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Córdoba: un comisario investigado por acoso sexual intentó censurar al periodista que publicó el caso

El comisario mayor Mauricio Mielgo envió una carta documento al periodista que reveló las acusaciones de acoso en su contra

Gustavo Molina

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Un escándalo se desató en las últimas horas en Córdoba, luego de que un comisario mayor de la Policía le enviara una carta documento a un periodista, recriminándole haber dado a conocer el testimonio de una subordinada suya que lo denunció en 2018 y 2020 por “abusos y acosos con un fin sexual” mientras se desempeñaba en la comisaría de Corral de Bustos, una ciudad ubicada 340 kilómetros al sudeste de la capital provincial.

Las masivas muestras de solidaridad con el periodista Andrés Ferreyra de El Doce –el canal del Grupo Clarín en la ciudad de Córdoba- llevaron a que el propio ministro de Seguridad de la provincia, Alfonso Mosquera, se despegara del caso y señalara que la carta documento había sido enviada a título personal por el jefe de la Unidad Departamental Marcos Juárez de la Policía de Córdoba, comisario mayor Mauricio Mielgo, y que no era avalada por el Ministerio.

En el escrito dirigido a nombre de Ferreyra que llegó a la sede de El Doce, Mielgo acusa al periodista de difamarlo “al emitir en su nota publicada en 'eldoce.tv' (de fecha 28/02/21), una serie de afirmaciones dilacerantes en mi perjuicio, sin adoptar el más mínimo recaudo orientado a comprobar la verdad de la información que torpemente difundió”.

La carta documento del jefe de la Unidad Departamental Marcos Juárez también señala que la denuncia de acoso de M.N. “determinó su baja de la fuerza policial, cuando las constancias del expediente administrativo que le dio origen, nro. 0002-031554/2019, lo desmienten por completo, a su vez, sin que medie ninguna prueba que lo corrobore, asumió como cierta su falsa versión de los hechos, y con esa temeridad propia del periodista que ama a la verdad al sólo efecto de violarla, se refirió a ella como a una víctima, sin verificar previamente si simuló el falso acoso que alegó con el fin de disimular el real motivo que determinó su baja en la fuerza policial”.

En otro párrafo de su escrito, el policía acusó al periodista de “conducirse con el sutil razonamiento de un sofista, al que le importa más esparcir un rumor, que difundir una verdad, pasó por alto que las acusaciones de quienes ejecutan malas acciones, como la formulada por la señorita” M.N. “no merecen confianza alguna”.

Ya en el tramo final de la carta, el comisario mayor Mielgo reivindica su ascenso, pese a haber sido denunciado: “Otro dislate suyo, está configurada por su modo irónico de referirse a mi ascenso en el escalafón policial, pese a que le bastaba para comprender su motivo determinante, con indagar mi legajo, que exhibe una foja de servicio que es impecable, y de este modo, hubiese disipado toda cavilación suya, pero pudo con su hábito de conducirse con holgazanería en la búsqueda de la verdad, y una vez más, se desempeñó en el irresponsable escarnio hacia mi persona”.

El policía admitió en la misiva la acusación de la que fue objeto por parte de una subordinada suya: Ofendió mi intimidad al hacer pública una acción privada”; y exigió una rectificación, y en caso de que ello no ocurriera prometió querellarlo penalmente.

La denuncia de la mujer

Andrés Ferreyra publicó el 19 y el 25 de febrero pasados dos informes en El Doce donde la cabo de la Policía cordobesa M. N. denunció que su jefe, el comisario Mielgo, la acosaba sexualmente en forma personal y a través de WhatsApp enviándole fotos de índole sexual. En esos informes, el periodista cordobés detalló que la mujer había denunciado internamente a su superior el 17 de diciembre de 2018 y que, como la fuerza no había tomado debidamente esa denuncia, decidió acusarlo ante la Justicia ordinaria en febrero de 2020.  El acoso verbal, virtual y físico habría comenzado en 2016.

La policía le contó a Ferreyra que su jefe la sometió a violencia institucional y de género: “Me hizo aplicar sanciones y me dieron de baja de la Policía por no haber accedido a este tipo de presión y hostigamiento que permanentemente he padecido”. La mujer también relató que el comisario inspector Mielgo “ejerció el poder y sus influencias, con complicidad funcional de autoridades policiales”.

Esa denuncia derivó en una investigación del Tribunal de Conducta Policial (TCP), un ente mixto integrado por civiles y policías que está presidido por Ana Becerra. Tras denunciar a su jefe en diciembre de 2018, la cabo N. fue dada de baja de la Policía cuatro meses después, el 12 de abril de 2019, y la notificación le llegó dos semanas después, el 26 de abril.

El periodista cordobés publicó en exclusiva que, pese a la investigación penal en curso, el 11 de febrero pasado, el gobernador Juan Schiaretti, el fiscal de Estado, Jorge Córdoba; y el ministro de Seguridad Mosquera habían aprobado el pliego de ascenso de Mielgo de comisario inspector a comisario mayor.

