Quirno canciller: la diplomacia se rinde ante la economía y el Palacio San Martín se rebela en silencio
Nadie lo esperaba. En los borradores del oficialismo se mencionaban otros nombres, incluso un virtual “enroque” de Guillermo Francos, pero el de Pablo Quirno no aparecía en ninguna lista. Hasta hoy fue secretario de Finanzas y mano derecha de Luis “Toto” Caputo. Su nombramiento como flamante ministro, tras la salida del empresario Gerardo Werthein, reconfiguró el mapa del poder libertario: el Presidente no solo designó un nuevo canciller, sino que le entregó la política exterior al Ministerio de Economía.
En el Palacio San Martín la noticia se recibió con cierto desconcierto. “Una absorción por vía financiera”, murmuró un veterano diplomático al ser consultado por elDiarioAR. Entre algunos conocedores del paño, la interpretación fue inmediata: la Cancillería corre riesgo de dejar de ser un ministerio político para transformarse en una extensión de la mesa económica. “Ahora los cables se mandarán directamente a Wall Street, no a la ONU”, ironizó un embajador que conserva su cargo.
El desembarco de Quirno también parece reacomodar una parte de la interna libertaria: en la práctica, los dos Caputo, tío y sobrino, se reparten el poder. Werthein se fue denunciando la “diplomacia paralela” de Santiago Caputo durante el viaje a Estados Unidos, y no faltan los que especulan que la llegada del exdirector de JP Morgan habilitará a que esa estructura informal se vuelva cada vez más oficial. “Es la fusión de los Caputo”, dice un asesor con sarcasmo, para después rematar: “Toto tiene la caja, Santiago la lapicera”.
En el frente internacional, Quirno deberá sostener los vínculos con China sin alterar el alineamiento con Washington, una tarea compleja en medio de un déficit comercial que ya supera los US$ 4 mil millones y con Pekín como proveedor indispensable de insumos industriales. En su entorno anticipan una estrategia pragmática: mantener los canales económicos abiertos y dejar los gestos políticos en segundo plano.
¿JP Morgan al poder?
La jugada consagra algo más que una lealtad personal. Con la inclusión de Quirno, como escribió Alejandro Rebossio en este medio, ya son seis los exejecutivos del “glorioso JP Morgan” que ocupan lugares clave del gobierno: Caputo, José Luis Daza, Santiago Bausili, Vladimir Werning, Demian Reidel y ahora el nuevo canciller. Lo que nació como un equipo técnico se convirtió en una red de control institucional: Economía, Banco Central, YPF y ahora Relaciones Exteriores. Caputo acumula, de hecho, una triple corona —Hacienda, Finanzas y Cancillería—, en una arquitectura de poder que borra las fronteras entre la política y el mercado.
El comunicado oficial, redactado con épica libertaria, dejó pocas dudas sobre el sentido del movimiento. Quirno, se dijo, “profundizará el vínculo entre la Cancillería y el Ministerio de Economía” y “consolidará la visión pro-mercado de la gestión”. Traducido: toda política exterior responderá al tablero financiero y a los tiempos del rescate.
La coincidencia temporal amplifica el mensaje. Mientras Milei confirmaba la designación, el CEO global del JP Morgan, Jamie Dimon, aterrizaba en Buenos Aires para reunirse con Caputo y definir los términos de un préstamo de US$ 20.000 millones, con garantía de la DFC, la agencia de desarrollo del gobierno estadounidense. El programa, presentado como un “canje de deuda por educación”, tiene la marca del Tesoro de Washington y refuerza la idea de una tutela norteamericana sobre la política económica y diplomática.
En la Casa Rosada nadie lo desmiente. Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, monitorea la operación y, según fuentes del Ejecutivo, “respaldó” el ascenso de Quirno. En Economía aseguran que su designación “facilita la interlocución técnica con los bancos y evita malentendidos políticos”.
El resultado es una diplomacia del rescate. La jugada de Milei es riesgosa, pero coherente con su lógica: consolidar el poder de su ministro de Economía y poner la bandera libertaria sobre los escritorios de Wall Street. Si el resultado electoral del domingo acompaña, esa diplomacia financiera se convertirá en doctrina. Si no, Mauricio Macri podría volver a la mesa con sus nombres y condiciones, en medio de la reformulación del gabinete que el Presidente tiene en la cabeza.
PL/CRM
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