Contra la ultraderecha: el eje del bien
Los dejaron pasar, los que todavía hablan de democracia les allanaron el camino y les tendieron la alfombra roja. La ultraderecha está aquí, instalada, en escalada y avanzando. En Castilla y León tienen desde ahora el poder de decidir, el poder de destruir, de hacernos retroceder. Nos dicen que nos preparemos para lo que está por llegar. Y eso hacemos. Acuerparnos en tiempos de fascismo. En Madrid se construye un eje de resistencia, una apuesta por los espacios comunes, algo así como infraestructuras contra la ultraderecha. Lo he llamado el eje del bien, porque el mal está muy cerquita y al acecho. Son tres reductos en el corazón de Madrid que contienen todo lo que odia Vox: los derechos, las vidas migrantes, la fiesta de la diversidad, el antirracismo, los feminismos, el anticapitalismo, la defensa del medio ambiente y todas las formas de vida en la tierra.
Los locales de La Parcería, Espacio Afro y La Maliciosa se encuentran hoy a pocos metros entre sí, en el antiguo barrio de las Injurias, expoblado chabolista, donde Pío Baroja solía contar con repulsión que se encontraba con toda clase de golfería, traperos y muertos de hambre, ahí donde ahora se cruzan las zonas de Acacias y Embajadores, cuya gentrificación no ha logrado arrancar del todo aquella mala hierba ancestral, ni la memoria de antiguas luchas urbanas. Aunque lo parece, el arribo de estos nuevos vecinos indeseables para la ultraderecha no ha sido coordinado, más bien diría que sí providencial, cósmico, contestatario. Viene cada uno de experiencias distintas pero afines a la autogestión, la autonomía y al activismo político y cultural. A su manera cada uno y en conjunto, los parces, las maliciosas y les afros responden existiendo a la cultura del miedo.
La primera en abrir e inaugurar el eje del bien, hace ocho meses, fue La Parcería, Centro Cultural de Experimentación y Documentación Artística. Parcería viene de parcero, de parce, del amigo, es amistad en colombiano, camaradería, el vínculo entre gente, porque este colectivo lo que quiere es tejer puentes entre ambos lados del charco. Desde ese espacio alquilado agitan la ciudad con eventos en torno a la música popular y tradicional, a las artes visuales, las letras y otros lenguajes de creación, acción y pensamiento. También de diálogo y encuentro ciudadano. Publican libros, hacen exposiciones, venden empanadas. Como sudaka es ese lugar de comunidad que me estaba faltando en el centro del reino de España. Sus carteles chichas en las paredes, Naraye pinchando, las demás perreando y amando es energía par seguir en la lucha. En el centro de la pista de baile estamos nosotras, las marrones, las migras, las queer, las negras, las asiáticas, ahí no esperamos que nadie nos saque a bailar. Sus fundadores han invertido tiempo, dinero y amor en construir ese espacio polivalente y acogedor pero siguen necesitando nuestra ayuda para mantenerse vivas, así que solo hay que hacerse socias vía contactalaparceria@gmail.com. El sábado 5 de marzo DJ Frau travesti residente presenta su set dance experimental y show de audiovisuales postporno sudaka, covers en vivo y canciones propias. En Calle Martín de Vargas 13, local 3.
Aunque sea paradójico, la segunda parada del eje del bien es el ateneo La maliciosa, el nuevo espacio para conspirar que han abierto les compañeres del colectivo Traficantes de sueños y Ecologistas en acción. El grafitti de una bebé monstruosa, una adorable y maliciosa criatura periférica, pintada por la artista colombiana Bastardilla, da la bienvenida a todes. Desde hace mucho, ambos colectivos buscaban un lugar de reunión para dar rienda suelta a la palabra y la actividad política. El antiguo gimnasio de 800 metros cuadrados fue comprado y reformado en los últimos meses gracias al apoyo mutuo y a la colaboración económica de miles de personas. Los Ecolos tienen ahí sus oficinas y la Fundación de los Comunes y Traficantes de sueños, salas de reuniones y formación y una sala de prensa. El corazón del espacio será la nueva sede de la mítica librería Traficantes de sueños que prepara desde ya un amplísimo programa de actividades 2022 para llenar cada semana una sala con capacidad para 126 personas, incluida una barra que pensamos ocupar sin complejos. Pensada como polivalente, la sala principal albergará conferencias, charlas, presentaciones de libros, asambleas, formaciones, clubes de lectura, artes escénicas, ruedas de prensa y toda clase de actividades que, como explican elles mismes, “se enmarquen en el ideario de transformación social, movilización, creación de alternativas y apertura al conocimiento crítico”. Colectivos de base y organizaciones políticas autónomas de toda España podrán acudir a este espacio para activarse en Madrid. Porque La maliciosa quiere sumar a una idea de ciudad autoorganizada y protectora de su entorno, que cuida en red, que crea bancos de alimentos, a unas calles en las que ninguna persona es ilegal, en las que los movimientos sociales se mantienen vigilantes de nuestros derechos en pleno apretón reaccionario, en crisis pandémica y ecosocial, defendiendo lo público y reinventando lo común. Este domingo 20 de febrero La Maliciosa inaugura con unas jornadas de puertas abiertas, desde las 12 del día y con concierto de Alicia Ramos. Calle Peñuelas, 12.
La última parada que escuece a Vox aún no se ha inaugurado, todavía quedan algunos días pero los preparativos son intensos, reivindicativos, conmueven. Hay mucho movimiento dentro del Centro Cultural Consciencia Afro, porque en abril por fin abrirán sus puertas. Lo hará para poner en el centro la diversidad étnico-racial de este país. El crowdfunding funcionó, la gente lo entendió y se sumó masivamente, los arquitectos se enrollaron, se afroconcientizó todo el mundo de la necesidad de que el trabajo de este colectivo que viene pensando en la visibilidad y la acción de la comunidad afro en España hacia la transformación social tuviera un lugar propio, la casa, el hogar como espacio de resistencia, que decía Bell Hooks, una de sus presencias tutelares. Personas africanas y afrodescendientes componen este equipo multidisciplinario y coral, luego de su paso ya legendario como parte de las Residencias artísticas en las naves del Matadero que los convirtió en referentes. Para elles, originar y fortalecer lazos afectivos y la creación comunitaria entre personas y asociaciones son dos de sus faros guías. Para ello han desarrollado un plan de estrategias económicas y de difusión cultural que permita la supervivencia dinámica del espacio, como coworkings, talleres, proyectos de investigación, espacio escénico y librería. Allí seguirán desarrollándose el espacio educativo, la revista online, el espacio afrofeminista, el servicio de atención jurídica o la biblioteca. Y, por supuesto, el Festival Conciencia Afro. Esperamos eufóricas el momento en que la tercera puerta del eje del bien se abra hacia ese Madrid que existe y resiste y, ojalá, nuestros tres refugios logren despertar más consciencias hacia el amor, contra el odio y contra el mal.
GW
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