“Yo hice periodismo”

Andrés Ferreyra trabaja en medios desde 2005 y aseguró que es la primera vez que recibe una intimidación de este tipo. “Yo hice periodismo, hice lo que hacemos todos, el camino es bastante simple: me contactó esta mujer policía que fue echada de la fuerza después de sus denuncias de acoso por parte de un jefe. La entrevisté y me contó que la freezaron y calificaron mal y posteriormente le dan la baja. A través del área de Prensa de la Policía busqué contactarme con el comisario inspector Mielgo; nunca me ofrecieron una respuesta del comisario, al que busqué para que me diera su opinión de los hechos. Contacté reiteradamente a la presidenta del Tribunal de Conducta Policial, Ana Becerra, y nunca atendió mis mensajes ni llamados. Le llamé al teléfono fijo de su oficina y una persona me toma los datos y me promete que la doctora Becerra me llamaría a la brevedad, nunca me respondió nadie”, le contó el periodista cordobés a elDiarioAR

Ferreya aseguró que le sorprendió recibir la carta documento del oficial cordobés. “Pedí entrevistarlo y no me dieron esa oportunidad; y tampoco él, si se sintió ofendido por la denuncia en su contra, me pidió derecho a réplica. Además, en la carta en la que se dirige a mí, acusa a la denunciante, en todo caso, eso lo debería haber hecho ante la Justicia”, apuntó.

“Yo le di la oportunidad a una mujer policía, que vino con las pruebas que presentó ante la propia institución y la Justicia; a contar lo que le había pasado. Si la Justicia resuelve que Mielgo es inocente o culpable, será una cuestión que deberá resolver la Justicia. A mí, pese a mi insistencia en la solicitud de su versión de los hechos, ni el ahora comisario mayor Mielgo, ni la Policía, me dieron la otra versión”, dijo el periodista a elDiarioAR.

Un jefe condenado

En marzo de 2018, el exjefe de la Policía de Córdoba comisario general Julio Suárez fue condenado a dos años y dos meses de prisión por haber amenazado al periodista de los Servicios de Radio y TV (SRT) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) Dante Leguizamón: “Si no venís a verme ya, me voy a encargar de vos”, lanzó sin eufemismos el jefe policial la noche del 15 de agosto de 2014. 

Así, el jefe de los 22.000 policías cordobeses le reclamó por teléfono a Leguizamón por la cobertura de un violento operativo policial en el barrio Los Cortaderos, en el extremo norte de la capital, donde Fernando “Güere” Pellico fue asesinado en un caso de gatillo fácil.

Además, por orden de Suárez, en la cuenta oficial de Twitter de la Policía de Córdoba se publicó: “@DanteLeguizamon No mienta más, no confunda a la gente. Crio. Gral. Julio César Suárez, Jefe de Policía. Policía de Córdoba (@PoliciaCbaOf)”.

Tras el mensaje del jefe policial, que lo llamó telefónicamente desde los portones de ingreso de los SRT, Leguizamón lo denunció penalmente.

Ahora, Ferreyra se comunicó con su colega para hablar del caso: “Yo le quiero agradecer a Dante, fue al primero que llamé cuando recibí la carta, por su experiencia, por lo que le había pasado con Suárez. Se puso a mis órdenes y me orientó a cómo seguir frente a esto”, señaló, y detalló que los abogados del canal cordobés también lo orientaron profesionalmente frente a la carta documento del comisario.

El lunes 29, el periodista cordobés será recibido por la comisario mayor María Angélica Paredes, directora general de Control de Conducta Policial, una oficina que reemplaza a la vieja dirección de Asuntos Internos.

María Ana Mandakovic, secretaria general del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación (CiSPren) consideró que “es gravísimo lo que ocurrió, un comisario que está al frente de un grupo armado, no puede enviarle una carta intimidatoria a un periodista que sólo hizo su trabajo. Este ataque a Andrés Ferreyra es un ataque a la libertad de prensa, la libertad de expresión y a la sociedad toda. Implica un abuso de poder de un funcionario público, como es el jefe de una Unidad Departamental de la Policía de Córdoba que busca censurar la labor de un trabajador de prensa”.

Mandakovic agregó que “el caso que expuso el colega atendió todas las normas de la ética periodística y puso blanco sobre negro lo que sucede en una institución verticalista donde hay altísimos índices de violencia de género”.

La secretaria general del gremio de prensa aseguró que “las empresas periodísticas no pueden eludir la responsabilidad de lo que sus periodistas publiquen a cuenta y nombre de las mismas. Andrés Ferreyra produce noticias en una empresa que se dedica a vender esos servicios, no lo hizo en beneficio propio. La empresa editora debe ser el primer dique donde deben estrellarse los ímpetus de los intolerantes”.

El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) también se solidarizó con el periodista cordobés “ante los hostigamientos por parte de un comisario (...) por haber ejercido el derecho a informar”.

GM

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