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ENTREVISTA
Emmanuel Álvarez Agis: “La de Milei es la declaración más irresponsable de un candidato desde la vuelta de la democracia”

Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía.

Diego Genoud

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El director de PxQ Consultora y ex viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, consideró que los dichos del candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, sobre “sacar los plazos fijos en pesos” es la “declaración más irresponsable de un candidato desde la vuelta de la democracia”. “Si formás parte de un partido político que sólo puede ganar el poder y gobernar bien a posteriori de un 2001, dedícate a otra cosa, hermano”, apuntó contra el libertario. La debilidad del Gobierno y el impacto de las políticas implementadas por el candidato de Unión por la Patria (UP), Sergio Massa, son otros de los puntos que analiza en esta entrevista.

El ritmo político económico está marcado por el dólar blue, que está arriba de los $1.000, el Contado con Liquidación (CCL) a $980 y dólar MEP, a $850. Massa acusa de irresponsable al postulante de La Libertad Avanza; Juntos por el Cambio (JxC) que acusa a Massa de fogonear la inflación con emisión; y Milei que dice que los pesos son excremento. La mayor parte de la sociedad vive con angustia este momento. ¿Qué puede pasar si todo sigue en esta dinámica y cómo se llega hasta el 22 de octubre?

‒Con esta dinámica, el 22 de octubre es larguísimo plazo. El Banco Central vendió 220 millones de dólares. No podés estar nueve ruedas vendiendo 200 palos, porque aparte todos sabemos que no es lineal. Veníamos de vender 70, pasamos a 90 y después, 130, si no me falla la memoria. Ahora, 220. Esas no son dinámicas sostenibles. Se combinan tres cosas y por eso, el escenario es tan frágil. A mediano plazo, una muy mala política económica del Frente de Todos (FdT) en muchos aspectos, pero fundamentalmente en el frente de los dólares, que es el más importante de la economía argentina. El Banco Central 2021 y 2022 fue un colador de dólares, como lo hemos visto en la historia. Años de buenos precios internacionales y de superávit comerciales robustos, y al Banco Central no le quedaba una moneda por mala administración de la política económica y de la política monetaria, en particular. Trascartón, la peor sequía de la historia. Llegás muy flaco a la sequía, pero es la peor de la historia. Y arriba de eso, un candidato que ya no fogonea una corrida cambiaria; que es moneda corriente en los años de elección; sino que te fogonea una corrida bancaria, que es el único problema que Argentina no tenía. Si hay algo que aprendió en su historia después de la macana de 2001, que fue una absoluta irresponsabilidad de los bancos, es justamente darse un marco regulatorio en el que hoy no podés tener un problema de que estén insolventes. Es decir, que la gente vaya a buscar la plata y no esté. Pero son bancos, no son un chanchito en el que vos dejás las monedas ahí guardadas y un día lo rompés. Si todos vamos a buscar la plata el mismo día, no resiste el sistema financiero en Argentina o en Suiza. Bueno, tenés un tipo que te dice “andá a buscarla ahora porque cuando pesos no hay más cuando yo gane. Vamos a dolarizar”. Entonces combina esas tres situaciones y nos pone en este escenario de fragilidad. Una corrida bancaria es coquetear con una tragedia. Funde gente, desaparecen empresas y no se pagan sueldos. O sea, no es lo mismo que devaluar 20, 50, 60% de la moneda. Es una cosa de otra categoría. La de Milei es la declaración más irresponsable de un candidato desde la vuelta de la democracia.

Ahora estamos en manos de Milei, entonces. Tenemos a ese candidato que considera a los pesos como excrementos, y un Gobierno, en una debilidad extrema por las reservas, ¿dependemos de que el postulante de La Libertad Avanza recapacite para llegar al 22?

