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Entrevista

Pablo Touzón: “El apoyo a Milei se amplió respecto del resultado del balotaje”

Pablo Touzón, analista y consultor político.

Juan José Domínguez

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La política argentina se encuentra en un punto de inflexión, con la figura de Javier Milei desafiando las convenciones y capturando la imaginación del electorado. En un reciente estudio de la consultora Escenarios, de Federico Zapata y Pablo Touzón, que analiza la respuesta pública al Pacto de Mayo, el Presidente emerge con un impresionante 48% de intención de voto, si las elecciones fueran hoy, superando con creces a los candidatos con los que compitió en octubre. Impresionte teniendo en cuenta la recesión y la brutal caída del consumo y el poder adquisitivo como consecuencia de una inflación que sigue siendo muy alta.

Para Touzón, este fenómeno se ve alimentado por una serie de factores: la reaparición de Cristina Fernández de Kirchner, las negociaciones en el Congreso con la casta en primer plano y el paro de la CGT, que juegan a favor de la narrativa de cambio que Milei representa, así como la juventud de todo gobierno que aún no lleva ni medio año en el poder.

En el programa Gambito de Datos, de Radio Con Vos, los periodistas Hernán Cappiello, Juanjo Domínguez y Ariel Cohen conversaron con el politólogo, quien sostuvo que “el problema es si Milei confía solamente en los números buenos en las encuestas” de opinión y reveló la emergencia del “libertario” como sujeto político del oficialismo, así como que, por primera vez, la identidad “peronista no kirchnerista” está superando a la “peronista kirchnerista”.

—El estudio que hicieron reveló que el 55% de las personas identifica como malo el contexto económico presente, contra solo un 13% que lo juzga positivamente, pero a la vez un 49% dijo que dentro de un año la situación será mejor y el 30% que será peor. ¿Cómo se explica esto?

—Lo que hicimos fue descomponer todos los puntos del Pacto de Mayo que habían sido anunciados por el Presidente, para preguntar sobre cada uno de esos puntos y, además, una encuesta general sobre marcha del gobierno. Y la realidad es que a Milei siguen dándole números bastante positivos, sobre todo teniendo en cuenta lo duro de las medidas económicas, del impacto del ajuste. Hay otros presidentes que han tenido su luna de miel pero no tan dura a nivel económico, por lo cual no deja de ser impresionante lo que estamos viendo con Milei.

—¿Qué detalles tiene este estudio, además de que todavía, y pese a la crisis, se conserva este optimismo entre las personas?

—Les preguntamos a quién votarían si las elecciones generales fueran hoy y Milei tiene 48 puntos. Patricia Bullrich tiene el 9,95%, en el tercer lugar, y Massa, 20,33%. Está esa parte y también preguntamos cómo votarían si fuera el balotaje de nuevo entre Milei y Massa y el porcentaje a favor de Milei se amplió un poco respecto del resultado de la segunda vuelta.

—¿Pero ese resultado hipotético es por contraste o por convicción?

—Hay una serie de variables. Nosotros hicimos el estudio justo en el mes que reapareció Cristina [Fernández de Kirchner]. Las negociaciones en el Congreso, también, dejan muy expuesto a todo lo que podría ser la casta...

—El paro de la CGT.

—El paro de la CGT, exacto. Entonces, todo lo que recuerde al “antiguo régimen” le puede ayudar. Todo eso a él lo ayuda, objetivamente.

—Pero al final es todo así, Pablo, Milei desde ese punto de vista tiene mucho poder, porque él es “lo nuevo” y todo lo demás “ya ha pasado”. No hay manera de vencer eso, siendo oposición, en ningún orden.

—Recién empieza esto y, efectivamente, lo único nuevo de la crisis de 2023 es él y La Libertad Avanza. Todo esto ya estaba. Si uno lo compara con la crisis de 2001, donde nace el kirchnerismo pero también nacen el macrismo, Recrear, el ARI y demás, o lo compara con la post-crisis española del 2008, donde primero nace Podemos y a los años le siguen Ciudadanos y Vox, la gran sensación hoy en el escenario político argentino es que la única novedad es Milei, con lo cual todo el resto está a la defensiva. Es como una especie de intento de restauración de unas coaliciones rotas. Eso también explica en parte estos números.

