Dos horas en vivo, sin público: arranca el debate Lula-Bolsonaro
Un fuerte operativo de seguridad -montado por la policía militar paulista, pero también con presencia de agentes federales- rodea a la emisora Bandeirantes. En breve deben llegar los dos grandes protagonistas del primer debate electoral de 2022, el presidente Jair Bolsonaro y su adversario Luiz Inácio Lula da Silva, quienes desde temprano llegaron a la capital paulista para ultimar los detalles de la primera confrontación en vivo. Tanto para uno como para otro, pasó tiempo desde sus últimas experiencias de discusión con otros postulantes en un set televisivo. En el caso del ex mandatario fue en 2006, cuando afrontó al entonces adversario Geraldo Alckmin, que hoy lo acompaña como vice en la fórmula presidencial. Bolsonaro pasó solo por dos pruebas en 2018, antes de la primera vuelta, cuando encaró a su principal opositora de entonces, la ex ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.
Después de aquellas confrontaciones, el actual presidente habría de sufrir el 6 de septiembre un atentado, con cuchillo, en Juiz de Fora (Minas Gerais). La grave herida recibida, que casi le produjo la muerte, lo obligó a permanecer largo tiempo internado, lo que le impidió volver a presentarse en público. En esa época, y debido al atentado, tuvo una gran exposición televisiva y radial, que lo mostraba día a día desde su lecho de enfermo. Se afirma que eso lo ayudó a ganar el corazón de una extendida franja del electorado y le garantizó la victoria.
En aquel último sketch televisivo antes del ataque, Bolsonaro se mostró virulento y muy apegado a su discurso de ultraderecha. Desde esa postura llegó a criticar con voz exaltada a Silva por ser favorable a la legalización del aborto y de la marihuana, y a la vez profesar la fe evangélica. Con voz tensa le enrostró en esa oportunidad: “Usted no tiene idea de lo que es tener un hijo en el mundo de las drogas, no sabe nada de eso”. Y enseguida propuso “la castración química del estuprador”.
Esa actitud de violencia contenida no deberá prevalecer, dicen en el entorno bolsonarista, cuando se encuentre con el líder petista. Al menos –aclaran-- que reciba alguna embestida de su enemigo. El foco del jefe de Estado estará puesto en reivindicar los hechos positivos de su gobierno. Se verá cuánto tiempo logra mantener intacta esa postura moderada.
Lo cierto es que, según afirman los expertos, ni a uno ni a otro antagonista le conviene mostrarse en una fase agresiva. Lula demostró en los actos públicos y en la entrevista que le hizo la TV Globo durante la semana, que su objetivo es volver al estilo “Lulinha paz y amor” de 2002, lo que explica que la consigna central de su discurso sea “recuperar la felicidad” que el pueblo brasileño vivió en sus dos gobiernos. De modo que, según sus asesores, irá a utilizar su tiempo en mostrar donde están las vulnerabilidades de Brasil y qué piensa hacer para remontar la mala situación económica del país. Según los expertos, será sin duda un gran duelo donde cada uno tratará de reivindicar sus realizaciones.
En la disposición física en el estrado, Lula y Bolsonaro deberían estar lado a lado, tal como fue definido por sorteo. Sin embargo, Bolsonaro habría pedido no hacerlo, según indicaron fuentes del PT. “Lula, por su trayectoria, tiene condiciones para posicionarse por encima de cualquier pelea. Y en ese sentido, será propositivo, lo que además le debe permitir esquivar los interrogantes agresivos de sus oponentes”, comentó el politólogo Marco Antonio Carvalho, profesor de la Fundación Getulio Vargas. Señala que, esta vez, les tocará a los otros candidatos poner en aprietos al ex presidente y a JMB. Eso tiene que ver con la necesidad de quedarse con una tajada de quienes hoy se mueven en la polarización. En cuanto a Bolsonaro, el analista sostiene que el debate televisivo le resulta poco confortable. “Se siente más seguro en las redes sociales donde él controla todas las variables que pueden influenciar”.
EG
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