‒No del todo, porque el Gobierno sigue al mando de la política económica, pero tiene pocas herramientas y poca materia prima con la que enfrentar una una corrida. Ahora, punto importante. Milei decía lo mismo cuando era panelista de televisión. ¿Y por qué el mercado no se destruía como se destruyó en estos días? Número uno, porque la economía estaba más sólida. Número dos, porque era un tipo que opinaba la política económica, nada más. Ahora no es un consultor hablando, hoy es el candidato más votado en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Entonces, voy al revés. Si yo te digo: “Tengo una pistola que tiene tres agujeros para poner una bala y tiene una bala. ¿Juegas a la ruleta rusa? En una de tres te morís”. Vos me decís: “No, una de tres es una chance baja, pero no juego”. El 11 de diciembre, no hay más pesos en la economía argentina. ¿Qué vas a hacer? ¿Te vas a quedar con pesos? Porque si Milei dijera los pesos son hermosos, pero voy a dolarizar, genera lo mismo. Lo que pasa que ahora está intentando explicárselo hasta al argentino más estúpido que no sepa sumar y restar para que todo el mundo esté avivado de que lo peor que podés hacer es quedarte con pesos en el bolsillo. Y si hay alguien que entiende a la hiperinflación como que desaparezcan las ganas de la gente de tener pesos es Milei, que definió la hiperinflación mil veces exactamente de esta manera. Una hiperinflación es un escenario en el que la demanda de pesos cae a cero. ¿Qué está diciendo Milei? “Che, sáquense todos los pesos encima” O sea, que caiga cero, O sea, generar una híper. Creo yo, no inocentemente. La evidencia internacional es bastante abundante: es muy difícil que un outsider gane en balotaje. Entonces, Milei está quemando las naves hoy porque dice “por ahí si me meto en un balotaje no tengo la chance de que me vote la mitad más uno. Un 30% de la sociedad me puede votar, pero 51 ya es mucho”. Ahora, la verdad que romper el país para quedárselo me hace acordar a a la fábula del Rey Salomón. Las declaraciones de la mañana de Patricia Bullrich ayudan, que ella diga “che, no se puede joder con el sistema financiero”. Es buena la reacción de todos los bancos de la Argentina que le están diciendo a los candidatos -por ser cordial porque la verdad se lo están diciendo a Milei- que con ciertas cosas que no se jode, pero no porque es el negocio de los bancos. Para que se entienda, toda persona que cobra su sueldo con una tarjeta de débito está amenazada por este tipo de declaraciones, porque si tu banco entra en un problema, y le queda atrapada la plata a la compañía que te tiene que pagar el sueldo mañana, vos no cobrás el sueldo mañana. No es la Argentina de los 70's, cuando las cosas se hacían con billetes. La mayor parte de la economía se mueve con dinero bancarizado, entonces es un nivel de irresponsabilidad insólito.

Muchos piensan que Milei apuesta a una hiperinflación para ganar en primera vuelta y también para avanzar en su programa de gobierno. Son dos pájaros de un tiro. Es decir, llego con salarios pulverizados, con la hiperinflación ya desatada y con un dólar descontrolado, que le va a facilitar la tarea de dolarizar la economía.

‒Milei es claro cuando tiene ganas de ser claro, pero cuando no le conviene, no es tan claro. Él viene de declarar en Mar del Plata que cuánto más alto es el dólar, más fácil es dolarizar. Para esto no hay que ser economista. Si yo te pregunto, cuando sube el dólar, ¿qué pasa con tu sueldo? Se hace pomada, porque sabe que cuando sube el dólar sube todo, menos tu sueldo. En realidad lo que habría que decir para ser realmente honesto que es que cuánto más bajo esté tu salario, más fácil dolarizar. Al final del día, es un programa que requiere que los argentinos cobremos 50 dólares por mes para terminar con la inflación. Ese tipo de programas yo los conozco. Es como el médico que le decís que te duele la rodilla y te da una pastilla que te rompe el estómago, y decís “arréglamelo el problema, no me lo cambies de lugar y me lo hagas más grave”. La dolarización es eso. En vez de arreglar el problema de la inflación, vamos a ir a un mega desempleo y una mega crisis que nos va a dejar peor que antes.

