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Un año de Covid-19 en la Argentina
Con el fantasma de Pfizer, el Gobierno apura el acuerdo con China por otras tres millones de dosis

Lote de vacunas Sinopharm

elDiarioAR

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Fue el acuerdo más trabajoso. Meses de ida y vuelta, delivery de contratos y visados, forcejeo por el precio y la cantidad y una discusión, casi secreta, sobre el capítulo jurídico. En febrero, cuando todo parecía resuelto, el negociador chino tiró sobre la mesa una observación sobre la “negligencia”, casos en los que según la ley argentina los laboratorios deben hacerse cargo de la indemnización.

Fue la misma objeción que, allá en diciembre, hizo Pfizer y que derivó en que se caiga “el acuerdo de palabra” que tenía el Gobierno argentino para la compra de 4,4 millones de dosis de la vacuna desarrollada y elaborada por la firma de EEUU en alianza con la alemana Biontech. Por el antecedente, apareció el fantasma en el staff de Alberto Fernández que frente a la demora con la Sputnik V quedó más dependiente de la adquisición de otras vacunas.

“Iban a tener precio de amigo y pidieron 40 dólares por dosis. Dijeron que iban a colaborar y aparecieron con lo de la negligencia como Pfizer”, confió a elDiarioAR una fuente que siguió, al detalle, la negociación con los chinos que finalmente se firmó a mediados de febrero y se concretó el 25 de del mismo mes cuando llegaron al país 904 mil dosis. 72 horas más tarde se completó el lote de 1 millón.

Hubo, en medio, contactos de primer nivel entre Alberto Fernández y Xi Jinping para sellar el primer acuerdo en medio de una urgencia ostensible del Gobierno por las demoras de los envíos desde Rusia, a pesar del compromiso.

Las dosis de Sinopharm comenzaron a distribuirse a principio de esta semana y este miércoles se empezaron a aplicar en distintos puntos del país. Según el registro oficial, lo hicieron en Chaco, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Misiones y Tucumán. La inmunización con dosis de Sinopharm, en general, fueron para personal de Salud que todavía no había sido vacunado pero con el foco prioritario en docentes porque esa vacuna no está autorizada para mayores de 60 años.

En paralelo, el Gobierno apura un acuerdo más grande. Está avanzado -según confiaron fuentes oficiales a este medio- el contrato para la compra de 3 millones de dosis de Sinopharm lo que permitiría apurar el plan de vacunación.

“Si se cierra el acuerdo, en vez de las casi 500 mil dosis que distribuimos, vamos a poder distribuir el millón entero porque a diferencia de la Sputnik V, la de Sinopharm no tiene componente uno y dos, hay un solo componente que se aplica dos veces”, indicó un funcionario de Salud.

Según ese criterio, hasta que no esté cerrado la nueva compra, se deberá reserva medio millón de dosis para completar la inmunización. Los plazos son relativamente cortos: según el Manuel de Vacunación oficial para Sinopharm, la segunda dosis se tiene que aplicar entre 21 y 28 días después de la primera, por lo cual debe estar coordinada la entrega de un segundo lote antes de aplicar el millón que ya llegó y se distribuyó.

Espera por AstraZeneca

Con ese acuerdo, que de acuerdo a fuentes oficiales está “a la firma”, se sumarían tres millones a los acuerdos vigentes con Sputnik V, que el fin de semana envió 1,2 millones de dosis, Covishield-Oxford -que en marzo enviará otras 580 mil- y a la espera de que se empiece a efectivizar el envío de las dosis de AstraZeneca elaboradas entre Argentina y México, que según el cronograma oficial debería comenzar en marzo con algo más de 1 millón de dosis.

La vacuna de Oxford, indistintamente del punto de elaboración, tiene tres particularidades que la hacen más práctica: requiere entre 2 y 8 grados de temperatura, lo que se llama “frio de heladera”, no hay primer y segundo componente sino que las dos dosis son la misma pero, además, permite una ventana de tiempo más larga, al punto que la recomendación es que la segunda dosis se aplique entre ocho y doce semanas después de la primera.

Respecto al acuerdo con Sinopharm, en el Gobierno dicen que finalmente se subsanó la discusión referida a la negligencia, debate que con Pfizer comenzó por una reforma introducida en el Congreso, por pedido de la diputada de Juntos por el Cambio (JxC) Graciela Ocaña, y que se incorporó a la norma que luego se amplió con amplia mayoría.

Fernández apuntó que hubo gestiones para retomar el acuerdo, pero no prosperó. El argumento oficial fue que Pfizer había revisado su capacidad de producción y advirtió que podría elaborar menos de los comprometido y utilizó el desacuerdo legal con Argentina para no avanzar con la “carta de intención”.

PI

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