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Los cárteles de Colombia atacan Europa con cocaína, corrupción y tortura

Encontraron 27 mil kilos de cocaína colombiana en el mayor puerto de Bélgica.

Daniel Boffey

Bruselas / The Guardian —

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A las 5.00 de la madrugada de un martes muy frío de marzo, se ordenó a 1.600 agentes de policía y fuerzas especiales con sus distintivos pasamontañas, y cargados de armas y arietes de aperturas táctica, que entraran en acción alrededor de la ciudad portuaria de Amberes, la más poblada y rica de Bélgica. 

Más de 200 domicilios fueron allanados en este procedimiento de las fuerzas del orden. Fue la operación policial más grande jamás realizada en Bélgica y potencialmente uno de los movimientos más significativos- hasta ahora- emprendido contra las cada vez más poderosas narco-bandas de Europa Occidental.

Hay esperanzas de que la Operación Cielo (Operation Sky) presagie la caída de una generación de jefes locales, aunque los ‘padrinos’ belgas y holandeses ahora se esconden en Dubai- uno de los siete emiratos de los Emiratos Árabes Unidos- y en Turquía, con la esperanza de poder burlar el alcance de las autoridades.

Se ha incautado la cantidad increíble de 27 toneladas de cocaína en los muelles de Amberes, escondida en portacontenedores y en cajas de seguridad, con un valor estimado de 1.400 millones de euros (1.700 millones de dólares), y se han realizado muchas detenciones.

El procedimiento ha sido aclamado como un poderoso golpe contra lo que el fiscal federal belga Frédéric Van Leeuw llama “un mundo donde la moralidad ha desaparecido por completo”. Sin embargo, la Operación Cielo también ha puesto en escena un drama cuyo desarrollo es escalofriante. Europa ha eclipsado a EEUU como el mercado favorecido por los cárteles colombianos, debido a los precios más altos que pueden obtener en el Viejo Continente y a los riesgos mucho menores que presuponen los gobiernos europeos para los traficantes en términos de interdicción, extradición y confiscación de activos.

Jeremy McDermott, ex oficial del Ejército británico que ahora es director ejecutivo y fundador de InSight Crime, dice que un kilogramo de cocaína en EEUU tiene un precio de hasta U$S 28.000 al por mayor, pero que en Europa aumenta a un promedio de U$S 40.000, acercándose a U$S 80.000 en algunas partes.

“Es más dinero por menos riesgo. Veo una decisión deliberada de algunos de los traficantes colombianos de alto nivel, basada en informantes cuando asistieron a una serie de reuniones en 2005-6, donde se tomaron las decisiones comerciales”, dijo McDermott. “Es una obviedad empresarial. La razón por la que Amberes y Rotterdam son tan atractivos es que estos son dos de los puertos más eficientes del mundo y manejan enormes volúmenes de contenedores, lo que permite a los traficantes jugar al juego de los números de las ganancias”, resume el directivo de este think-tank y medio de comunicación sin fines de lucro que investiga el crimen organizado en América Latina y el Caribe.

Mano de obra y mensajería cifrada

Los métodos operativos -que se están llevando a cabo en los principales puertos de Europa, donde los colombianos subcontratan a criminales holandeses y belgas para trasladar el producto hasta las manos de redes italianas, albanesas, británicas e irlandesas de crimen organizado - han generado un nivel de corrupción y violencia nunca antes visto en esta parte del mundo. “Ya no tenemos más asaltos a mano armada”, dice Joris van der Aa, el respetado periodista y columnista de la sección policial del periódico belga flamenco Gazet van Antwerpen. “Toda la mano de obra disponible del mundo del crimen está trabajando en el negocio de las drogas.”

Entre los que fueron sacados de sus camas en la primera redada de la Operación Cielo del 9 de marzo, se encontraban agentes de policía en actividad, un empleado de la Fiscalía, funcionarios públicos, funcionarios fiscales y administradores de hospitales sospechosos de proporcionar a las bandas narco la información buscada. Y otros presuntos delincuentes más, sospechosos de ser responsables de los cotidianos incidentes de violencia -relacionada en la ciudad con esas mismas bandas durante los últimos meses- que van desde tiroteos desde vehículos y ataques con granadas contra viviendas hasta palizas y otros castigos físicos personales. Se asentó un número aproximado de 50 arrestos, pero se han realizado muchos más. El jueves se inspeccionaron dos prisiones y 24 domicilios particulares en Amberes, Borgerhout, Borsbeek, Essen, Lokeren, Wilrijk y Wijnegem. A otras 11 personas se les leyeron sus derechos.

La Operación Cielo llevaba dos años preparándose, motivada, en parte, por una creciente sensación de miedo e inseguridad en la ciudad portuaria. El alcalde de Amberes, Bart De Wever, lleva un informe de seguridad de la zona durante las 24 horas después de haber recibido amenazas de muerte. Sin embargo, la escala del salvajismo que ha caído sobre Amberes quizás se sintió más agudamente el verano pasado con el descubrimiento de una cámara de tortura en el pueblo de Wouwse Plantage, ubicado a unos 60 kilómetros de la ciudad.

En ese pequeño pueblo se encontró una prisión improvisada construida con siete contenedores para transporte marítimo, seis de los cuales se utilizaron como celdas de detención. En el último, un sillón de dentista -con correas en los apoyabrazos y en los reposapiés- había sido preparado para la tortura. Tijeras, sierras, bisturís, tenazas, cintas adhesivas, pasamontañas y bolsas de algodón negro que colocaban en la cabeza de los eventuales secuestrados proporcionaron evidencia bastante gráfica de las escenas que se habían desarrollado en ese lugar.