Massa habló contra los especuladores. Dijo: "Los voy a meter presos". El secretario de Finanzas, Eduardo Setti, marcó la diferencia que hay entre el blue y los financieros, y apuntó que hay cuatro vivos que están operando sobre la expectativa de la gente. ¿Cómo llega el Gobierno a este nivel de debilidad para que “cuatro vivos” estén definiendo la posibilidad de que el Ministro de Economía, el hombre más poderoso del gobierno, llegue o no llegue con chances al 22 de octubre? ¿Cuál es la responsabilidad del propio Gobierno?

‒Si cuatro vivos te ponen el dólar en mil pesos, es que sos muy salame, no que los cuatro son muy vivos. Salvo que los cuatro sean George Soros, Elon Musk y Jeff Bezos, y hayan venido con toda su guita a generar una corrida cambiaria. Lo que está pasando es que llegaste muy frágil a esta situación. Esa es la responsabilidad del Gobierno. En esto hay que ser sincero. Un hombre de Estado también tiene una responsabilidad. Y esto vale para una gran compañía, para un gran inversor o para el que se asustó y fue a comprar dólares, uno no toma esa decisión para venderlos pasado mañana, uno está diciendo que compra dólares porque el 11 de diciembre por ahí no hay más pesos. Entonces, la realidad es que la política económica, que siempre tiene como tarea marcar un horizonte concreto, tiene una interrupción, que es que ese día de diciembre puede cambiar. ¿Con qué chance? Para peor. Si vos me decís “che, ¿cuál es la mejor estrategia ante una dolarización?” La mejor estrategia de cobertura financiera, como se denomina. No hay que tener un doctorado en economía, es comprar dólares. Si gana Bullrich aplica el programa (del economista) Carlos Melconian, desdobla el mercado cambiario, hay un dólar comercial, hay un dólar financiero, la deuda comercial no la paga la nueva, sí. Ahí tenemos que estar hablando una hora de tecnicismos, algunas especulaciones y hacer supuestos. Ahora, viene un tipo y te dice “no va a haber más pesos, van a ser todos dólares”. Si tenés 100 lucas en el banco, ¿vas a hacer un plazo fijo que venza el 11 de diciembre? Ni en pedo. De vuelta: al César lo que es del César. Y en esto, el mercado no habla por los diarios, para hablar pone guita. Cuando el FdT anunció que el candidato era Massa, los bonos subieron de precio y la brecha cayó. A mí me puede gustar más o menos Massa, no importa. Pero la lectura del mercado de la candidatura de Massa fue buena. Cuando Milei ganó la elección, el mercado no se movió y dijo “quizás este tipo empieza a hablar más como un hombre Estado”. De hecho, fue lo que empezó a hacer los primeros días. Después se guardó, un día salió y dijo: “Mi presidente del Banco Central si yo gano va a ser Emilio Campo y tiene como tarea cerrar esa entidad”. No estoy mintiendo, podés mirar los números. Ese día empezaron a caer los bonos, y a subir el riesgo país y el dólar paralelo. El problema es que estás al borde de la cornisa y fuiste hasta ahí solito caminando, y ahora que viene y te empieza a empujar en Milei, y esa es la responsabilidad que le cabe a él no como analista ni panelista de la tele, sino como el candidato más votado en las PASO.

Antes de esto, Massa dijo -en un programa de televisión y lo reitero después si gana Milei- viene un Plan Bonex.

