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OPINIÓN

El terremoto de las PASO y las lecturas pendientes

Elecciones PASO 2021

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Ha transcurrido menos de un mes desde las PASO y sus resultados provocaron un auténtico terremoto en la política argentina, con réplicas que se sienten hasta hoy. Cambios de gabinete y de políticas, anuncios de nuevas medidas e interlocutores “más de la política” y repercusiones en los círculos económicos son la demostración de que el cimbronazo pegó fuerte. Pero, ¿pegó bien?

Desde antes de las elecciones sostuvimos que los clivajes de la grieta eran los grandes ordenadores de la discusión política y eso está hoy todavía más claro. Luego de la elección, el consultor y académico Mario Riorda manifestó que, si bien el peronismo seguía siendo una representación masiva en la sociedad argentina, el anti kirchnerismo como clivaje era mucho más potente y congregante. Nuestro último estudio nacional [1] refrenda esa idea: un 56,8% de los argentinos se considera anti kirchnerista y, dentro del universo de los votantes de Macri - Juntos por el Cambio, un 93% culpa a CFK por la derrota del gobierno.

El sentimiento contrario al kirchnerismo es hoy el motivador electoral más potente en la Argentina.

En el 2019, se entendió que la sola unidad de las distintas tribus del peronismo era ecuación matemática suficiente para que el Frente de Todos ganara las elecciones. Esa ecuación mostró sus límites en las PASO de este año; el caudal electoral del gobierno se derrumbó a mínimos históricos y se extendió incluso a provincias que han sido hegemonizadas por el actual oficialismo durante décadas. El descontento de los sectores de la sociedad que acompañaron al gobierno en el 2019, es contundente. Llegar a un entendimiento claro, a una lectura honesta y humilde de ese descontento es el punto de partida necesario para analizar los diferentes caminos que puede plantearse el gobierno de cara a las elecciones generales de noviembre.

La carrera contra el tiempo para llegar a las PASO con la mayor cantidad de personas vacunadas y la gestión de la pandemia demostraron no ser suficientes para el electorado peronista o frente todista. Los indicios positivos de la macro economía no logran atenuar un nivel de pobreza que supera el 40% y golpea los bolsillos de la ciudadanía. Y de nuevo resuena la frase que se convirtió en slogan durante la campaña en que Bill Clinton le gana a Bush: “Es la economía, estúpido”. Si bien hay un acuerdo generalizado sobre la gran mayoría de las medidas que el gobierno anunció post-PASO, solo el tiempo dirá si sentará las bases de un nuevo acuerdo con el electorado para noviembre. 

Por su parte, la oposición se muestra altamente motivada y movilizada. Presume haberse recuperado de la debacle electoral del 2019 y se muestra rejuvenecida gracias a una saludable competencia interna en las PASO, aunque no enarbole propuestas superadoras ni alternativas claras. Del otro lado, un oficialismo agotado por la gestión de la pandemia y con una imperiosa necesidad de recuperar la agenda. O, mejor dicho, de comenzar a dominarla.

Resuena fuerte la pregunta: ¿Qué posibilidades reales tiene el gobierno de hacer una mejor elección en noviembre? Difícil, salvo quizás en algunas provincias y con algún pequeño margen también en provincia de Buenos Aires. Las provincias que eligen senadores, y aquellas que por poca diferencia en la derrota, deberían ser objeto de una estrategia especial. Por eso, quizás resulte importante recostarse sobre los gobernadores sin abandonar la centralidad del presidente Fernández, ni olvidar lo escaso que fue el aporte de la marca partidaria. Fue apenas un punto de partida, casi similar al de llegada. El resto del trabajo real para el oficialismo no debería estar con los objetivos electorales de noviembre, sino con los del 2023.

Es necesario decir que cualquier medida que no esté acompañada de una mejora de la comunicación, de la construcción de nuevos marcos discursivos de la gestión gubernamental y de la instalación de nuevos voceros que difundan esos nuevos marcos será seguramente insuficiente. Es un fenómeno peculiar que los mismos votantes del gobierno perciban como negativa a la comunicación de Alberto Fernández. 

Y aquí, nos atrevemos a decir que la gestión de consensos con los distintos sectores, pero y principalmente con la sociedad, resulta a estas alturas, una cuestión esencial (primordial, cuestión de vida o muerte, fundamental y todos los etcéteras correspondientes). Los déficits en esta área fueron uno de los factores que se alinearon para conseguir la pobre performance de la alianza gobernante. Ordenar esos factores no será fácil y requerirá de muchísima profesionalización y de inmensas cantidades de disciplina.

Oposición y oficialismo tienen de ahora en más el desafío de hablarle a una sociedad desmotivada y desesperanzada. Grandes sectores de esa sociedad esperan señales de moderación y diálogo por parte de la clase política. Hasta ahora esa espera parece no haber sido satisfecha, ya que en las dos grandes coaliciones hay incentivos claros que motivan la radicalización discursiva. Equilibrar dichos incentivos con la moderación necesaria para llegar a acuerdos políticos estructurales no es una tarea fácil, y sin embargo es tremendamente necesaria.

Una señal de alarma aparece en nuestro último estudio en ese sentido: solo un 15% de los menores de 30 años dice estar esperanzado con el futuro del país.

Es el dato más bajo entre las distintas categorías de edades y es, a la vez, una luz roja en el camino. Los jóvenes de Argentina necesitan volver a creer en el país en el que viven. La política necesita ponerse esa tarea al hombro.

Quizás, las señales de todo esto siempre estuvieron ahí. Como los datos sobre la marcha del país. 

Quizás el empecinamiento en lecturas sesgadas o coyunturales impidieron evaluar todo el proceso. Solo por mencionar un indicador: en los últimos 10 años no hubo crecimiento económico, solo aumento de la pobreza y con ello, de desilusión de vastos sectores sociales. ¿Cuál es la respuesta de la dirigencia política a una sociedad con cada vez más acotados tiempos de tolerancia?

Esa lectura desde la política, aún está pendiente. 

[1] Encuesta Nacional Octubre 2021 puede consultarse en www.zubancordoba.com

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