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Opinión

Tus dólares, tu represión

Luis Caputo, este jueves frente al equipo económico que lanzó un plan para regularizar los dólares "bajo el colchón".
23 de mayo de 2025 09:20 h

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“Tus dólares, tu decisión”: es la frase que usó el vocero Manuel Adorni para dar a conocer las medidas de flexibilización del régimen informativo para dólares que están en el “colchón”. El anuncio parece una burla de una de las consignas más conocidas  a nivel global con la que se difundieron las luchas por los derechos reproductivos y particularmente el aborto: “Tu cuerpo, tu decisión”.

En Argentina no fue la frase más usada porque su raigambre es más cercana a las fórmulas liberales del derecho. Aquí, el movimiento feminista por el derecho al aborto ha producido consignas más complejas y abarcadoras como “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir” o “Aborto legal en cualquier lugar”, cuando se reinvidica el uso de misoprostol. Y esto debido a que se ha hecho un trabajo político enorme —de hecho, la próxima semana la Campaña festejará sus 20 años de existencia— para que el aborto se entrame con la disputa por el acceso a servicios públicos de calidad, incluso para discutir la producción pública de medicamentos.

Sin embargo, el vocero presidencial con ese gesto practica una vez más una chicana que no hace más que querer subir al feminismo al ring, a la primera línea de los ataques.

¿Qué hay en ese pasaje de hablar de los dólares como una especie de derecho de soberanía? Es un núcleo del proyecto anarcocapitalista del gobierno: la noción de lo financiero como antropología, como verdad última de lo humano.

La maniobra de traducción financiera sobre las consignas feministas ya la hemos visto. Recordamos muy bien, allá por el 2018, cuando se escribía la consigna “Nos mueve el deseo” junto a “La deuda es con nosotres” y el banco Santander salió para el 8 de marzo con la campaña: “No pidas deseos, pedí créditos”. Pero ahora estamos frente a algo más: no es una campaña publicitaria corporativa, es un plan de gobierno.

No es menos importante  tampoco la interpelación permanente del Gobierno al ejercicio de la libertad, únicamente declinada como “libertad financiera”, salvataje último frente al aumento de la pobreza.

Justo en el país donde los feminismos han anudado la palabra libertad con el reclamo de desendeudamiento, diciendo que nos queremos libres y desendeudadas.

Si algo queda claro, es que esta ultraderecha colonial y fascista, hace de la torsión de consignas un acto de robo y transfiguración de lo que dijeron los movimientos populares y feministas, los mismos que pusieron en acto otros imaginarios políticos de la libertad (alejados de la heroicidad como capacidad de fugar divisas).

El Gobierno decidió llamar al nuevo programa “Reparación histórica del ahorro de los argentinos”. El título hace eco a una medida que presentó el gobierno de Mauricio Macri en 2016: la “Reparación Histórica para los jubilados”, medida a través de la cual muchas personas renunciaron a los litigios que mantenían con Anses a cambio del cobro de una indemnización. Era una fase anterior a la represión cruenta de todos los miércoles.

Pero volvamos a la manipulación de consignas: esta idea de “reparación histórica” en clave financiera, para ahorristas, reversiona la consigna de la comunidad travesti-Trans que viene exigiendo una ley de reparación hace años y que este sábado convoca a Plaza de Mayo a exigirla.

Este viernes 23 hay asamblea para organizar la década de Ni Una Menos (Bartolomé Mitre 748) y el sábado 24 la olla popular transfeminista en Plaza de Mayo en el marco del festival por la Ley de Reparación Histórica. Es clave esta trama en días muy difíciles, mientras se avanza contra el derecho a huelga, se reprime cada miércoles a la prensa, jubiladxs y quienes acompañan y se profundiza una deriva autoritaria. Una forma de combatir la perversión del lenguaje de las luchas es seguir entramando los cuerpos, contra el saqueo también de las palabras.

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