‒No es que lo dijo Massa. Lo dijo el que hasta no hace mucho era uno de los principales asesores de Milei, que fue Carlos Rodríguez. Él dijo: “Para dolarizar, como propone Milei, necesitamos un Bonex”. Es una palabra elegante para decirte: “¿Cuántos son tus ahorros? ¿Tenés 1 millón de pesos en un plazo fijo? Bueno, te los vamos a sacar y te vamos a dar un bono por el 20% del valor de ese millón de pesos al dólar que se me cante, a diez años. Ponele que tenés que evaluar si es una buena o una mala noticia, pero en el medio de eso la inflación se te va 30% mensual y no te suben el sueldo. Y decís: ”Ahora necesito la guita al plazo fijo porque ahora ya no es ahorro. Necesito para vivir“. Cuando vayas y lo tengas que malvender, te vas a dar cuenta lo que te hicieron. Te acaban de chorear el 80% de tu ahorro. Eso es un Bonex. Uno puede decir que se puede evitar una hiperinflación con un Bonex. Es como que te digan que se puede evitar la uña encarnada cortándote el pie. Bueno, gracias, pero prefiero otro médico. Si mirás la historia lo que ocurre es que el ex canciller Guido Di Tella dice el dólar recontra alto con (el ex presidente Carlos) Menem, y le genera una híper a (el ex mandatario Raúl) Alfonsín, pero también lo que genera es que el primero tenga que hacer el Plan Bonex y que, a posteriori de ese programa, venga otra híper, que casi se lleva puesto a Menem. Hoy uno no se acuerda porque te acordás el Menem exitoso de (el ex ministro de Economía Domingo) Cavallo. Pero tardó dos años, no en estabilizar la economía, en frenar saqueos y en que no se lo llevaran puesto. Era un Menem que venía con todo el peronismo unificado, con el radicalismo destruido y no había más nada en el escenario político este argentino. Esto no es joda, porque si Milei se come ”la colita“ de una hiperinflación... estás hablando de una persona que no tiene mayoría parlamentaria.

(El ex presidente del Banco Central Martín) Redrado dijo hace diez días que ve muy bajas chances de una hiperinflación. Sin embargo hace mucho que estamos hablando de 1989, la experiencia del alfonsinismo y “Diario de la temporada en el quinto piso”, el libro de Juan Carlos Torre que recomendaba la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. ¿Vos pensás que es posible descartar un escenario de ese tipo o hay que cambiar cosas para evitar ese escenario?

‒Quiero ser muy claro. Hace tres años y medio que me preguntan dos veces por mes si hay una híper a la vuelta de la esquina. Siempre contesté no, ahora contesto que la chance no es cero. ¿Y por qué contesto eso? Porque una hiperinflación no es que uno se chupa el dedo y dice “a ver si hay clima de híper”. Hay un checklist que cualquier economista profesional tiene que hacer. Obviamente, esos dependen de la teoría económica que tenga cada uno. Te digo los que a mí me parecen relevantes. Número uno: tenés que venir con una inflación de arrastre fuerte. Tenés 12 mensual. Ojalá lo midiéramos anual, ya uno empieza a medirlo mensual. Segundo: un evento disruptivo, exógeno, que te estrangule la cuenta de dólares. Puede ser la destrucción de la guerra en la Alemania, que después va la híper; o puede ser la suba de la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) que le pega Alfonsín y le espiraliza los pagos de deuda. Bueno, estamos en la peor sequía de la historia. Tercer punto: debilidad política. El Gobierno sale tercero. Esos check están. Cosas que no hay: déficit fiscal descontrolado. Nadie mira un número, digamos. Massa puede anunciar 50 planes platita, pero el déficit fiscal cae mes a mes, porque metiste 25 puntos de inflación en dos meses. Si no subís un poco el gasto, haces el ajuste fiscal de verdad con la motosierra. Segundo punto: la hiper de 1989 se genera en un marco de ausencia de cepo. Hoy tenés cepo. Eso es a favor. En el checklist en contra hay una cosa que para mí es muy difícil de comprender. El problema de la actualidad es que la velocidad en la que te podés meter en una híper es más alta que en el pasado. ¿Por qué? Lo explico sin entrar en tecnicismos. Para hacer un plazo fijo en 1989, tenías que agarrar todos los billetitos, ir al banco con un bolso, depositarlos, te daban una cartulina y volver al otro día a hacer ese ejercicio. No hace mucho, Martín Lousteau me contaba una anécdota de cuando él empezó a estudiar Economía. Fue a una pizzería con unos amigos y el pizzero le dice: “Si me pagan antes de irse les cobro esto, pero si me pagan cuando se van les cobro 30% más”. Entonces parece que Martín le dice, ¿por qué? Si me pagan ahora, llego al banco a depositar la guita. Hoy no tenés que ir al banco a depositar la guita, cobrás por acá por el celular y podés comprar dólares con un touch. La velocidad a la cual la gente se puede ir de los pesos no es la velocidad a la que podamos ir corriendo al banco de Lavalle y Florida, y salir corriendo a la cueva de la vuelta y cambiar los dólares. El Silicon Valley Bank se cayó sin que ningún tipo vaya a golpearle la puerta.

