Todos los dolores de cabeza del Presidente en una sola sesión: la oposición mantiene la presión en el Congreso

La renuncia de José Luis Espert y su relación con “Fred” Machado, el salvataje financiero del Tesoro norteamericano, el Presupuesto 2026, la negativa del Gobierno de aplicar la emergencia en discapacidad, las denuncias de coimas de Karina Milei: todos los dolores de cabeza de Javier Milei, todos los escándalos que azotan al Gobierno en el último par de meses, tendrán una desembocadura explosiva este miércoles en la Cámara de Diputados, en una sesión agendada para las 12.
Martín Menem está casi resignado. Son demasiados frentes abiertos. El tiempo que había ganado la semana pasada, luego del anuncio del espaldarazo de Donald Trump, terminó jugándole en contra: retrasar una semana la sesión opositora solo consiguió que terminara coincidiendo con la explosión del escándalo Espert. Menem debe, ahora, lidiar con un temario que sintetiza dos meses de escándalos mientras aliados y opositores presionan para que Espert dé un paso al costado. No de la campaña, sino de la Cámara de Diputados.
Los propios reclaman que Espert se pida una licencia y, hasta tarde a la noche, muchos aliados continuaban presionando para que ocurriera. Descuentan que Espert, después de las declaraciones de Machado, no volverá a pisar el recinto. “Te la pasaste diciendo ‘cárcel o bala’ toda tu carrera, ¿con qué cara te vas a sentar en tu banca después?”, razona, irritado, un diputado de La Libertad Avanza.

Menem se resiste, sin embargo. Considera que sienta un mal precedente y que no tiene sentido echarlo cuando solo le quedan dos meses de diputado. Cree, además, que es inevitable que la oposición vaya a hacer leña con la caída de Espert en la sesión. Se tome o no licencia.
La oposición, mientras tanto, todavía no tomó una decisión sobre qué hacer con Espert. Facundo Manes amenaza con presentar una moción para echarlo de la Cámara, a pesar de que necesita de tres cuartos del cuerpo para abrir el temario, y generó furia en la bancada peronista por deslizar que había “canales entre el kirchnerismo y Milei” para evitarlo.
El peronismo se encuentra en una disyuntiva. El objetivo principal era remover a Espert de la presidencia de la comisión de Presupuesto, pero más allá de eso no hay consenso interno. Hay un proyecto de Victoria Tolosa Paz que plantea expulsarlo, pero no todos en el peronismo están de acuerdo. “¿Para qué lo vamos a echar? Si es Bruce Willis en Sexto Sentido. Ya está muerto”, reflexiona un diputado cristinista.
Buscarán ponerse de acuerdo con el resto de los bloques opositores en la reunión de labor parlamentaria previa a la sesión. Ninguno, excepto Manes, se muestra particularmente entusiasmado con avanzar con la expulsión de Espert. Para la mayoría es un tema terminado: Espert está acabado políticamente y más de uno tema que el Gobierno aproveche para utilizarlo para victimizarse.
El fantasma del desgobierno
El mayor temor de Menem para esta sesión es la sanción de la reforma de la Ley de DNU. La iniciativa, que tiene media sanción del Senado, le quitaría a Milei –y a cualquier futuro Ejecutivo– la facultad de emitir Decretos de Necesidad y Urgencia a mansalva sin control del Congreso. El proyecto es muy rígido: establece un plazo mínimo de 90 días para tratar los DNU en el Congreso –hoy se da, de hecho, una sanción tácita, ya que la mayoría de los DNU nunca se tratan– y exige que las dos cámaras lo aprueben. Hoy, con una sola cámara, alcanza.

El único objetivo del riojano, de acá al recambio legislativo de diciembre, será evitar la sanción de esta ley. No solo teme la forma que podrá limitar al Gobierno, que ha abusado de los DNU como un mecanismo para evitar tener que negociar en el Congreso. Le preocupa otra cosa: la imagen de desgobierno de Milei frente a la administración norteamericana.
Fue una de las principales exigencias del secretario del Tesoro, Scott Bessent, a cambio del salvataje financiero: gobernabilidad. El funcionario de Trump le demanda a Milei que demuestre que puede cerrar acuerdos con la oposición en el Congreso y mantener un cierto control político. El oficialismo teme que, si el Congreso le aprueba una reforma de la Ley de DNU, el Gobierno quede expuesto.
A pesar de que Milei ya tiene preparado el veto de la ley, Menem todavía intenta negociar con ex aliados para convencerlos de no votar la reforma. Hay muchos ex cambiemitas incómodos, como los radicales de Rodrigo de Loredo y la Coalición Cívica. Buscará presionarlos hasta el final para evitar el golpe.
La metralleta opositora
El temario es ambicioso y resume, en una sola sesión, casi la totalidad de leyes que la oposición quiere sancionar antes del recambio legislativo. Muchas serán emplazamientos, es decir: mociones para emplazar a las comisiones a que dictaminen los proyectos y poder tratarlos en el recinto sin necesitar los dos tercios.
Uno de los principales objetivos del peronismo, por ejemplo, es emplazar a la comisión de Presupuesto. Más allá de la renuncia de Espert a la presidencia, Unión por la Patria pretende marcarle la cancha al Gobierno y manejar los tiempos del debate del Presupuesto 2026. Buscarán tener un dictamen listo para principios de noviembre y evitar, así, que el Gobierno patee el debate hasta después de diciembre. O nunca (como sospechan varios en la oposición).

Hay muchas iniciativas vinculadas al tema de Discapacidad. La oposición buscará, primero, interpelar a Karina Milei y al ministro de Salud, Mario Lugones, por las denuncias de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). También se buscará avanzar con el emplazamiento de un proyecto de Juan Marino (UxP) que modifica la composición de la ANDIS.
La oposición buscará castigar a Guillermo Francos por la negativa del Ejecutivo a aplicar la ley de emergencia en discapacidad. Se tratarán varios emplazamientos que tienen como objetivo dar inicio a una moción de censura contra el jefe de Gabinete. No hay acuerdo interno en la multipartidaria opositora sobre si conviene echarlo o no, sin embargo. Un sector del peronismo y el pichettismo presiona para remover al jefe de Gabinete, mientras que los radicales sostienen que hay que interpelarlo, pero no echarlo.
El acuerdo con el Tesoro de Estados Unidos también estará en la agenda. Si bien son solo emplazamientos, la oposición buscará avanzar con un proyecto de Máximo Kirchner que reafirmar que cualquier nueva deuda tiene que tener, sí o sí, el acuerdo del Congreso. Un mensaje a Washington desde las entrañas de La Cámpora. También se buscará citar a Luis Caputo para que brinde precisiones del acuerdo con Bessent.
Finalmente, se buscará avanzar con la declaración de la emergencia en Ciencia y Técnica. Y, como frutilla del postre, se sancionará la ley de los gobernadores que coparticipa el impuesto de los combustibles líquidos. Se debatirá al final de la sesión: una zanahoria para que los mandatarios provinciales no amaguen con dinamitar el quórum durante la jornada.
MC/MG
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