Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Opinión

Del Milei motosierra al Massa gestionador: cómo varió el discurso de los candidatos a lo largo de la campaña

Sergio Massa, en el cierre en un colegio secundario. Frente a la incertidumbre, buscó consolidarse como una voz de confianza.

Julieta Waisgold

0

Si hay algo que tuvo en común el análisis de este proceso electoral fue el intento constante de acertar en el resultado de la elección, la voluminosidad de la pregunta acerca de las encuestas y sus puntos grises, y el escaso lugar de los cambios en la arena social y política como factores determinantes para la comprensión de lo que está pasando, que parece ser un territorio arenoso. 

El nivel de “cambismo” respecto al “continuismo”  que se veía en la opinión pública hace ya un año hacía pensar que el oficialismo iba a tener menos chances de hacer una buena elección que la oposición. Mientras Javier Milei crecía en las encuestas el partido liderado por Mauricio Macri era la opción mayoritaria de ese cambio.

Un año después Juntos parece haber quedado fraccionado en internas, Unión por la Patria se alineó detrás de una estrategia política que ganó las elecciones generales y Milei quedó a la cabeza de la opción del cambio. 

De cara a las PASO, como contrapartida de la opción opositora más moderada de Horacio Rodriguez Larreta que proponía “hacer el cambio de nuestras vidas” y  la de Bullrich que incluía un tono de fuerza en su campaña (“La fuerza del cambio”), Milei proponía un salto al vacío y cerraba su primer spot  diciendo “pongamos un punto y aparte”. Con su propuesta de dolarización, el dirigente de La Libertad Avanza estableció un nuevo marco en el juego de posiciones. 

Todos los estudios de opinión pública decían que la mayor preocupación social era la inflación, tema que parecía dejar al oficialismo sin poder trazar una agenda propia. 

Mientras que Juntos denunciaba la inflación y al kirchnerismo, con la dolarización LLA traía un  “hecho nuevo” al expediente de los temas económicos. 

Sin embargo la propuesta de Milei no parecía importar tanto como el cauce que cristalizó a través de su gestualidad y su figura. Así surgieron datos como que un 40% de sus votantes posibles estaba a favor de un Estado más activo en la economía. Es decir, pensaba en sentido contrario al corazón del ideario libertario. 

En el mismo tramo de la elección la estrategia de Unión por la Patria intentó captar el voto del núcleo duro de su espacio. Con el claim “La patria sos vos”, la campaña se valió de un Massa con un tono y un registro endurecido que no se parecía tanto al propio. El resultado no le jugó a su favor. 

En las PASO no se esperaba que la opción más votada de la oposición fuera Javier Milei. 

La reacción del mercado que siguió al resultado victorioso del libertario no demoró en aparecer. Los días posteriores a las PASO registraron una fuerte escalada del dólar y un aumento sostenido de precios. 

Llegando a la elección general había un clima de incertidumbre. La gente iba a comprar cosas con apuro para hacer acopio por temor al día después. El temor generado por el salto del dólar se había hecho epidérmico. 

Entre frases que agitaban más el precio del dólar -“el peso no puede valer ni excremento”- y fotos con un a motosierra, algunos vieron rasgos de moderación del candidato de LLA en los debates presidenciales.  

Sin embargo la gesticulación temblorosa y el apego del líder libertario al texto, quedaron balanceados con su aproximación negacionista al tema de la dictadura militar y las frases contra el Papa Francisco o la idea de hacer ley la renuncia a la paternidad de sus compañeros de partido.

Desde las filas de Unión por la Patria ganó terreno un Sergio Massa gestionador que retomaba su viejo discurso de la avenida del medio en otro contexto político y por otros medios. 

Con el slogan “tenemos con quien” y un primer spot tras las PASO destacando aspectos de su liderazgo, el candidato marcó el inicio de un nuevo momento de la campaña que puso el centro en la idea de “unidad” y lo tenía a él como único protagonista. 

En este contexto de incertidumbre el discurso de un Massa conciliador que tomaba las riendas logró convocar a parte del electorado que hasta ese momento no se había movilizado a votar. 

Frente a la incertidumbre, Massa logró consolidarse como una voz de confianza. Aquí de nuevo, no se esperaba que el oficialismo pudiera ser la opción más votada. 

Con el dólar controlado, en el camino al balotaje la sensación epidérmica de miedo disminuyó. 

Un Massa menos anunciador que se afincó discursivamente en la idea de un gobierno amplio se encontró con un Milei posiblemente  suavizado por la influencia estratégica de Juntos. Un Milei al que ya no le sonaba más La Renga de banda sonora de sus contenidos, un Milei sin motosierrra que también bajó la intensidad de sus imágenes. 

Un Milei que mientras que al comienzo hablaba de “punto y aparte”,  en este tramo de la campaña le da centralidad en su lenguaje publicitario a  la palabra “cambio”.

Este mismo Milei en el debate no pudo hacer pie en sus propuestas ni dejó claros sus enfoques y se encontró con un Massa que mostró dominio de la escena discursiva y por momentos lo arrinconó.

Un Massa  que optó por reforzar la idea de autoridad en algunos contenidos (“elegí un presidente”) y poner el acento en proyectar hacia adelante ( “la Argentina que estábamos esperando”) en otros.  

El final de esta historia está por venir. Se escribieron y se seguirán escribiendo ríos de tinta para buscar comprender los distintos momentos del proceso electoral de este año, seguramente se ahonde en las posiciones, los discursos y la comprensión más fina de la trama social, política y cultural que estamos atravesando, pero es probable que aunque haya pasado el tiempo se pueda seguir diciendo que este fue un proceso electoral inesperado. 

JW/DTC

Etiquetas
stats