Endeudamiento récord del (ex presidente) Mauricio Macri con el sector privado y el público. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se sienta en la mesa de decisiones en 2019. Vos participaste de lo que fue una transición con Guido Sandleris, Hernán Lacunza y algún otro funcionario que ahora se me escapa. Eso hoy parece imposible. ¿Por qué la clase política no activa un entendimiento? ¿Qué está esperando?

‒A mí me parece que tiene un poco que ver con que, por ejemplo, Alberto Fernández no le decía asesino de bebés a Macri. Si de repente la discusión política se puso en clave de montonera, asesino y chorro, no sé qué, romper esos puentes implica que vos cuando tenés que cruzar el río, lo tenés que hacer a nado. Ahora hay alguien que abreva en el pánico y que suma votos así. La verdad que a mí me han llenado la cara de dedos por ponerle un techo al dólar, porque me dicen que salvé a Macri, logré que tenga siete diputados más y que recupere diez puntos. Es verdad, pero también evitamos que 20% de los argentinos caigan bajo la línea de pobreza. Entonces yo, siete diputados o 20 puntos de pobreza, y yo te entrego los siete diputados contento. Mi punto es si a vos te pareció mal ponerle un techo al dólar en 60 pesos para salvar a Macri, yo digo a Argentina, ahora no te quejes la que dice Milei. Cada uno muere en su ley. Mi definición de un hombre de Estado es un tipo que si está delante del rey Salomón, le dice que no corte el nene, que se lo lleve él, porque no rompe el país para gobernarlo. Si vos formás parte de un partido político que sólo puede ganar el poder y gobernar bien a posteriori de un 2001, dedícate a otra cosa hermano. El desafío es agarrar una bomba y desarmar eso cablecito por cablecito, no hacer que la bomba le explote al otro y decir: “¿Saben qué? Este era un estúpido”. Además, la estrategia de eso es poner la pobreza en 60 puntos y cuando la baje a 50, decirte que mejoramos y vos decís, pero pará, teníamos 40. O sea, me matás para que, cuando me dejás de pegar, yo me sienta un poquito bien. No vale así.

Al comienzo de la charla hablabas de cómo el FdT dilapidó un superávit comercial excepcional, cuestión de la que no se suele hablar mucho, aunque en su momento hablaba Cristina Kirchner antes de que Massa fuera ministro de Economía y candidato. Llega muy jugado, pero después tenés una devaluación al día siguiente de las elecciones, ejecutada por el ministro. Él dice ordenada por el FMI. Vos fuiste uno de los pocos cercanos al oficialismo que fue muy crítico de esa devaluación. Nunca en mi carrera me tocó ver algo tan débil desde lo técnico uno devalúa y paga un costo inflacionario para recuperar reservas. ¿Cómo es posible que el Gobierno se haya pegado ese tiro en plena campaña en la que está peleando por su sobrevida?

