “Tienes que tener mucho cuidado sobre de dónde sacas tu idea de lo que son puntos de vista amplios. Y se ha vuelto más difícil en un mundo donde la gente está publicándose a sí misma frente al mundo basado en la emisión y la investigación. Es una lucha”. 

MR

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