—Pablo, de todos modos, también está empezando a calar que la gente tiene que llegar a fin de mes, y para eso está quemando los dólares que tiene ahorrados o endeudándose. ¿Ustedes tienen un registro de ese malestar?

—Lo tenemos. El problema es si Milei confía solamente en un sistema que se base en números buenos en las encuestas. Como diciendo: yo no tengo por qué hacer ninguna coalición con nadie ni ninguna cosa de la política tradicional, pues soy angelado. Tengo el acompañamiento del anticasta y eso es lo que importa en la Argentina. Si sobreconfía en eso, después, como le suele pasar a los políticos, para cambiar el método ya es demasiado tarde.

—Igual pareciera que todo su empeño está puesto en ordenar las cuentas públicas, en transferir al sector privado la responsabilidad de todos los órdenes y achicar el Estado lo más que se pueda, con una mirada social muy corta.

—No sólo una mirada muy corta de lo social sino de la gestión misma. No hay idea de gestión en este gobierno. O sea, hay un relato ideológico, una especie de voluntad de ordenamiento de las variables centrales, y nada más. Sobre ningún tema casi hay gestión. En algunas áreas no están ni los nombramientos, o está todo paralizado. Es, realmente, la idea del gobierno mínimo llevada al extremo; porque no funcionan ni siquiera cosas que deberían funcionar en el marco de su propia cosmovisión, llamémosle así. No es solamente que no funciona el INADI, no funcionan áreas de infraestructura, de cuestiones muy elementales. Es un experimento extraño. Algunas cosas se le perdonan hoy pero tal vez después ya no sea tan gracioso o tan novedoso. Cada vez que alguien dice que la hermana de Milei hacía tortas por Instagram o tiraba el tarot, la gente también piensa que por lo menos ella no estaba en la clase política que la castiga. Casi que le viene bien que le recuerden ese pasado. El tema es después. Porque hay mil cosas que pasan en un país, no solamente el déficit fiscal.

No hay idea de gestión en este gobierno. O sea, hay un relato ideológico, una especie de voluntad de ordenamiento de las variables centrales, y nada más. Sobre ningún tema casi hay gestión. En algunas áreas no están ni los nombramientos, o está todo paralizado

—Respecto de esas cosas que pasan en el país, por ejemplo, la imagen del choque de trenes del otro día...

—Por eso, como ejemplo eso. Eso y otras cosas que pueden llegar a pasar. Este es un gobierno de una sola hipótesis.

—Respecto del Pacto de Mayo, ¿cómo está posicionado, con el correr de los meses, el rol del Estado en la opinión pública?

—Eso está más o menos como antes. Nosotros también hacemos una pregunta sobre identidad política y no sobre a quién votó. Es decir, cómo se autoperciben políticamente. Entonces, las categorías son “peronistas kirchneristas”, “peronistas no kirchneristas”, “libertarios”, etcétera. Libertario era una identidad inexistente hace dos años y hoy tiene 15%. Y cuando preguntamos “cambiemistas” nos da 3,41%. Y por primera vez nos da más “peronista no kirchnerista” que “peronista kirchnerista”.

Libertario era una identidad inexistente hace dos años y hoy tiene 15%. Y cuando preguntamos “cambiemistas” nos da 3,41%. Y por primera vez nos da más “peronista no kirchnerista” que “peronista kirchnerista”

—El mundo Pichetto...

—Sí, o Córdoba. Lo que sí se identifica es que el Gobierno empieza a tener una especie de minonía intensa. Fue tan viral el voto a Milei que uno se pregunta dónde queda su sujeto político, como se diría en el siglo XX; así como para los peronistas fueron los trabajadores o para los radicales, la clase media. Y todavía eso está un poco por verse. Lo que sí, uno empieza a encontrar gente que ya se declara así.

Es la construcción de esa identidad, hay que ver qué pasa después en la Cámara de Diputados, el año que viene.

—La construcción de la identidad es siempre la retaguardia del político. Por eso el kirchnerismo se ocupó de regar su identidad durante 10 años seguidos, porque pensaron: de esto vivimos en los años malos.

JJD

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