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La campaña del “Sí”: el regreso de Rubí, mensaje positivo y la logística en los barrios

Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Julián Domínguez

Pablo Ibáñez

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Rojo, violeta y verde pero poco azul y el “Sí” como abracadabra para la campaña de la remontada. A menos de 6 semanas de la elección, el Frente de Todos (FdT) reingresó, tras los temblores de las PASO y la semana que vivió en peligro, en modo electoral y lo hizo de la mano del gurú catalán Antoni Gutiérrez Rubí, que en 2017 “coordinó” la aventura de Unidad Ciudadana en la provincia y luego se convirtió en el estratego de Sergio Massa.

Rubí es el cerebro detrás de la campaña que en estas horas pondrá en circulación en oficialismo luego de la paliza del 12-S. Es, por imperio de la sorpresa y las tormentas del FdT, una campaña de emergencia aunque parte de una base que el catalán explora como línea general de la comunicación, que antes propuso vía Massa en el laboratorio oficial pero que, además, ensayó en el mensaje del jefe de Diputados.

Con un reflujo plebiscitario, el asesor catalán propuso una “campaña positiva” que tiene como eje el “Sí” de lo que se quiere y evita, en la medida que la dinámica y el ring político lo permita, la discusión negativa. En los bosquejos que circulan, predominan los colores rojo, violeta y verde, y pierde centralidad el azul característico del Frente de Todos pero, además, el color emblema del PJ del Frente para la Victoria (FpV). El catalán le expuso su plan de campaña a los Fernández, Alberto y Cristina, a Massa, Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Juan Manzur.

“Nosotros somos el sí, ellos son el no”, sintetiza un campañólogo del FdT el perfil que tendrá la nueva comunicación que empezará a rotar en las próximas horas, primero con afichería y vía pública, y luego con spot que en medios se difundirán desde el fin de semana pero que antes circularán por redes. Hubo, antes, algunos indicios: la idea del “sí” la incorporó Alberto Fernández en los pocos discursos que hizo en estos días y este miércoles tuvo una expresión más concreta en la comunicación política en torno el pulseo por la ley de Etiquetado Frontal.

El oficialismo acusó a Juntos por el Cambio (JxC) de no haber dado quórum para el tratamiento de ese proyecto que tuvo media sanción en el Senado y entre cuyos autores se encuentra Julio Cobos, senador de Juntos por el Cambio. El FdT, que tuvo su debate interno en la previa, no consiguió número para tratar el proyecto y, en el lenguaje de campaña, apareció ese claroscuro que hasta se reflejó en un flyer: el FdT Sí; Juntos No.

Regresado

El regreso de Rubí, aunque hace tiempo colabora con Massa, se produjo por una sugerencia directa de Cristina Kirchner. En Casa Rosada cuentan, aunque en el Senado lo relativizan, que la vice llamó al consultor para que se haga cargo de la campaña en lugar de Juan Courel, que diagramó la campaña del 2019 y estuvo a cargo de la de las PASO del 2021.

Courel, que aportó el eslogan “La vida que queremos”, había ingresado al dispositivo campañista vía Santiago Cafiero y cuando el funcionario dejó la jefatura de Gabinete y Juan Manzur quedó como “jefe general” de campaña, tomó el control de la comunicación oficial pero delegó en el comando FdT la orientación del tramo electoral.

Salen Courel y Cafiero pero se mantiene la mesa donde están delegados de Massa, Claudio Ambrosini y Santiago García Vásquez y de La Cámpora, representada por Hernán Reibel, además de las agencias y directores que trabajaron en los spots anteriores, entre ellos de Santiago “Patucho” Alvarez. En el armado de contenidos aparece, con terminales en Alberto Fernández y el el PJ, un aporte de Enrique “Pepe” Albistur que es, as su vez, jefe de campaña “cama adentro” de Victoria Tolosa Paz. Marcelo Martín y Juan Rossi por Presidente y Valeria Zapesochny, del staff de Manzur, también tiene lugar en la mesa donde aporta Jesica Rey en nombre de Axel Kicillof. Hay, luego, instancias políticas.

“Antoni apuesta a una narrativa más que a un slogan o un mensaje: es el momento de recuperar cercanía con la gente, de que la gestión de respuestas”, hace campaña de la campaña un operador del FdT. Rubí, con mucho rodaje en travesías proselitistas, se excusa de hablar. “No soy fuente”, manda a decir ante una consulta de elDiarioAR. Aunque es prolífico en la publicación de libros y textos, el catalán no suele hablar cuando está al frente de una campaña.

La otra campaña

Hace dos semanas, Fernández comenzó con reuniones de cercanía, “bajadas” para charlas y contactos sin intermediación. Forma parte, según explican en Gobierno, del proceso de “cercanía” que tiene como pieza adicional una gestión que, afirman, comenzó a mostrar otra dinámica. Manzur, muy proactivo, le da ese ritmo aunque en la práctica no deja de tener cierta característica coreográfica.

Casi sin discursos ni actos, habrá en paralelo una localización de las campañas, que en algún lugar tendrán una dinámica más provincial o incluso municipal. En Casa Rosada hicieron, en paralelo, un mapa de los territorios donde se debería mejorar sustancialmente el resultado de las PASO y habrá, sobre ellos, despliegues específicos de gestión y comunicación.

Una duda en torno a la campaña del “Sí” radica en su propia entidad: hablar de sí, además del foco positivo, supone -aunque no se quiera- la idea de plebiscitar la gestión y el resultado de las PASO fue claro y contundente en ese aspecto. De ahí que más allá de la campaña, y el mensaje del “sí”, la apuesta del oficialismo se concentra en la logística electoral, en particular en los barrios donde, especulan, debería mejorar la performance del FdT porque fue menos gente a votar entre potenciales votantes del oficialismo.

“Lo que necesitamos es un buen laburo en el territorio, mucha presencia, hablar y escuchar: y entender que la gente la pasó mal y está enojada, y entender ese enojo, aceptarlo”, apuntó un dirigente involucrado en el diseño electoral.

PI

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