‒Estamos buscando culpables donde no los hay. O sea, entiendo que hay una sana diferencia entre un político que cuenta con el aval de los votos y un economista, que tiene un saber técnico que muchas veces lo puede tranfuguear para beneficiar intereses espurios. De ahí a pensar que todo es político, hay un trecho, y acá estamos. ¿A qué me refiero? En la pandemia, uno no discutía con los infectólogos si el virus se transmitía por aire. No le decíamos no, vos porque sos de derecha. Entonces decís que el virus se transmite por aire. ¿Te imaginás a alguien hablando así? Sería un demente. Massa puede tener un equipo, pero todos sabemos que en cada coalición política hay herramientas de la política económica que están prohibidas por razones ideológicas. De hecho, Massa devaluó cuando tuvo el agua al cuello. Algunos decíamos que haga una devaluación compensada apenas asumís y por ahí sí te creía que podías poner la inflación en 4 puntos. La pusiste en 12, ¿por qué? Porque vos devalúas y el mercado te dice “devaluaste, me imagino que por los próximos seis meses no devalúas”. “En 40 días tenés un cambio de Gobierno”. Es un gobierno que se va. No puede evaluar por razones técnicas, porque el horizonte lo tiene muy cortito. Si internaliza eso, tiene que poner a jugar una serie de herramientas que son muy difíciles de manejar y que seguramente te lastimen a la economía porque el horizonte es muy corto. Una cosa es que este tipo de evalúo, pero le quedan cuatro años, la política económica la va acomodar; y otra es que devaluó y quiere que nadie compre dólares hasta el 10 de diciembre. Bueno, tenés que poner la tasa de interés en 500% para hacer eso y ahí se te funde una PyME. A sabiendas no podés decidir una devaluación de esa manera y, sobre todo la política económica va mandando señales. Las tres semanas previas a las elecciones no había ni una señal de que el dólar iba a ir a ese lugar. Entonces, cuando lo hiciste, agarraste a todo el mundo a contrapié y después, ni te digo las cuestiones técnicas, te digo las cuestiones de alguien que más o menos está interesado en economía va a entender. No puede ser que vos evalúes y la nafta te la suban 12,5% al otro día porque se le ocurre a las estaciones de servicio. No puede ser que devalúe y al otro día (Pablo) Moyano y (Sergio) Palazzo te reabran paritarias, que son los tuyos, imagínate los troskos.

Milei es un fenómeno para discutir. Es la ultraderecha, reivindica el menemismo y tiene una compañera de fórmula (Victoria Villarruel) que reivindica la dictadura militar. Desde el punto de vista económico, ¿qué intereses distintos expresa este candidato de los que pretendía expresar Macri en su momento?

‒Se van a escribir muchos libros sobre la explicación de Milei. Hay dos cosas. Mi explicación más sociológica politológica no tiene muchas palabras esdrújulas, digamos. Diría que si gobernar como el orto, gana Milei. Tengo una explicación bien básica. En términos de intereses, pasó algo que en otras economías se absorben la estructura partidaria. ¿A qué me refiero? En Estados Unidos también hay un ala extrema que dice los impuestos están mal. Se llama TEA Party, no gana. Es algo que le es funcional a correr la agenda para derecha para después negociar. Pero, ¿eso por qué ocurre? Porque cuando ganan los republicanos hacen las cosas más o menos bien para un lado; y cuando ganan los demócratas hacen las cosas más o menos bien para el otro. Nadie se pone el país de sombrero. Hay tipos que me dicen 180 grados a la derecha, 180 grados a la izquierda, pero nadie le da mucha bola, porque estas dos coaliciones al país lo llevan. En Uruguay pasa lo mismo. Viene Macri y te duplica la inflación de Fernández de Kirchner; y viene Fernández y te triplica la de Macri. Milei no representa ningún interés económico, es un accidente de la caterva de macanas en política económica. La gente hubiese votado otra cosa, pero no se presentó otro candidato, se presentó Milei. Hay una persona que no se le entiende bien, otra que la llevó la inflación a 12 puntos mensual y hay uno con una motosierra. Si yo me tomé dos cerveza, estoy con el de la motosierra. Y me parece que no se puede acusar al votante de Milei de que no se da cuenta que puede ser peor. Andá a cagar. ¿Peor que esto? Es difícil creerlo. Sí se puede ser peor, pero necesitas un doctorado en economía para entender que se puede estar peor, y la gente no tiene un doctorado. A Dios, gracias. No estudia 24/7 para ver a quién votar. Paradójicamente, Milei es un outsider que fue generado en las entrañas de la clase política argentina por administrar la cosa económica muy mal durante mucho tiempo.

Entrevista realizada por Diego Genoud en su programa Fuera de Tiempo (Radio Con Vos).

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