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Si se aprueba, CFK no podrá ser candidata

Final abierto: el Gobierno no logró boicotear la sesión y el Senado se encamina a convertir la Ficha Limpia en ley

Victoria Villarruel, defensora de la Ficha Limpia, presidirá la sesión.

María Cafferata

7 de mayo de 2025 07:02 h

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Todo está listo para que, este miércoles, el Senado sancione la Ficha Limpia, una ley que, de aprobarse, impedirá que Cristina Fernández de Kirchner pueda volver a candidatearse para un cargo nacional. Atrapado en su propia estrategia, el Gobierno hizo lo imposible para embarrar la sesión: dejó trascender que no estaba el número, mandó a juntar firmas como si fueran una ONG y, como frutilla del postre, amenazó con incluir un proyecto para congelar las dietas de los senadores. Al final, el libertario Ezequiel Atauche se granjeó el odio de sus compañeros. Pero no logró bajar la sesión. Los votos, otra historia. 

Emisario de Santiago Caputo en el Senado de la Nación, el jefe de la bancada libertaria, el jujeño Atauche, terminó resignándose ante lo inevitable: se le había agotado el crédito político, los aliados se habían hartado de las idas y vueltas de la novela de Ficha Limpia y estaban dispuestos a perder la votación con tal de no volver a dilatar la discusión. Había logrado desactivar las dos últimas sesiones, pero la tercera había sido la vencida. Hoy poco después las 11.30 abrió la sesión por Ficha Limpia.

No solo eso. También se debatirán las autoridades de la Cámara alta y un proyecto que declara la emergencia de Bahía Blanca. El peronismo, en pie de guerra contra un proyecto que, denuncian, busca proscribir a CFK, buscará cobrarse su revancha y presentar un proyecto para interpelar a Karina Milei por el caso $LIBRA

Maniobras y contramaniobras

Si bien falló, Atauche intentó desactivar la sesión hasta último momento. Desprolijamente y a las patadas. La última maniobra consistió en amagar con incluir un proyecto que propone prorrogar el congelamiento de las dietas de los senadores, que en mayo aumentaron a más de 6 millones de pesos. El objetivo de la jugada, digitada desde la oficina de Caputo en Casa Rosada, no quedaba del todo clara. 

En el PRO especulaban que el Gobierno buscaba embarrar la cancha, tapar la sanción de la Ficha Limpia con el debate sobre cuánto ganan los senadores. “Es 100% Santiago Caputo. Reemplazar el festejo del PRO con Ficha Limpia y apuntarle a la casta”, desliza un senador amarillo. 

En la práctica, sin embargo, lo único que logró fue generar confusión y más enojo contra el jefe de la bancada libertaria. “Atauche, ¿vos me vas a poner de tu bolsillo lo que me saquen con esta ley?”, lo increpó, furiosa, una senadora aliada por los pasillos del Senado. Era mediodía, Atauche todavía trabajaba con la idea de que se presentaría un proyecto sobre las dietas —que aún ni existía— y solo atinó a reírse, incómodo. “No, no”, le respondió, buscando esquivarla. 

La senadora continuó increpándolo durante unos minutos, acusándolo de hipócrita. Y, cuando Atauche logró liberarse, caminó unos pasos y se dio de frente con otro senador, esta vez radical, que también lo insultó por el proyecto.

El clima en el Senado era hostil. Al cansancio por las maniobras del Ejecutivo para no tratar Ficha Limpia se le sumaba la desprolijidad de los voceros del oficialismo. Atauche había metido la pata hace un par de semanas, cuando en una reunión de labor con todos los jefes de bloque opositores admitió que al Gobierno no le interesaba tratar Ficha Limpia, y desde entonces se paraba de tropezarse con nuevos errores no forzados.

Hasta el oficialismo estaba harto. “Si no querían que saliera tendrían que haberlo manejado de otra forma”, mascullaba un senador libertario, que entraba y salía de la oficina de Victoria Villarruel

La presidenta del Senado, mientras tanto, había decidido guardar un silencio cauteloso. Villarruel respalda la ley de Ficha Limpia y sabe que el Ejecutivo no, por lo que mira el debate desde afuera. Casi ni participó en la reunión de labor parlamentaria que se desarrolló por la tarde en su propio despacho. La vicepresidenta tiene, de momento, otra prioridad: votar las autoridades del Senado, una tarea pendiente que quedó trunca en febrero, cuando los santacruceños Natalia Gadano y José Carambia se rebelaron y le retacearon el quórum.

El objetivo de la vice es designar a su asesor, el cordobés Emilio Viramonte, en la Secretaría Administrativa. El cargo quedó vacante desde que renunció María Laura Izzo, y Villarruel necesita asegurarse que lo ocupe un dirigente de su riñón. Enemistada con el Ejecutivo y desgastada su relación con los senadores, la vicepresidenta necesita comenzar a recuperar el control del Senado

“Nosotros estamos”

Luego de varias idas y vueltas, de boicots y sesiones suspendidas, de operaciones mediáticas y provocaciones electorales, el Senado tratará el proyecto de Ficha Limpia. El proyecto, que tuvo media sanción en Diputados en febrero, necesita conseguir unos 37 votos para sancionarse, ya que requiere una mayoría especial por ser una reforma electoral. Los únicos senadores que se oponen abiertamente a su sanción son los peronistas de Unión por la Patria, que representan un total de 34 votos. Del otro lado, entre PRO, radicales, libertarios y fuerzas provinciales, quedan 38 votos: uno más del necesario para sancionar la ley. 

En la teoría, hay número para sancionar Ficha Limpia. Pero la realidad práctica, sin embargo, es muy distinta.

Nosotros estamos todos”, advierten, desde el lunes, los senadores del PRO y el radicalismo, buscando dejar en claro que si la sesión se frustra por falta de número será responsabilidad del Gobierno. Los aliados sospechan. Miran con atención a los gobernadores del Norte, habituales aliados del Gobierno. Desconfían del Ejecutivo y advierten que, cualquier ausencia intempestiva, será una señal de que el Gobierno levantó el teléfono para bajar la sesión. 

En los despachos de LLA, mientras tanto, señalan que hay número para sancionar el proyecto, que prohíbe las candidaturas nacionales de las personas condenadas en segunda instancia por delitos de corrupción. “Va a haber sesión y se va a sancionar”, juran y rejuran. 

Los aliados, sin embargo, no les creen. Algunos sospechan que el oficialismo intentará, en consonancia a lo que pide un sector del radicalismo, introducir modificaciones de último momento, de manera tal que el proyecto vuelva a girar a Diputados. Están alertas. Su estrategia es ir a sentarse y, en el caso de que todo fracase, exponer al oficialismo. 

El peronismo, mientras tanto, guarda silencio. Los alfiles de UxP apuestan a que la elección porteña haga el trabajo suyo por ellos: saben que el Gobierno no quiere darle una victoria a Silvia Lospennato, autora intelectual (aunque no material) de la Ficha Limpia, una semana antes de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires. Por lo que dejan hacer. 

Por la tarde, algunos senadores estuvieron en el Instituto Patria, reunidos con CFK. Esperando lo mejor y preparándose para lo peor. Si la ley sale se buscará judicializar. Pero primero quieren ver si están los votos.

MC/JJD

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