A pesar de todos los reclamos que hizo De Wever para que se aplicara una “manguera de alta presión” a limpiar esta mancha de la ciudad, la Operación Cielo, según los fiscales belgas, solo fue posible gracias al desciframiento de lo que antes había sido calificado como indescifrable. Un servicio de mensajería cifrada conocido como SKY ECC: una empresa de comunicaciones canadiense que los fiscales sospechan que es una organización criminal disfrazada de negocio legítimo que prestaría servicio a clientes que son personas amantes de la privacidad.

Los fiscales dijeron que los teléfonos inteligentes equipados con la aplicación SKY ECC, pero sin las funciones de micrófono y GPS, se habían distribuido por toda la ciudad a quienes se encontraban dentro de la red de personas que se sospechaba de trabajar en y para las bandas narco.

En todo el mundo, hay 171.000 dispositivos SKY ECC registrados, principalmente en Europa, América del Norte, varios países de América Central y América del Sur, principalmente en Colombia, y Oriente Medio. Pero, sorprendentemente, el 25% de los usuarios activos de estos dispositivos se encuentran en Bélgica (6.000) y Holanda (12.000). Y la mitad de ellos estaban en uso en los alrededores del puerto de Amberes.

Al “descifrar” los códigos de SKY ECC, la policía belga afirmó que había irrumpido en la utilización de una red de comunicaciones en la que confiaban plenamente los narcotraficantes y aquellos a quienes éstos chantajeaban, amenazaban y sobornaban y, que era el medio por donde se enviaban libremente imágenes de tortura y órdenes de ejecución junto con información financiera y operativa privilegiada.

A lo largo de un período de tres semanas, los agentes pudieron ver los mensajes en vivo a medida que estos se enviaban, recolectando información, actuando solo allí donde temían que hubiera un riesgo inminente para la vida humana y construyendo una imagen sin precedentes de las redes criminales cada vez más poderosas y crueles que llevaban a cabo sus actividades ilegales en los puertos de Amberes y Rotterdam.

SKY ECC ha negado, según ha sido referido, que la policía haya comprometido su plataforma de mensajería encriptada. En cambio, precisa la empresa con sede en Canadá, sería una aplicación de phishing -suplantación de identidad-, un software malicioso, distribuida ilegalmente bajo el nombre SKY ECC, que la policía había hackeado.

“Las imágenes son peores de lo que he visto en algunas series de televisión”, declaró Van Leeuw a los periodistas refiriéndose a las escenas filmadas que había visto en este servicio. “Ajuste de cuentas, asesinatos por contrato, fotos de víctimas, mensajes avisando que ‘si no encontramos un objetivo, atacamos a la familia’. Es una violencia absolutamente increíble”.

Lo que vendrá

Los fiscales belgas dijeron que los investigadores interceptaron en total alrededor de mil millones de mensajes cifrados de SKY ECC, de los cuales casi la mitad ya han sido descifrados. Sin embargo, se tardará meses estudiar a fondo todo este material. Cuando este examen analítico haya sido completado, probablemente, se generarán muchas nuevas vías de investigación.

Jean-François Eap, director ejecutivo global de SKY ECC, y Thomas Herdman, un ex distribuidor de dispositivos Sky Global, fueron acusados ​​en EEUU el 12 de marzo de conspiración por violar la Ley federal de Chantaje Civil, Influencia y Organizaciones Corruptas (RICO) promulgada en 1970 para combatir a la mafia y permitir a los fiscales conectar todas las operaciones ilegales en un caso único, de modo de poder llegar hasta el proceso y condena de los jefes que están por detrás de los crímenes. Ambos empresarios han negado todos los cargos que se les imputaron por haber actuado en infracción a la ley. Eap ha dicho que “las acusaciones infundadas de participación en actividades delictivas presuntamente cometidas por mí y por nuestra empresa son completamente falsas e infundadas”.

La oficina del Fiscal es realista en cuanto al impacto que la Operación Cielo pueda tener en el inframundo criminal. “Somos conscientes de que los delincuentes serán flexibles y buscarán y encontrarán nuevas formas de comunicarse”, comunicó un vocero de la Fiscalía. “Tendremos que estar alertas para seguir investigando estas nuevas tecnologías”. Pero Van der Aa, que ha estado siguiendo las repercusiones que el operativo causó en la calle, cree sin embargo que la Operación Cielo ya significa un momento decisivo, una divisoria de aguas, ya sea para bien o para mal.

“Es un gran golpe, porque en Bélgica y también en una gran parte del hampa criminal de Holanda realmente confiaban en Sky como sistema”, dijo. “Estaban tan llenos de confianza, y la policía ahora tiene tanta información sobre cómo estaba estructurado el hampa y las cuentas bancarias. Todos los contactos corruptos están siendo arrestados. Se necesitan años para volver a construir estas redes.”

“Yo pienso que habrá un cambio en toda una generación de criminales. Veintisiete toneladas de cocaína es mucha cantidad para perderla. En América del Sur, ellos pensarán: ‘No hagamos más negocios con estos tipos holandeses y belgas.”

“Entonces, esto está muy tranquilo en este momento. Todos están esperando la tormenta y preguntándose qué es lo que sabe la policía. En algún momento, finalmente, irán tras estos tipos en Dubai.”

“Pero la pregunta, entonces, es ¿quién los reemplazará?”. La respuesta está en Colombia. 

Traducción de Alfredo Grieco y Bavio

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